El director gerente de Zehnder Group para España y Portugal, Josep Castellà, expone la importancia de asegurar la calidad interior de la vivienda y la situación de Navarra como referente nacional en construcción sostenible.A causa de la situación vivida en la pandemia, ¿existe ahora más conciencia y demanda de espacios interiores saludables?

- Las personas dan más valor al espacio interior, pero también al exterior. En los interiores fue donde pasamos la mayor parte de 2020 y descubrimos que vale la pena invertir en la calidad de vida interior. Ahora, la gente es más consciente y no es necesario convencerla sobre los beneficios de una buena calidad de aire interior; es algo muy positivo.

El problema es que materializar ese cambio de conciencia es muy difícil porque la gente no tiene la capacidad para hacerlo. En otros países, como Italia o Alemania, se están incentivando ayudas a la construcción, rehabilitación y eficiencia energética. En España, el proceso es lento y no se están ofreciendo las suficientes subvenciones. Sin embargo, Navarra es una excepción porque su apuesta por la sostenibilidad y la eficiencia, y en consecuencia en salud, la han convertido en el referente nacional. El mercado navarro, ayudado por la Administración, lleva tiempo apostando por sistemas de construcción sostenible. Es un mercado mucho más evolucionado que en el resto del país, tanto en vivienda privada como en promociones públicas.

El cambio de paradigma es muy bueno y la gente sabe que es necesario invertir en salud y calidad de vida. Calculamos que en un par de años veremos una realidad muy diferente en el Estado, mucho más parecida a Navarra.

¿Cómo se puede asegurar la calidad interior del inmueble?

- Es necesaria una buena ejecución por parte de profesionales de nivel y unos materiales que garanticen y certifiquen la calidad que buscamos. Para lograr una buena calidad del aire es importante ventilar. Es fundamental eliminar los contaminantes interiores (las altas concentraciones de CO2, virus o humedad) y también aquellos que puedan entrar del exterior (polen). Hay que tener en cuenta cómo se ventila y con qué sistema para evitar futuros problemas de salud.

Los sistemas de ventilación pueden incorporar distintos filtros con más o menos capacidad de filtrar contaminantes o virus. Algunos de ellos pueden filtrar hasta el 80-90 % de virus. A diferencia de otros sistemas, la ventilación de doble flujo renueva el aire constantemente, introduciendo aire limpio fresco y filtrado del exterior y eliminando los posibles virus del interior.

¿Realmente se construyen edificios saludables?

- Desde las administraciones se tiene que ayudar a la gente a invertir en soluciones que mejoren su calidad de vida. Aunque una vivienda eficiente y saludable pueda suponer una inversión algo más alta, cuenta con acondicionamientos y soluciones que se pueden disfrutar durante todo el ciclo de vida de la vivienda. Está comprobado científicamente que ciertos contaminantes interiores y exteriores pueden empeorar la calidad de vida de las personas e incluso reducirla. Así que la reflexión sería: ¿cuánto estarías dispuesto a pagar para mejorar tu calidad de vida, vivir mejor y evitar ciertas enfermedades provocadas por contaminantes?

Como he comentado antes, Navarra es especial porque la Administración construye y promueve construcción de alta eficiencia y saludable bajo estándares como el Passivhaus, entre otros. Sin embargo, si nos regimos por la normativa del CTE o del RITE, la parte dedicada a la salud es mínima. No se evalúa la calidad de aire, no se certifica que la calidad sea óptima o no se realizan ensayos. No se profundiza en la calidad de aire interior, cuando se trata de un aspecto imprescindible para la salud.

¿Las normativas que regulan la construcción están enfocadas a la salud?

- Las normativas han cambiado mucho en los últimos años, pero el foco sigue siendo la eficiencia energética y la reducción del consumo, lo que en algunos casos favorece la implementación de soluciones saludables como la ventilación controlada. No obstante, la normativa está lejos de legislar la construcción para que esta garantice la salud más allá de la eficiencia, con parámetros que afecten directamente a la calidad de vida interior.