Sálvame sigue con la firme intención de despedirse dando guerra hasta su adiós definitivo el 23 de junio después de 14 años en antena. Incluso con iniciativas que saben que están condenadas el fracaso, pero dándole un toque de humor a su inminente cancelación, como cuando hace una semana iniciaron los trámites para intentar que el programa fuera declarado Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura.
Les ha dado fuerte por eso de dejar huella en instituciones culturales, a priori muy alejadas de sus contenidos, porque este martes su locura ha sido acudir a la sede de la Real Academia Española (RAE) para intentar que admitan en el diccionario algunas palabras o expresiones propias que ha popularizado Sálvame a lo largo de estos años.
Así, han enviado a Lydia Lozano con unas palabras en relieve en tamaño gigante: ‘chuminero’ (el baile que ha popularizado la propia colaboradora), ‘agua con misterio’ (como llaman a las bebidas alcohólicas), ‘pulpillo’ (el púlpito donde lanzan las exclusivas) e ‘hijo de hospital’ (un insulto). "Forman parte del lenguaje popular, del lenguaje de los españoles", afirmaba Terelu Campos desde plató. "Los académicos tienen que reconocer nuestra aportación al lenguaje durante estos 14 años", añadía.
Evidentemente la RAE, que no admite visitas, no le ha abierto la puerta, ante lo que Lozano ha llamado por teléfono y la ha atendido un conserje, que le ha dado como únicas opciones enviar un correo electrónico o escribir un tuit si se trata de una consulta ortográfica.
Ya que Lydia Lozano se encontraba en el centro de Madrid, Sálvame le ha encargado otra misión: llevar unos huevos a las monjas clarisas con la intención de que recen para que el viernes no llueva, como está previsto, en la boda de Kiko Matamoros y Marta López Álamo. Las clarisas sí le han abierto la puerta y la colaboradora ha podido entregar los 14 huevos que llevaba, aprovechando para pedirles que recen también para que todos ellos encuentren trabajo ante la cancelación del programa.
