Londres - Mientras el negociador de la Unión Europea para el brexit, Michel Barnier, presenta hoy su borrador con las directrices de los Estados miembros de la UE para la inminente negociación con Londres sobre la relación con Reino Unido, el Gobierno británico promete endurecer su posición en materia comercial. En un discurso que el líder tory pronunciará hoy en Londres, recordará que su Gobierno no aceptará ninguna “alineación” con las normativas comunitarias más allá de 2021, cuando concluya el periodo de transición de once meses.

En esa intervención -según avanzaban ayer los medios-, se espera que Johnson abandone el tono conciliador utilizado el pasado 31 de enero -día de la consumación oficial del brexit-, cuando se refirió a una “nueva era de cooperación” con el bloque europeo para pasar ahora, en cambio, a una retórica más firme.

El negociador jefe comunitario, Michel Barnier, por su parte, dará hoy detalles sobre el enfoque comunitario hacia esas conversaciones, que se prevén intensas y muy complejas. Barnier, que establecerá las demandas de la UE, ya avisó este sábado a sus amigos británicos: “Una cosa está clara: los intereses de Europa, de cada uno de los Estados miembros y de todos nuestros ciudadanos van primero”.

Según revelaba ayer el Daily Telegraph, el equipo de asesores de Johnson está “furioso” por lo que perciben como amagos por parte de los 27 de “frustrar” el “amplio” acuerdo de libre comercio que ambiciona Londres.

La sensación británica, según una fuente del Gobierno citada, es la de que Bruselas intenta unilateralmente “cambiar los términos” del acuerdo ratificado en 2019, cuando ambos se comprometieron a trabajar por un pacto comercial “ambicioso”.

De acuerdo con esto, “hay solo dos resultados probables en la negociación: un acuerdo de libre comercio como Canadá, o un arreglo más ligero como el de Australia”.

Londres cree ahora que Bruselas está intentando “forzar algo que conlleve todas las obligaciones del modelo de Noruega, con las restricciones del acceso al mercado de Canadá, lo que es una hipocresía total y algo que de ninguna manera aceptará el Reino Unido”, según añadió la fuente.

El ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, también ha dado pistas sobre el nuevo planteamiento por el que se decantará este país ante su diálogo comercial con Bruselas.

En una entrevista a la BBC, Raab remarcó que Londres no “se va a alinear con las normativas comunitarias”, ya que la “alineación” no está “en la mesa negociadora”. Al parecer, Johnson secundaría un acuerdo de libre comercio al estilo de Canadá, que permitiera comerciar sin aranceles en la mayoría de bienes, pero que no incluyera la industria de servicios, dominante en el Reino Unido.

Bruselas, por su parte, aboga porque Londres siga ateniéndose, más allá del periodo de transición, a las reglas comunitarias en estándares y subsidios estatales y que acate la jurisdicción de la Corte de Justicia Europea en cualquier disputa comercial.

En cualquier caso, el planteamiento que adoptará de cara a esas negociaciones la UE deberá ser aprobado previamente por los 27 estados miembros, algo que no ocurrirá antes de finales de mes.

Pero según avanza la BBC, Johnson enfatizará mañana que no piensa acatar ningún tipo de alineación, ninguna jurisdicción de la justicia comunitaria y que no secundará concesiones a ninguna de las demandas de Bruselas cuando arranquen las negociaciones en marzo. Al mismo tiempo, se descartará cualquier rebaja en los derechos de los trabajadores, en los estándares de higiene alimentaria y en las protecciones medioambientales.

Reacciones de la UE La salida británica ha generado una sensación de tristeza entre varios líderes europeos, como el presidente francés Macron, que en una carta abierta transmite a los millones de británicos que aún se sienten “profundamente apegados a la UE”. “Os vais de la UE, pero no os vais de Europa ni os vais a desvincular de Francia ni de la amistad de su gente”. El mandatario galo recordó que el Canal de la Mancha “nunca ha logrado separar nuestros destinos, y tampoco lo hará el brexit”.

Para la canciller alemana, Angela Merkel, Berlín querría “seguir siendo un socio y amigo cercano de Reino Unido”, pero avisó de que “cuanto más se aleje” Londres de “las condiciones del mercado interior, más cambiarán” las relaciones futuras.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez trasladó que la prioridad para España es mantener una relación “estrecha y equilibrada” con el Reino Unido, con especial interés en los derechos de la ciudadanía, un marco “estable” para la pesca, acceso al mercado británico para productos agrícolas españoles, que incluya la protección de las denominaciones de origen y un “acuerdo amplio” en materia de transporte aéreo.

Respecto a Gibraltar, España y Reino Unido iniciaron contactos bilaterales para definir la relación futura de la colonia con la UE y firmaron una declaración en noviembre de 2018 que exige el consentimiento de España y una negociación separada sobre todo lo que afecte al Peñón.

El 52% valora cambios societarios

Encuesta. El 52% de las empresas españolas con intereses en Reino Unido se plantea cambios societarios debido al brexit, según una encuesta realizada por la consultora KPMG para la patronal CEOE. El 19% de las empresas consultadas se plantea la relocalización, dejando de tener sedes británicas y situándolas de nuevo en la UE, según otro dato del sondeo, realizado a más de 2.000 ejecutivos y directivos de empresas españolas de forma previa al brexit. Otra opción que estudian el 14% de las empresas consultadas es la de establecer alianzas con un socio británico, mientras que el 9% analiza la posibilidad de reestructuraciones societarias.

“empatía” por su regreso a la UE

Si llega su independencia. El ex presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, admitió ayer en declaraciones a la BBC que en Bruselas hay una “empatía” hacia la hipotética posibilidad de que una Escocia independiente se adhiriera en un futuro a la UE. El pasado viernes 31 de enero, cuando se consumó el Brexit, la ministra principal de Escocia, la nacionalista Nicola Sturgeon, afirmó que “es posible” celebrar un referéndum de independencia en 2020, que debe ser “legal y vinculante” para que cuente con el reconocimiento de la comunidad internacional”. La dirigente escocesa avanzó además que una Escocia independiente buscaría una pertenencia total a la UE. Preguntado si la UE contemplaría esa hipotética opción de una manera favorable, Tusk respondió que “emocionalmente” no tenía “ninguna duda de que todo el mundo estaría entusiasmado en Bruselas y, de manera más general, en Europa” ante esa posibilidad. El político polaco reconoció que no quería decir “algo demasiado directo” al respecto, pero admitió que se sentía “muy escocés, especialmente tras el Brexit”. “Si me preguntan por emociones, verán que creo que siempre hay empatía”, dijo.