Que los menores estaban "siempre solos", que llegaron a incendiar la valla y "casi queman la casa" o que pasaban "horas y horas" en el patio son algunos de los testimonios que habrían presenciado los vecinos de la pareja que presuntamente maltrataba a sus ocho hijos menores de edad en Colmenar Viejo (Madrid).

El pasado 29 de marzo la Guardia Civil detenía a estos padres -un médico de 45 años que trabaja en un hospital madrileño y una mujer de 44- quienes ya han quedado en libertad y a los que se les ha retirado cautelarmente la patria potestad de los menores, de los que tienen una orden de alejamiento.

Por su parte, los ocho menores han quedado ingresados en un centro de primera acogida de la Comunidad de Madrid.

Además, habría indicios de violencia doméstica ejercida por el padre hacia la madre, ya que la mujer también tiene una orden de alejamiento respecto a su marido.

Todo ello se desencadenó tras constatar una investigación judicial, iniciada a raíz de una denuncia de presuntos malos tratos contra una de las menores, que los hijos malvivían en una habitación, tenían prohibido pisar el salón y eran castigados mediante maltrato físico o dejándolos a la intemperie en el patio de la vivienda.

Asimismo, se ha confirmado "una grave situación de desamparo" y de violencia doméstica tras las primeras pesquisas que revelaron que los menores solían faltar constantemente a clase, ausencias que justificaba el padre, al que también se le investiga por un posible delito de hurto tras el hallazgo en la vivienda de uniformes y material hospitalario cuya procedencia no se pudo acreditar.

Retirada de la patria potestad

De momento no han trascendido más datos sobre este caso pero el psicólogo Javier Urra ha destacado, en una entrevista con EFE, que la retirada de manera cautelar de la patria potestad a los padres denota que existen "elementos sustantivos de que algo había".

El que fuera Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid ha indicado que "llama la atención" que la primera media judicial haya sido la retirada cautelar de la patria potestad y que se personasen el fiscal, el Equipo de Mujer-Menor de la Guardia Civil (EMUME) y Servicios Sociales. Una actuación, ha destacado, "nada común".

Urra ha remarcado que el papel de la madre es "psicológicamente muy significativo" y plantea muchas cuestiones sobre si sufría violencia de género, ha sido parte activa o sufre indefensión aprendida.

Este psicólogo ha avisado de la posibilidad que el público no llegue a conocer todos los destalles de este caso, lo que ha afirmado parecerle bien porque "lo primero es preservar la intimidad de los niños".

Daños psicológicos

La situación de desamparo y maltrato a la que habrían sido expuestos estos menores les provoca "un agujero en el alma" ya que lo vivido supone "lo peor que le puede pasar a un niño", según los psicólogos José Antonio Luengo y Diana Sánchez consultados por EFE.

"Lo peor que le puede pasar a un niño cuando es pequeño es que se junte todo lo que he leído", ha indicado Sánchez, carencias físicas -se dicen que estaban desnutridos-, emocionales, afectivas y que, además, hayan sido llevadas a cabo por quienes debían cuidar de ellos.

Porque, agrega Luengo, cuando los menores "lo que viven es dolor, carencia, desamparo, vejaciones y no han vivido otra cosa, pueden llegar a pensar que lo normal es eso".

Además, si las situaciones de negligencia física y psicológica son continuadas por parte de las figuras de apego principales se "suele generar un trauma en los niños", con problemas en el desarrollo evolutivo, social y cognitivo, ha indicado Sánchez, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

Los ocho hermanos de Colmenar Viejo van a tener que seguir una terapia psicológica "larga y continuada para poder contrarrestar los efectos" de lo vivido, ha considerado Sánchez.