Miles de navarros se quedaron ayer sin poder darse un baño en la piscina. La huelga de los trabajadores de las instalaciones deportivas, que reclaman una actualización de sus salarios conforme al encarecimiento de la vida, cerró ayer total o parcialmente al menos 22 piscinas en las Comunidad Foral, que registra la tercera ola de calor del verano más cálido y seco que se recuerda. 

Sarriguren, Huarte, Artica, Olaz, Guelbenzu, Caparroso, San Adrián, Peralta, Zizur, Esquíroz, Astráin, Lekunberri, Orkoien, San Juan, Burlada, Salinas, Guelbenzu, San Jorge, Beriáin, Mutilva, Natación y Anaitasuna no pudieron trabajar ayer con normalidad, debido sobre todo a la ausencia de socorristas, así como de otros empleados de un sector donde trabajan unas 2.000 personas. Con el convenio congelado desde 2020, las empresas y los representantes de los trabajadores mantienen una larga negociación que de momento no fructifica. “No queremos seguir perdiendo poder adquisitivo”, explicaba a media mañana de ayer Ainara Izco, delegada de UGT y trabajadora en las instalaciones deportivas de Sarriguren. 

“Estamos muy satisfechos, podemos decir que el seguimiento ha sido de un 90% y han cerrado casi todas las piscinas”, explicó ayer la portavoz de los cuatro sindicatos convocantes, CCOO, UGT, ELA y LAB, Tamara Angulo, en declaraciones a los medios de comunicación durante la concentración que los trabajadores y trabajadoras llevaron a cabo frente al Ayuntamiento de Pamplona para reivindicar una mejora en las condiciones laborales.

En la concentración, a la que acudieron cerca de un centenar de trabajadores, se gritaron consignas como “la que se avecina, Navarra sin piscinas” o “el convenio congelado, usuario achicharrado”.

“No queremos perder poder adquisitivo, nos ofrecen una subida del 3%, nosotros pedimos el IPC. Nos contestaron a todo que no. Lo que perdamos ahora no lo vamos a recuperar, si firmamos un 3 %, ya no hay vuelta atrás. Los salarios en este sector además no son muy altos. El sector es bastante precario”, explicó Angulo.

Sobre el seguimiento de la jornada, se mostró muy satisfecha si bien señaló que “el Ayuntamiento de Aranguren ha abierto sin trabajadores”, algo que intentarán “denunciar”. Tras esta “exitosa” jornada de huelga, Angulo explicó que tienen programada una reunión con la patronal el próximo 12 de septiembre y que se están planteando volver a parar a finales de agosto. “Hablaremos con los trabajadores y veremos si hacer una en agosto u otra más larga en octubre”, indicó.

La patronal Agedena está integrada por cuatro empresas; Gesport, Sedena, Más Quatro y Urtats, una de las que más ha crecido en los últimos años.

Resignación entre los usuarios

Pese a que los diferentes patronatos, clubes y servicios deportivos municipales habían advertido a los usuarios de la huelga convocada y de sus posibles consecuencias, cientos de personas acudieron en la mañana de ayer a las piscinas, aunque solo fuera para remojarse en las duchas y en las piscinas infantiles –no requieren de socorrista– o tumbarse a la sombra del sol ardiente de agosto. 

Pasadas las 12, sin embargo, Irina, vecina de Sarriguren, salía de las pisicinas acompañada por tres niños pequeños y ya visiblemente sofocada. “Sin piscina no se puede estar aquí. Me parece mal que se llegue a una huelga porque el día de hoy ya lo tenemos estropeado con los niños”, explicaba 

La mayor parte de los usuarios se mostraba en cualquier caso comprensiva con la situación laboral de los trabajadores, la mayor parte de ellos jóvenes, que permanecían en la puerta de las instalaciones informando de su situación a los vecinos. “Es una vergüenza que les paguen tan poco”, señalaba Iñigo, vecino también de Sarriguren y que prefería no dar su apellido. “Me había cogido fiesta para venir a la piscina, pero tienen todo mi apoyo. No se puede trabajar en estas condiciones en el siglo XXI”. 

Frecuentada sobre todo por familias, niños y adolescentes, las piscinas de Huarte presentaban hacia las doce del mediodía un aspecto casi desolado, también sin socorristas y con apenas una decena de personas en el césped. Para la tarde se anunciaba el cierre total. 

Media hora más tarde, Yassine y Saskia, adolescentes ambos, salían acalorados de las piscinas de Sarriguren. “Habíamos oído algo pero hemos venido a ver”, señalaba el primero, que estaba dispuesto a caminar un cuarto de hora para darse un baño. “¿Sabes si las de Olaz están también cerradas?”, preguntaba el adolescente. “También”, respondía una de las trabajadoras.

El goteo de vecinos era continuo poco antes de la una de la tarde, con el termómetro ya disparado y rebasando los 34 grados. Izaskun Mariñelarena acudía junto a su familia a las instalaciones y decía no entrar al ver que las piscinas estaban cerradas. “Es un fastidio en un día con tanto calor, claro, pero la huelga es un derecho que tienen y es entendible”, explicaba.

Las claves

Convenio bloqueado. El convenio de gestión deportiva de navarra lleva bloqueado desde finales de 2020.  

Los salarios son la clave. La última propuesta de la patronal Agedena, que ofrece subidas del 3 % para 2022 y 2023, es insuficiente a ojos de los trabajadores. 

Modelo de gestión. Los sindicatos reclaman además un cambio en el modelo de gestión, de tal manera que sean los ayuntamientos quienes asuman el día a día de la gestión.