La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha negado este miércoles que se haya producido un aumento espectacular de las agresiones sexuales a menores y ha explicado que lo que se ha incrementado ha sido la visibilización y denuncia de este tipo de violencia que antes también existía con una "tasa altísima de prevalencia".

Así lo ha argumentado en una entrevista en RNE al ser preguntada por algunos de los últimos casos conocidos de agresiones sexuales en grupo a menores de edad, como el ocurrido el pasado fin de semana en Logroño, donde siete adolescentes -dos de ellos menores de 13 años, y cinco de entre 14 y 17 años- han sido identificados como presuntos autores de una agresión grupal a dos niñas de 12 y 13 años.

"Lo que está ocurriendo es que hay un aumento de la visibilización y de la denuncia de violencias que hasta ahora existían también con una tasa altísima de prevalencia, pero que no se denunciaban y que permanecían invisibilizadas porque daba vergüenza o miedo o porque costaba más identificarlo como lo que es", ha explicado la titular de Igualdad.

En su opinión, existe una tasa de infradenuncia muy alta en torno a los delitos contra la libertad sexual, aunque ha celebrado que cada vez son más las mujeres y niñas que se atreven a denunciar estos casos, lo que, a su juicio, supone una mayor confianza en las instituciones.

Acceso prematuro a la pornografía

Además, ha recordado que distintos estudios apuntan a que la edad media de acceso a la pornografía se sitúa en los 8 años, lo que supone "un problema grande", que se debe abordar desde una educación sexual obligatoria en todas las etapas educativas, también desde la infancia.

"Hemos visto noticias en las últimas semanas de chicas y niñas que precisamente por recibir cursos de educación sexual son capaces de identificar esas violencias y de pedir ayuda a sus referentes adultos, que les pueden acompañar en el restablecimiento de ese daño causado y en el acceso a sus derechos", ha dicho Montero.

La ministra ha rechazado la posibilidad de prohibir la pornografía porque no va a evitar que los chicos y chicas accedan a ese contenido, y ha apostado por "educar, educar y educar" desde la familia, desde los contextos no formales y desde la escuela.

Ha reconocido, no obstante, que eso no quiere decir que no hagan falta otras medidas, y ha puesto el ejemplo de la ley del solo sí es sí que prevé medidas relacionadas con los agresores que son menores de edad.