LONDRES. Se trata de un mecanismo legalmente vinculante para poder salir de la salvaguarda irlandesa, una clara ruta de salida de la misma y una reescritura del documento de asesoramiento legal del Gobierno en términos que no den pie a la ambigüedad, reveló el diario "The Sunday Times".

Con estas cartas sobre la mesa, el abogado general del Estado británico, Geoffrey Cox, tratará ahora de conseguir que la Unión Europea (UE) ceda a otorgar estas garantías en sus negociaciones en Bruselas.

Estos requerimientos -que aplaudió hoy el ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, al definirlos como un esfuerzo para encontrar un "territorio común"- han sido perfilados por el equipo jurídico de ERG, grupo liderado por el conocido diputado "tory" Jacob Rees-Mogg, en conjunción con el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP).

Si la primera ministra logra que el bloque comunitario acceda a las demandas británicas, todo apunta a que los 118 diputados "torys" que votaron en contra de su pacto el pasado enero en la Cámara de los Comunes le otorguen ahora su respaldo, junto con los 10 parlamentarios del DUP, socios de su Gobierno en minoría.

Si así fuera, y siempre y cuando todos los que votaron a favor del acuerdo a principios de año se mantuvieran firmes en esa postura, la "premier" sumaría 330 votos a favor de su acuerdo, lo que supondría que sale adelante.

Los hipotéticos nuevos números alejarían el espectro del 15 de enero, cuando May sufrió la mayor derrota de un Gobierno nunca vista en el Parlamento de Londres, con 432 votos en contra y tan solo 202 a favor de su documento de salida de la UE.

Mes y medio después de esa fecha, el optimismo sobre que se puede llegar a un "brexit" consensuado crece en Westminster, según afirmó este domingo el presidente del llamado Comité 1922 -que agrupa a los diputados "tories"-, Graham Brady.

Brady señaló que "el país entero está cansado de vacilación y retrasos" y opinó que "cuando sean ofrecidos los compromisos pertinentes" los parlamentarios deberían "unirse detrás de la primera ministra y ayudarla a conseguir que la salida del bloque comunitario el próximo 29 de marzo".

Una fecha en la que sin embargo, según el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, al Reino Unido no le daría tiempo a materializar el "brexit" ni aunque previamente se hubiera aprobado el acuerdo.

Por lo tanto, conforme a la opinión de Barnier, el país, acepte o no el acuerdo, no abandonará el club de los Veintisiete el 29 de marzo, tal y como está establecido en virtud del Artículo 50 del Tratado de Lisboa.

A su juicio, la prórroga del "brexit" se producirá si hay acuerdo por "razones técnicas" para implementarlo y, si no lo hay, porque lo diputados británicos hayan votado por ella el 14 de marzo.

Ese es el día en el que May se ha comprometido a que la Cámara de los Comunes se pronuncie sobre esa cuestión si previamente han rechazado tanto el pacto como una salida abrupta.

Mientras tanto, fue el Partido Laborista el que hoy dio las mayores señales de división interna, después de la que diputada Corline Flint estimara que hay alrededor de 70 laboristas que no estarían de acuerdo con la nueva postura de la formación de respaldar un segundo referéndum del "brexit".

La parlamentaria instó al líder del partido, Jeremy Corbyn, a dejar a los diputados que "voten libremente" y que no estén obligados a apoyar otro plebiscito.

En este sentido, el portavoz de Economía Laborista, John McDonnell, señaló hoy que será el conjunto del aparato del partido quien decida si se impone disciplina de voto a los diputados en ese aspecto.

Corbyn se comprometió esta semana a respaldar un nuevo plebiscito si los diputados tumbaban una enmienda que pedía forjar una unión aduanera con la UE, entre otras medidas.

La Cámara de los Comunes rechazó esa cláusula este miércoles por 323 votos frente a 240, lo que llevará a los laboristas a redactar una propuesta para exigir un referéndum, aunque la formación no ha detallado todavía cuándo prevé llevar esa demanda al Parlamento.