No pueden andar mirando a qué horas es más barato el precio de la luz para ponerse el respirador o darse la diálisis. Los pacientes navarros que reciben tratamientos domiciliarios han visto en el último año como se ha disparado su factura de la luz, que ahora es entre 40 y 120 euros más cara –dependiendo de las familias– que a finales de 2021. Personas con discapacidad, movilidad reducida, esclerosis múltiple, ELA o en diálisis se han visto especialmente afectadas por los desorbitados precios que ha alcanzado el megavatio hora (MWh) en el último año, especialmente a partir del estallido del conflicto de Ucrania. Sin ir más lejos, este pasado viernes el precio de la luz se triplicó en el Estado hasta los 90,8 euros el MWh, aunque se trata de una cifra alta se sitúa muy por debajo de los 544 euros MWh que se llegaron a alcanzar en marzo de 2022.

Pero no solo es la luz, también tienen que hacer frente a la subida del precio del gas al tratarse de personas que, por lo general, utilizan mucha calefacción ya que necesitan de una temperatura óptima para su estado de salud. Cocemfe Navarra –federación de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica– advierte de que la elevada factura de la luz y gas “acentúa la situación de pobreza energética” de estas personas y reclama “medidas que alivien este impacto económico “y les permitan llevar a cabo una vida más digna”. 

“Cuestiones como la subida de los precios, el sobrecoste de la luz o el gas nos afectan a toda la ciudadanía, sin excepciones. Pero la realidad es que afectan más a quienes por tener discapacidad se enfrentan a mayores gastos, menores ingresos y un mayor consumo de electricidad o gas”, explica Cristina Mondragón, presidenta de Cocemfe, que añade que ese impacto se hace “más patente en la cuesta de enero con la subida de productos y terapias muy presentes en la vida de la población con discapacidad como fisios, logopedas, etc.”.

Sin ayudas

En muchos casos, los pacientes siguen tratamientos domiciliarios haciendo frente a los gastos de agua, luz y gas sin que haya ningún tipo de ayuda por parte de la Administración. Es el caso de las personas en diálisis domiciliaria –unas 70 en Navarra– que asumen un elevado consumo de luz. “Se nos da la opción de recibir diálisis en casa, porque puede encajarte mejor con tu forma de vida, pero no se nos da ninguna compensación y ahora estamos pagando hasta 100 o 120 euros más que en 2021. Hay un agravio comparativo con quienes van al hospital, porque ellos no pagan nada. Es un despropósito”, detalla Manuel Arellano, presidente Alcer Navarra.

En la misma línea, Cocemfe reclama medidas “permanentes e integrales que permitan a las personas con discapacidad más vulnerables poder hacer frente al consumo energético que necesitan para su día a día”.