Josefina Lamberto Yoldi ha sido despedida este jueves con todos los honores en el cementerio de Pamplona, una despedida organizada por la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (Affna-Nafse36) a la que estaba asociada, pero que reunió a una nutrida representación del amplio movimiento memorialista de la Comunidad Foral, así como del Gobierno de Navarra. La inhumación de Josefina, “una mujer de izquierdas, republicana y llena de dignidad”, como la calificó Eneko Arteta, se vivió con gran emotividad por los asistentes que se unieron con sus voces a las alusivas canciones que interpretaron Enrique Villarreal El Drogas y Fermín Balentzia, y aplaudieron las palabras que en homenaje a la activista de la memoria histórica fallecida pronunciaron tanto Arteta como la presidenta de AFFNA-NAFSE36, Amaia Lerga.

Josefina Lamberto falleció el pasado martes a los 93 años de edad en la Casa de Misericordia de Pamplona, donde vivía y colaboraba en las tareas de la casa. Fue también voluntaria en el París 365 mientras se lo permitió su salud. Generosa, acogedora y voluntariosa, Josefina, hermana de Maravillas Lamberto e hija de Vicente, ambos cruelmente asesinados por los golpistas en 1936, dedicó su vida a contribuir y apoyar todas las iniciativas que permitan no olvidar aquellos hechos y buscar para dar sepulturas dignas y sacar del olvido a las personas que, como a su padre y su hermana, hicieron desaparecer. Esta dedicación y la acogida que le dispensaron numerosas personas en el ámbito de la memoria histórica contribuyeron a que en los últimos años de su vida encontrara una felicidad que la había sido arrebatada por la represión franquista cuando tenía tan solo 7 años y que tampoco logró mientras fue monja.

Pero la vida de sufrimiento, represión y pobreza padecida no restaron fuerza a esta mujer que quiso trasladar su testimonio a las nuevas generaciones, colaborando en el programa de las Escuelas con Memoria del Instituto de la Memoria de Navarra, así como a todas las personas que como ella han padecido los rigores de la represión franquista. Su testimonio vital quedará como importante referente en la lucha por rescatar la memoria histórica del 36 y el anhelo de verdad, justicia y reparación para todas las personas represaliadas del bando republicano.

Tal y como ella deseó, su cuerpo reposa ya en el nicho 294, del grupo 30 del cementerio de Pamplona, muy próximo al de otras víctimas como Tomás Dorronsoro y su familia, así como al panteón erigido para dar digna sepultura a los restos de las personas localizadas en fosas comunes, pero que no han podido ser identificadas, panteón que en este momento está ya completo y en el que ayer se depositaron las muchas flores obsequiadas a Josefina Lamberto.

Cubierto con una bandera republicana y coronas, ramos y centros de colorido tricolor, el féretro fue trasladado desde la puerta del crematorio hasta el lugar del nicho a los sones del txistu interpretado por Kepa Vales y seguido por una concurrida y silenciosa comitiva. Ya delante de la sepultura, tuvo lugar el acto de despedida que incluyó la lectura, a cargo de Joseba Gutiérrez, de un poema escrito por Tomás Martinez Landa, de Mendavia, el aurresku bailado por Amaia Jordala, las palabras de Eneko Arteta y la lectura, por parte de la presidenta de Affna-Nafse36, Amaia Lerga, de la carta que hace unos diez años escribió Josefina Lamberto de su puño y letra a su padre Vicente y a su hermana Maravillas, y que ha conservado Josetxo Arbizu. Goian bego.