Según se recoge en el último Inventario de gases de efecto invernadero (GEI) de Navarra de 2020, las emisiones totales de gases de efecto invernadero –emisiones directas junto con emisiones derivadas de la generación y consumo de energía eléctrica– supusieron 5,01 millones de toneladas CO2eq, lo que significa un descenso del 9% respecto a 2019, y una disminución de un 17,79% respecto al año de referencia de 2005.

Las proyecciones de KLINA, la Hoja de Ruta del Cambio Climático de Navarra, establecen como objetivo que las emisiones totales de GEI en 2020 sean inferiores en un 17,0% respecto a 2005, y se ha logrado una reducción del 17,8%, es decir, un descenso 0,8 puntos superior que la senda prevista. No obstante, estos datos están condicionados a la bajada de emisiones en 2020 como efecto de la recesión económica por efecto de la pandemia de coronavirus, siendo previsible un repunte de emisiones para 2021, como efecto de la reactivación económica. Para los próximos años, el objetivo planteado es bajar de las 3,5 toneladas para el año 2030.

Esta estrategia de mitigación de las emisiones del Gobierno de Navarra se combina actualmente, dentro del proyecto LIFE NAdapta, con medidas de adaptación y acciones transversales que afectan a todos los departamentos. Itziar Almárcegui, bióloga del servicio de economía circular y cambio climático del Gobierno de Navarra y miembro del equipo de coordinación de LIFE NAdapta y Ion Sola, técnico GIS en el Observatorio Territorial de Navarra (OTN) de Lursarea, Nasuvinsa, explican las acciones que están llevando a cabo en estos últimos años. 

El proyecto LIFE NAdapta está coordinado por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, y un consorcio formado por el propio departamento, el de Salud (a través del Instituto Navarro de Salud Pública y Laboral de Navarra), y GAN-NIK, INTIA, NASUVINSA y Lursarea - Agencia Navarra del Territorio y la Sostenibilidad, NILSA, así como la Universidad Pública de Navarra. 

“Es una estrategia integrada, con un enfoque multisectorial, y eso es lo que nos hace diferentes. Ha sido el primer LIFE integrado en materia de adaptación al cambio climático de Europa”, asegura Itziar Almárcegui. “Este proyecto es parte de la aportación de Navarra al compromiso internacional frente al cambio climático en materia de adaptación, en línea con la Hoja de Ruta de Cambio Climático del Gobierno de Navarra, a la que a su vez, implementa. Cuenta con un presupuesto de 16 millones y está financiado por la UE en un 60% mediante el programa LIFE (unos 9 millones)”, asegura.

Dentro del proyecto LIFE NAdapta, se ha iniciado el estudio de 154 municipios de Navarra adheridos al Pacto de Alcaldías para el Clima y la Energía con el fin de implementar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en las localidades participantes a través de la elaboración de los Planes de Acción del Clima y la Energía Sostenible (PACES) en el horizonte 2020-2030. 

“Monitorizamos y evaluamos cuatro aspectos: el peligro (asociado a cambios en las variables climáticas), la exposición y vulnerabilidad del receptor (personas, flora, fauna, medio construido, etc.), los impactos producidos y las medidas de adaptación llevadas a cabo”, detalla Ion Sola.

18 planes de acción en navarra

Estos 154 municipios navarros han sido agrupados en diferentes zonas para implementar un total de 18 planes de acción: Bidasoa, Mendialdea, Sakana, Comarca de Sangüesa, Prepirineo, Ansoáin-Berriozar, Aranguren-C.Galar-Egüés-Noáin-Valle de Elorz, Burlada-Villava, Comarca de Pamplona, Esteribar-Ezcabarte-Olaibar, Estella-Lizarra, Montaña estellesa, Ribera Estellesa, Valdizarbe-Novenera, Zona Media Norte, Zona Media Sur, Ribera y Ribera Alta.

“A través del estudio de cada municipio en las áreas de mitigación y adaptación, se elaborarán y analizarán una serie de medidas con el fin de que ayuden a cumplir los objetivos de mitigación establecidos por la Unión Europea para 2030, uno de los cuales es la reducción de al menos un 40 % de las emisiones de CO2 respecto al año 2005, que trasladado al ámbito municipal afectará a edificios, equipamiento e instalaciones, alumbrado público y flota municipal; al sector residencial (vivienda principalmente); de residuos domésticos; y al transporte (en la Comarca de Pamplona)”, explica Itziar Almárcegui.

“Aunque los PACES se iniciaron cuando 154 municipios estaban adheridos al actualmente denominado Pacto de las Alcaldías por el Clima y la Energía, esta cifra ha ido ascendiendo hasta los 199 actuales, que suponen más del 70% del total de municipios navarros y más de 85% de la población, por lo que el impacto está siendo muy notable”, concluye.

Algunas medidas

  • Bosques. Se han seleccionado y conservado las semillas de las especias autóctonas mejor adaptadas. 
  • Agricultura. Mejorar la eficacia del agua de riego, realizar sistemas de alertas de plagas y enfermedades y trabajar la gestión silvopastoral.
  • Salud. Acciones preventivas ante olas de calor y formación.

La cifra

199 son los municipios navarros que se han sumado al Pacto de Alcaldías por el Clima y la Energía (PACES).

Edificaciones y medio construido

Edificio de viviendas que ha renovado su fachada (envolvente térmica). Eficiencia energética. Patxi Cascante

31.512 viviendas con eficiencia energética. Una medida de adaptación y de mitigación, ya que favorece el ahorro energético, es la regeneración urbana, que debe priorizarse en zonas vulnerables. En este sentido, el número de viviendas con calificación energética A-B-C o D ha pasado de 4.272 en 2013 a 31.512 en 2021.

Plagas y salud de los bosques

Nidos de orugas procesionarias en un pino. Rubén Usúa

118 incidencias en 2021. El año pasado se informó de 118 incidencias por plagas y enfermedades forestales: 55 por insectos, 42 por hongos, 17 por ácaros, bacterias, nematodos, virus y otros; dos por daños abióticos, una por la acción directa del hombre y otra por animales o pastoreo. En 2016 habían sido apenas 32.

Enfermedades vectoriales

Un mosquito Aedes Aegypti, transmisor del virus del zika, fotografiado en un laboratorio. Oscar Rivera

75 puntos de vigilancia. En 2020 hubo 10 casos de fiebre exantemática Mediterránea, 4 de enfermedad de Lyme y 5 de dengue importado.