“Me llamo Leyre Zabalza. Tengo 32 años. Soy ayudante de camarera en el Mesón del Caballo Blanco. También he trabajado como ayudante de dependienta en Intersport Irabia y una de las cosas más importantes para mí es tener un trabajo. Me siento bien en atención al público, aunque me pongo nerviosa, pero me gusta hablar con la gente y aprender cosas nuevas. Tengo derecho a trabajar como cualquier persona, aunque necesito apoyo. Por ejemplo, para aprender cómo se sirven las bebidas (el vino, el cubata y el mosto) y también cómo dirigirme al cliente y para eso tengo mi preparador laboral, que me da pautas, que me acompaña y me apoya en todo lo que necesito. Acceder al empleo ordinario es nuestro derecho y podemos ejercerlo gracias al empleo con apoyo”. 

Así lo ha indicado este jueves en la presentación del proyecto Tejiendo Redes en el que se enmarca la Red Navarra de Empresas Inclusivas, una iniciativa impulsada por la Asociación Síndrome de Down de Navarra, con la colaboración de Innova Social (Fundación Caja Navarra y Fundación La Caixa), porque “queremos que la inserción laboral de las personas con discapacidad en la empresa ordinaria no sea algo puntual, sino que llegue a ser algo cotidiano”, ha explicado Araceli Etxaide, directora de ITACA SEPAP Ocupacional y Empleo de la asociación. Con este fin, llevan trabajando desde 2001 y hasta día de hoy “hemos conseguido 145 contrataciones aproximadamente”. 

Como ha sostenido, “somos pioneras en empleo con apoyo, pero tenemos que buscar la manera de unir fuerzas y de conseguir llegar a todas las empresas. Así, surge Tejiendo Redes”. La idea es que, a través de la web tejiendoredesnavarra.com, se conecten “todas las empresas y no solamente aquellas que les contratan, sino que podamos buscar juntos, entidades sociales, negocios y personas con discapacidad, cómo idear nuevas acciones de mejora de la empleabilidad y de inclusión laboral” del colectivo. También ha hecho un llamamiento para que se sumen la Administración y otras entidades sociales, porque “si queremos una inclusión real, si queremos igualdad pero respetando la diferencia, tiene que ser con apoyo”. Y es que, reiteró, “la metodología es efectiva, el empleo con apoyo funciona”. De hecho, ha dicho que hay personas que llevan 16 años en el mismo puesto y que algunas han cambiado, pero porque han encontrado algo mejor. En la actualidad, hay 23 trabajando gracias a esta fórmula. 

Un sistema que han avalado Mª Eugenia Hernández, de Carrefour, y Miguel Ángel Ortiz, de la Ikastola San Fermín. La primera ha reconocido que “los comienzos siempre son complicados”, pero que los preparadores laborales son la “clave” para conseguir la plena inserción y el mantenimiento del empleo: “Gracias a su profesionalidad, a su empeño, hemos conseguido que estos jóvenes estén insertados, que realicen su labor de manera plenamente independiente, que hayan adquirido todas las habilidades y competencias para el desarrollo del puesto. Ahora tenemos a dos jóvenes y son uno más”. En la misma línea, Ortiz ha asegurado que su experiencia con Itziar, que lleva 5 años conviviendo con el alumnado, es “positiva”, por lo que animó a todas las empresas a probar. 

Como ha concluido Etxaide, “todos no valemos para todo; yo tampoco. ¿Qué pueden hacer? Lo mismo que tú o yo, pero con apoyo”. En el caso de Leyre, ha contado con el respaldo de su preparadora, Shorena Imedadze, que durante semanas le acompañó en su horario laboral para que aprendiera el oficio. Una vez que se manejaba con todo, incluso con poner y sacar el lavavajillas, que es lo que menos le gusta aunque “aún así” lo hace –ha recalcado–, le visita un día a la semana. Para Leyre, los días que trabaja son “los más felices”, porque se siente “libre” y, por eso, ha pedido libertad para sus amigos.