Después del primer día de Navarra LAN Party –y de la primera noche, que seguro que para más de uno fue muy larga–, los participantes fueron retomando la actividad poco a poco a lo largo del día de ayer. La mayoría de ordenadores permanecían apagados, ya que muchos de los asistentes del evento se encontraban trabajando o descansando, ya sea en sus casas o en la zona habilitada en el pabellón –incluso algunos de ellos estaban en la piscina, disponible para quienes hayan pagado la entrada completa–. Pero no todos. Decenas de personas disfrutaban desde primera hora de sus videojuegos favoritos o y de otras aficiones como el overclocking –una técnica utilizada para aumentar la frecuencia de reloj de un componente electrónico, normalmente el procesador–, el arte digital o la impresión 3D.

Una mujer y un niño prueban un simulador de conducción.

Dos de esas personas son Carlo Spairani y su sobrino de 12 años Nicolás Osta. Carlo es el capitán del clan Hermanos de Sangre, un grupo de decenas de personas creado hace alrededor de 15 años que se reúne, ya sea presencial o virtualmente, para disfrutar de los videojuegos. “Siempre hay una representación nuestra aquí. Este año hemos venido 18 o 20 personas”, explica Carlo, que apunta que la Navarra LAN Party no es el único evento de este estilo al que suelen asistir, ya que también han acudido a la Euskal Encounter –anteriormente conocida como Euskal Party–, celebrada en Bilbao, o a otros encuentros similares en Madrid o Valencia.

Julen Ortega (i) y Ellande Pérez colocan una tira led alrededor de una torre hecha con latas de refresco.

“En este tipo de eventos conoces gente con tus mismas aficiones, haces amistades, o incluso puedes encontrar trabajo. Aquí surgen cosas. Hablando aquí, dos personas que conozco terminaron montando una empresa, hay gente que ha conocido aquí a la persona con la que se ha casado”, explica Carlo mientras su sobrino echaba unas partidas.

Una de las participantes en el evento, delante de su ordenador.

Nuevas amistades

Cuando se comparten gustos y aficiones en fácil entablar conversación y terminar creando nuevas amistades. Eso les ocurrió ayer a Julen Ortega, Ellande Pérez y Javier Calderón, aunque en su caso tuvo mucho que ver una torre hecha con latas de refresco.

En este tipo de eventos, que se alargan durante varios días, los participantes acostumbran a decorar su espacio para tratar reproducir lo que tienen en sus casas y, en definitiva, estar más cómodo. También, por qué no, para distinguirse de los demás. Javi Calderón, por ejemplo, decidió construir una torre de aproximadamente un metro y medio de altura utilizando latas de refresco. Esto llamó la atención a Julen Ortega y Ellande Pérez, que no solo se acercaron a conocer a Javi, sino que además ayudaron a hacer todavía más vistosa la torre con unas tira de luces led.

Ellande y Julen, miembros de la asociación juvenil Game Over, que se dedica a organizar eventos, actividades, charlas y torneos en torno a los videojuegos y el ocio digital, accedieron al evento en el momento que abrió sus puertas el jueves. No es la primera vez de ninguno de ellos, y tampoco la de Javi, que relata que en esa ocasión le trajo un amigo y que a partir de entonces no se ha perdido ninguna edición: “Es lo normal. La primera vez te arrastran hasta aquí, pero luego siempre vuelves”.

Carlo Spairani (d) y Nicolás Osta, en la Navarra LAN Party. Javier Bergasa

Diversión abierta al público

Además de quienes han pagado por disfrutar la experiencia plena de la Navarra LAN Party, cientos de familias y grupos de amigos pasaron a lo largo del día de ayer por el Open space, la zona de acceso libre y gratuito que permanecerá abierta al público también durante el día de hoy, de 10.00 a 20.00 horas. En ella disfrutaron de simuladores de conducción, experiencias de realidad virtual, impresoras 3D, drones, torneos y consolas con decenas de videojuegos, así como de los talleres y conferencias tecnológicas.