Navarra es pionera en la atención al Daño Cerebral Adquirido (DCA) en menores. En primer lugar, porque fue en la Comunidad Foral donde se creó la primera asociación de DCA infantil, Hiru Hamabi. En segundo lugar, porque gracias al empuje de este colectivo, se implantó en el Hospital Universitario de Navarra (HUN) un programa de atención específico a menores con daño cerebral. Y por último, por la implantación reciente del código ictus pediátrico, que permite actuar con rapidez en caso de un daño cerebral y que este año se ha activado una docena de veces. “Implantar el código ictus pediátrico era vital porque un niño pequeño no siempre es consciente de que no puede hablar o caminar”, ha explicado este miércoles la presidenta de Hiru Hamabi, Yolanda Fonseca.

La presidenta del colectivo –que ha participado en un acto conmemorativo en el Parlamento– ha puesto de relieve que los ictus, normalmente asociados a personas de cierta edad, también se dan en niños. “En la asociación tenemos cuatro o cinco niños con DCA por un ictus. Por eso nos parecía súper importante que se activara el código ictus infantil, porque facilita un diagnóstico rápido y minimizar las secuelas. En estos casos, el tiempo es cerebro”, ha detallado Fonseca.

“En nuestra asociación tenemos 4 o 5 menores con daño cerebral adquirido por un ictus”

Yolanda Fonseca - Presidenta de Hiru Hamabi

¿Y qué diferencia hay entre el código ictus de adultos y el pediátrico? Pues que un niño pequeño muchas veces no es capaz de decir que no puede hablar bien o que no puede caminar, una circunstancia más evidente aún en el caso de los bebés. Pero además, dentro del código ictus también entran una serie de recursos, que antes de que se implantara no existían. “Cuando ocurre un ictus, al ir al hospital antes les hacían una resonancia a los días. Ahora con el código ictus pediátrico la resonancia suele ser en las primeras 24 horas, hay una disponibilidad casi inmediata”, ha señalado la presidente de Hiru Hamabi.

Impacto negativo de la covid-19

Asimismo, Fonseca ha incidido en la repercusión negativa que ha tenido la pandemia de covid-19 en los menores con daño cerebral adquirido: “Se pararon todos los tratamientos sanitarios y también se paralizó la actividad escolar y esto hizo que muchos niños no solo no avanzasen, sino que retrocediesen. Por ejemplo, quienes tienen hemiparesia –paralización de medio cuerpo– se quedaron sin rehabilitación y sin ella los músculos del cuerpo se retraen”.