El Aita Mari debería estar en este mismo momento surcando las aguas del Mediterráneo en busca de embarcaciones a las que rescatar. Sin embargo, Iñigo Mijangos e Iñaki Goñi, presidente y miembro de Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), han podido recoger este martes el Premio Internacional Navarra a la Solidaridad porque han retrasado a enero la salida del barco a instancia de la Dirección General de Marina Mercante. Eso sí, en enero, pese a quien le pese, el antiguo atunero volverá a soltar amarras rumbo al Mediterráneo para seguir salvando las vidas de quienes huyen del terror de la guerra o el hambre.

Lo primero, enhorabuena por el premio, ¿qué significa para ustedes? 

Iñigo Mijangos: Es una alegría y es la ratificación de que el camino que empezamos en 2015 era el correcto. Provenimos de un grupo de personas inquietas y yo diría que sensibles con el sentimiento de justicia y esto también es un reconocimiento a todos los que nos han apoyado. 

Ahora deberían estar en el Mediterráneo...

IñakiGoñi: Yo tenía que estar en estos momentos con la tripulación del Aita Mari en el Mediterráneo. Estábamos ya prácticamente mentalizados de que íbamos a salir y entonces empezaron las dificultades porque vimos que Italia tenía a otros barcos retenidos y decidimos posponerlo, pero en enero volveremos a la mar.

La llegada del gobierno de Meloni no es una buena noticia.

I.M.: No lo es. El gobierno de Meloni va a dificultar nuestra labor y el tránsito de los migrantes, pero no vamos a ceder al chantaje. Ahora ha surgido esta coalición Frankenstein de extrema derecha que tiene un discurso ultranacionalista y que uno de sus principales pilares es la contención de la migración. Y para ello han elaborado un plan de acción y van a perseguirnos a los barcos de rescate.Además, su discurso trata de trasladar a la población que hay que mantener la migración a raya porque es un problema. Pero no solo es cosa de Italia, la semana pasada la Comisión Europea decía que hay que intervenir en las fronteras para evitar el problema de la migración. También la OTAN señaló, en la cumbre de Madrid, que la migración era un problema híbrido. Europa tiene un lenguaje bélico y trata a la migración como un problema, cuando en realidad está reconocido como un derecho humano. Entonces no es un problema, es una realidad, pero falta voluntad política para solucionar esta situación y facilitar vías seguras de migración.

Los discursos xenófobos hacia los migrantes calan en muchos sectores de la sociedad, ¿cómo son las personas que rescatan?

I.G.: Son personas que se ven forzadas a huir de sus países por distintas causas. Muchas por conflictos armados pero también otros, como es el caso de quienes vienen de Senegal, se montan en una patera porque pasan hambre y porque están expoliando todas sus riquezas. Son personas que quieren llegar a Europa para dejar atrás las vulneraciones de derechos humanos, la guerra y la miseria.