La Audiencia Provincial de Madrid juzga la próxima semana al denominado "carnicero tatuador" de Valdemoro (Madrid), el hombre acusado de matar en 2019 a una joven en su casa, donde tenía decoración satánica y donde presuntamente mutiló el cadáver, cortándolo para simular una lámina que tenía en su cuarto.

La Sección 17 de la audiencia madrileña comenzará el martes el juicio con jurado al acusado por el asesinato y la profanación del cadáver de la joven el 16 de octubre de 2019 en una vivienda de la calle Francia de Valdemoro.

La Fiscalía pide que sea condenado a 25 años de prisión por el primer delito y a cinco meses por el segundo, y que indemnice con 102.852 euros a cada uno de los progenitores de la joven y con 46.284 a su hermana.

Por su parte las dos acusaciones particulares personadas en la causa piden para el procesado prisión permanente revisable y también acusan a la expareja del acusado por un delito de encubrimiento, por el que solicitan para ella tres años de cárcel.

En su escrito de acusación, la Fiscalía relata que la noche del 15 de octubre de 2019 el acusado recibió en su domicilio a la joven de 18 años, a quien conocía de haberle realizado algunos tatuajes en fechas anteriores así como de suministrarle medicamentos sin receta.

Durante un tiempo la joven consumió varias cervezas y se tomó pastillas de un medicamento llamado Rivotril en el dormitorio principal.

El acusado aprovechó "el estado de somnolencia en que la misma se encontraba por el consumo de las sustancias" para, entre las dos y las tres de la madrugada del día 16, colocarse "súbitamente" por detrás de la joven y situar su brazo alrededor del cuello con la intención de ahogarla.

Tras algunos minutos en los que no consiguió su objetivo, el acusado optó por cambiar de plan y trató de hacerlo con un cable, pero también sin éxito "a causa de su incapacidad para apretar suficientemente el cuello de la víctima".

Fue entonces cuando hizo uso de un cuchillo que clavó en el abdomen de la víctima mientras seguía ahogándola con el cable agarrado con una mano, matando así a la joven.

Luego traslado el cuerpo a la bañera que había en el baño del dormitorio principal de la casa, "y allí, usando un bisturí, cortó las aureolas de los senos de la víctima y realizó una incisión desde el ombligo en forma de 'Y' hacia cada de una de las dos clavículas, emulando una lámina de su propiedad donde figura una mujer con los mismos tatuajes que presentaba", siempre según el relato fiscal.

Posteriormente, el acusado recortó la cara de la joven así como los dos tatuajes que él mismo había realizado meses antes en el cuerpo de la chica, una daga y una rosa, y los colocó en salmuera a fin de conservarlos como trofeos.

El acusado ingresó en prisión provisional tras su arresto, gracias a que una expareja suya alertó a la Guardia Civil de que lo había ayudado a deshacerse de un cadáver, según informaron en su momento fuentes de la investigación.

Estas fuentes detallaron en aquel momento que el acusado, un hombre colombiano de 27 años, tenía problemas mentales de los que supuestamente no estaba siendo tratado, y en su casa había numerosos objetos de temática satánica y de terror, como calaveras y caretas de Hannibal Lecter, carteles relacionados con el nazismo y armas como cuchillos y pistolas.

Se hacía llamar en redes sociales "el carnicero tatuador" y vivía desde hacía cuatro años en esa vivienda de Valdemoro, que ocupó tras saber que había sido embargada por un banco.