El proyecto Desensibilización sanitaria: más allá del aula del centro Isterria de la Fundación Caja Navarra ha recibido este martes el III Premio a la Innovación en los Servicios Sociales de Navarra, que consta de 6.000 euros. Esta iniciativa “pone el foco en la atención sanitaria que reciben las personas con discapacidad intelectual y trabaja para mejorarla y hacerla más accesible, desde una innovación tecnológica y organizativa”, ha explicado la consejera Mª Carmen Maeztu.

En el acto de entrega de estos galardones, que concede el Observatorio de la Realidad Social del departamento de Derechos Sociales en colaboración con la Fundación Tomás y Lydia Recari García, se ha distinguido también con sendos accésit de 1.000 euros cada uno al programa Acompáñame, de la Fundación Mejorando Cada Día, y la propuesta Tengo mucho que contar, lenguaje natural y asistido, de Anfas.

LOS DOS ACCÉSIT

  • ‘Acompáñame’, de la Fundación Mejorando Cada Día. Proyecto formativo en el ámbito de la discapacidad psicosocial cuyo objetivo es formar a personas con diagnóstico en salud mental como agentes de apoyo entre iguales.
  • ‘Tengo mucho que contar, lenguaje natural y asistido’, de Anfas. Proyecto que mejora la comunicación de las personas con discapacidad, utilizando sistemas alternativos diferentes al habla y apoyándose en la alta tecnología y en softwares especializados.

El proyecto que se puso en marcha hace dos años en el centro de educación especial Isterria pretende abordar las dificultades en la atención sanitaria a las personas con discapacidad intelectual que surgen de la complejidad del contexto para adaptarse a sus necesidades, así como por dificultades de comunicación, hipersensibilidad, fobias o tiempos. 

“Lo iniciamos como un proyecto de centro, trabajando estrategias sobre las dificultades que encontramos en nuestro propio alumnado, en la enfermería del centro, lo que nos trasladan las familias, pero según vamos poniendo en marcha materiales y metodologías nos damos cuenta de que esto es extrapolable a otros lugares y que podemos conseguir con esfuerzo mejorar la calidad de vida” de este colectivo, ha expuesto la coordinadora, Laura San Martín. 

Creación de un pasaporte sanitario

Para ello, trabajan en el aula, con los profesionales sanitarios y con las familias. La desensibilización se realiza mediante sesiones en la enfermería del centro para generar experiencias positivas, así como mediante innovadoras herramientas tecnológicas de realidad virtual y aumentada. También se hacen sesiones de exposición simulada individuales y grupales en la enfermería, y experiencias sensoriales, metodologías de comunicación, sensibilización o el uso de una escala de evaluación de la tolerancia a procedimientos sanitarios. Además, uno de los objetivos es la digitalización de un pasaporte sanitario que actualmente se usa de manera impresa y que se encuentra en proceso de validación.

En definitiva, como ha manifestado una madre en un vídeo explicativo, “este proyecto supone para mi hijo seguridad y confianza; para la familia, tranquilidad; y para los profesionales de la salud, una oportunidad de mejora”

Eliminar barreras y reducir miedos

Tras recibir el galardón, el presidente de la Fundación Caja Navarra, José Ángel Andrés, ha expresado su agradecimiento al Gobierno foral, al Observatorio de la Realidad Social, a la Fundación Tomás y Lydia Recari, al jurado, a la Universidad Pública de Navarra, pero sobre todo a Isterria. “No me queda otra que reconocer su trabajo, pero no solo por este galardón, sino por lo que hace en el día a día, por su profesionalidad, por su disposición y por hacer una cosa que es lo que verdaderamente transforma: querer al alumnado y a las familias; creer en ellos y crear proyectos”. Por todo ello, ha considerado que el premio “es un estímulo, un acicate para seguir trabajando en esta dirección, para seguir profundizando en la transformación y para apostar, como siempre, en esta innovación social”.

Por su parte, la consejera Maeztu ha destacado del proyecto ganador que “genera cambios y elimina las barreras que existen hasta ahora”. En este sentido, ha indicado, el programa “fomenta la participación de las personas en sus procesos de salud y, por supuesto, de autonomía, que les permite reducir sus miedos a la atención sanitaria y también aumenta la tolerancia y la adquisición de estrategias para afrontar estas situaciones que a todos nos ponen muchas veces nerviosos, pero no sólo eso, sino que también tiene en cuenta otros aspectos clave como es la formación de los y las profesionales para favorecer que la atención sea efectiva y sea una atención de verdad”. Además, ha hecho hincapié en que “involucra a las familias en todo este proceso de gran trascendencia”.

Por todo ello, Maeztu ha deseado que esta “iniciativa transformadora e innovadora sirva de inspiración para nuevos proyectos que permitan mejorar la atención que reciben todas las personas y, en particular, aquellas que tienen situaciones de vulnerabilidad o que están en riesgo de exclusión”.