En plena era de las plataformas, una serie surgida en 2007 para la televisión en abierto sigue estando cada año entre las más vistas. Se trata de La que se avecina, que junto a Aquí no hay quien vivaEl pueblo Machos alfa, ha sido ideada por el mismo dúo: los hermanos Caballero. Ambos han participado este viernes la penúltima jornada del Festival Crossover dedicado a las series, que bajó su persiana el sábado en Donostia con las últimas propuestas.

Todas sus series se ‘cuelan’ entre las más vistas en las plataformas. ¿Cuál es la clave del éxito?

Alberto Caballero: No tengo ni idea, ni nadie la tiene, pero eso es el encanto de esta profesión. Si alguien lo domina se acabaron los creativos, se quedaría todo en manos de los productores de las plataformas y de los algoritmos. Al final, trabajas por intuición y así es como tiene que ser.

¿Creen que la comedia está suficientemente reconocida?

A.C.: Nunca. Es algo que históricamente siempre ha pasado. Intenté investigar sobre el motivo y di con que en el teatro francés, en los dramas, los personajes eran ricos, mientras que las comedias eran para personajes pobres. Lo más bonito de la comedia es su persistencia en el tiempo. Cuando la gente recuerda algo no es ese drama tan maravilloso. Por eso, digo que el mejor premio posible es el público.

Laura Caballero: Es algo que siempre nos ha dado igual porque es lo que realmente nos mola a nosotros. Da mucho gusto que la gente te pare en la calle para hablar sobre tu serie o que cuando vas a un sitio a comer estés escuchando las frases que tú has escrito en la mesa de al lado.

A.C.: Por ejemplo, ahora que van a ser los 20 años de Aquí no hay quien viva ves que la serie sigue viva. Se hacen GIFs y memes y si sale una noticia como la de esta semana con Ana Obregón siempre hay alguien que se refiere a un momento de la serie en una situación similar.

L.C.: Ver cómo un chaval de 15 años, que no había nacido cuando se hizo, está hablando de ella a través de las redes sociales es una pasada.

"Da mucho gusto que la gente te pare en la calle para hablar sobre tu serie o que cuando vas a un sitio a comer estés escuchando las frases que tú has escrito en la mesa de al lado"

El fenómeno fan es algo muy propio de las series de televisión. ¿No da también vértigo lo que hay detrás?

L.C.: Miedo ninguno, es una pasada.

A.C.: A la hora de encarar un próximo proyecto es una responsabilidad porque el problema es que lo que has probado ha sido un triunfo, pero lo nuevo está por ver. Yo creo que lo más terrible es la indiferencia ante tu trabajo. Que te pregunten qué serie has hecho y no sepan cuál es. 

Alcanzaron el éxito con ‘Aquí no hay quien viva’ y con ‘La que se avecina’ en la televisión generalista y con la llegada de las plataformas también lo han alcanzado en ellas. Son una ‘rara avis’ en la industria.

A.C.: En su momento fue un fenómeno increíble, pero entre lo mal que la televisión en abierto ha gestionado la aparición de las plataformas a la hora de tratar su propio producto y la propia evolución de los hábitos de consumo han hecho que hacer ficción para televisión convencional sea lo raro. Lo que pasa es que nosotros todavía estamos cabalgando entre las dos y eso es más extraño aún.

L.C.: Estamos en un paso intermedio, pero hemos pasado de escribir para la televisión a hacerlo para una plataforma. Hemos llegado a adelantarnos a ellas al tener un canal temático como FDF con diez capítulos al día (risas). 

Con ‘Machos alfa’ han podido desarrollar un formato más corto, de 30 minutos. ¿Lo agradecen?

L.C.: Trabajar directamente para Netflix nos ha hecho cambiar la manera de crear. Ya no es solo condensar en 30 minutos un guion, es también un cambio de chip. En el fondo todo es mucho más cómodo y más fácil y la gran ventaja es que la repercusión es en todo el mundo.

A.C.: Si te tratan mejor, si pagan más, si te dejan la misma libertad creativa y si en vez de hacer capítulos de 70 y 80 minutos los hace de 30, ¿donde está el problema? Cada capítulo de La que se avecina tiene un punto medio a los 35 minutos, así que casi podría decirse que son dos capítulos. De hecho, propusimos convertir esa separación para las plataformas, pero no cuajó. Creo que hubiera sido una buena solución para compaginar estructuralmente la plataforma con el abierto sin que ninguna de las dos perdiese. Que no te tengas que tragar ladrillos de 30 minutos y que en abierto puedas programar tu parrilla como la estás programando.

¿Ha cambiado también la manera en la que trabajan los textos? ¿Existe la autocensura?

A.C.: Creo que se da más en el diseño previo. Hemos notado que las plataformas tiene como política buscar cosas supernovedosas, pero cuando le hemos presentado alguna cosa así, se han cagado. Hemos visto cuáles son los límites del mercado a nivel de contenido. Como es comedia y la comedia siempre está bajo sospecha, se lo piensan mucho. Como creador, lo último que tienes que hacer es autocensurarte. Tienes que defender a muerte lo que quieres contar. Luego sí que es cierto que cuando estás con un guion y se te ocurre alguna burrada que te hace mucha gracia la abandonas. Yo no lo llamaría censura, simplemente precaución.

"Cuando estás con un guion y se te ocurre alguna burrada que te hace mucha gracia la abandonas. Yo no lo llamaría censura, simplemente precaución"

Van por la temporada catorce de ‘La que se avecina’. ¿Quedan tramas por contar?

A.C.: En el cuarto capítulo de Aquí no hay quien viva un guionista me dijo que ya no había nada más que contar. Acabamos haciendo 90 más, más los 180 que han venido después con La que se avecina. Cuando se trata de una serie coral tan contemporánea, todas las cosas que van pasando en tu vida son utilizables. Estamos hablando de cosas que hace diez años ni siquiera existían. Creo que mientras salgas a la calle o leas las noticias siempre habrá temas que tratar.

L.C.: Los personajes están ya tan marcados y tan en el ADN de la gente que la longevidad de la serie te permite hacer paranoias muy grandes. La clave está en hacer buenas personajes. Yo podría ver una trama entera de Antonio Recio por el supermercado haciendo la compra. Puede que no pase nada, pero me recreo tanto viéndolo que me da igual.

Este año ‘Aquí no hay quien viva’ cumple 20 años. ¿Piensan en hacer una reunión estilo ‘Friends’?

A.C.: Hay un proyecto en el que vamos a participar, pero no está del todo claro. Se está hablando de un buen libro que, por fin, haga justicia a la serie. El tema de los revivals son delicados porque acabas viendo a gente que está un poco hecha mierda como en Friends y te da pena. Para mí son los personajes de entre 1994 a 2004, pero, lógicamente, la gente sigue teniendo sus vidas y va cumpliendo sus años.