Un 43 por ciento de los niños con trastorno del espectro autista (TEA) pasa los recreos en soledad y solo unos pocos socializa con los niños de su clase fuera de las aulas, según consta en un informe de la Confederación Autismo España.

Según el estudio, dos de cada tres estudiantes con autismo son felices en la escuela aunque su inclusión esté lejos de ser una realidad, porque las barreras existentes en los entornos educativos siguen generando desigualdades del alumnado TEA con respecto al resto del alumnado.

De hecho, un 12 por ciento de los alumnos con TEA ha vivido, al menos, una situación de acoso escolar, pero muchos no saben identificar situaciones de este tipo. Solo el 14 por ciento de estos niños queda con sus compañeros fuera de la escuela.

El profesorado identifica que estas situaciones de acoso, que sobre todo se traducen en aislamiento y exclusión social, se incrementan hacia el final de la Educación Primaria y Secundaria. Aunque el 74 % de los centros educativos tiene protocolos de actuación frente al acoso escolar, solo el 40 % de las familias valora como útiles estas medidas.

Son datos de la investigación de Autismo España en la que se ha recogido la opinión de 1.100 profesionales, familias y estudiantes con autismo de 18 comunidades y ciudades autónomas.

En la última década, el alumnado con trastorno del espectro del autismo (TEA) se ha incrementado en más de un 200 por ciento en las aulas: hay más de 60.000 alumnos y el 80 % cursan sus estudios en la educación ordinaria.

A dos de cada tres alumnos con autismo les hace feliz ir a la escuela. Aunque el 89 % del alumnado piensa que ir al colegio o al instituto les sirve para relacionarse con personas de su edad y el 74 % para aprender sobre lo que les gusta, siguen existiendo barreras en la accesibilidad de los espacios, los contenidos académicos o los métodos de enseñanza y de evaluación.

Por parte del profesorado, el 47 % piensa que el sistema "no está demasiado preparado" para atender al alumnado con TEA debido a la escasez de centros que proporcionen diferentes modalidades educativas, la falta de adaptación de los espacios dentro y fuera del aula, así como una normativa "poco operativa" que se suma a la falta de coordinación entre consejerías.

Además, los profesores creen que el tiempo del que disponen para apoyar al alumnado con TEA es insuficiente, las ratios profesor-alumno son altas y tres cuartas partes de la formación específica sobre autismo se la han tenido que autofinanciar.

La investigación, financiada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, ha recogido la opinión de 229 estudiantes en el espectro del autismo (263 chicos y 36 chicas), de 442 familiares con algún miembro con TEA en edad escolar (88 hombres y 354 mujeres) y de 471 profesionales de la educación (55 hombres y 416 mujeres).

La recogida de información se ha llevado a cabo tanto en centros públicos como privados y concertados de 18 comunidades y ciudades autónomas de toda España durante el curso 2020-2021.