Navarra cuenta con 3 helicópteros disponibles para la extinción. El Leyre 3, pilotado por James Vukojevic, es el exclusivo para sofocar fuegos. El Leyre 2, a los mandos de Javier Arilla, se utiliza como refuerzo si la situación se complica. Y el Leyre 1, responsabilidad de Iñigo Beorlegui, tiene como utilidad principal la de dispositivo sanitario y de rescates, aunque durante la temporada de incendios también se incorpora a la campaña. “Es uno de los pocos EC-135 en Europa que tira agua”, desvela. Estos aparatos tienen acoplado un Bambi, el balde en el que se transporta el agua, que pesa unos 70 kilos y cuenta con una capacidad de entre 700 y 1.000 litros. 

En fenómenos especiales como el de esta semana los tres están operativos, y se organizan turnos entre los pilotos –en esta ocasión han tenido que pedir refuerzos– para optimizar al máximo el tiempo. Y es que la ley obliga a que a las 2 horas de vuelo se deba parar 40 minutos para descansar. Este tiempo lo aprovechan también para repostar, llenando al 70% el depósito de combustible –lo que equivale a 2 horas y media de vuelo– con un vehículo que se lleva hasta la zona de trabajo. “Al final acumulas mucha fatiga. Es un trabajo que físicamente exige mucho de concentración y asumes mucho riesgos. Se va acumulando mucho estrés y tensión”, explica Beorlegui.

James Vukojevic

James Vukojevic Javier Bergasa

"En San Martín de Unx mucha gente se preguntaba por qué el helicóptero no despegaba"

James Vukojevic - Piloto del helicóptero del 112

Las pausas, obligadas y también necesarias, pueden no ser entendidas por parte de la población. “En San Martín de Unx estábamos dos helicópteros, Leyre 2 y 3, y después de dos horas y muchas descargas paramos. Mucha gente se preguntaba por qué el helicóptero no despegaba”, atestigua Vukojevic.

Otro de los asuntos difíciles de comprender en alguna ocasión para la ciudadanía son los puntos de recogida de agua. Los pilotos tienen varios cartografiados en sus GPS, pero luego existen muchos más cuyo uso valoran en el momento. “Buscamos los puntos más rápidos de cogida y descarga. Puedes tener un río y una piscina al lado, pero la piscina nos viene mejor a la hora de darle más rapidez a las descargas, y eso puede chocar. Pero lo que buscamos es la rapidez”, apunta Javier Arilla. “Además en el río tienes corriente y no sabes lo que hay en el fondo, puede haber una rama y engancharte”, señala Iñigo Beorlegui. “Puedes tener un río a 30 segundos de una piscina. 30 segundos no es nada, pero dos veces es un minuto, y eso es una descarga menos, 1.000 litros menos. En un minuto en el fuego puede cambiar todo”, coincide James Vukojevic.

Javier Arilla

Javier Arilla Javier Bergasa

Si hay un río y una piscina, elegimos lo que nos venga mejor. Buscamos la rapidez

Javier Arilla - Piloto del helicóptero del 112

Las descargas no siempre son iguales. “Por la manera de que el agua llegue al suelo a veces hace falta que sea muy larga, por lo cual tiras desde más alto y más rápido. Otras veces necesitas concentrar el agua en un punto y tiras más bajo y más lento”, argumenta Beorlegui, mientras James apunta que en 8 horas de trabajo durante uno de estos días contabilizó 203 descargas, lo que supone arrojar 203.000 litros contra el fuego.

Pero a pesar de la ingente cantidad de líquido derramado sobre las llamas, la labor de los helicópteros no funcionaría sin el trabajo del resto de agentes. “Un incendio no lo apaga únicamente el helicóptero. Nosotros bajamos la intensidad de la llama y luego va gente por tierra rematando con batefuegos para ir ganando metros al frente. Cuando es monte bajo, como en estos casos, la descarga no consigue apagar el fuego. Si nadie va rematando, para cuando vuelves lo que ha apagado está prácticamente igual”, desarrolla Beorlegui, recordando el trabajo del resto de personas. “La gente de los pueblos siempre colabora mucho”, señala. “Y los parques de bomberos de voluntarios, como Goizueta, Leitza...”, añade Arilla. “Los mecánicos también hacen un trabajo de la ostia”, completa Vukojevic.

Iñigo Beorlegui Javier Bergasa

"Un incendio no lo apaga únicamente el helicóptero. Si nadie va rematando, para cuando vuelves lo que ha apagado está prácticamente igual"

Iñigo Beorlegui - Piloto del helicóptero del 112