A diferencia de su rival, el demócrata Joe Biden es un viejo conocido de la política de Estados Unidos. Senador durante más de 30 años, dos veces vicepresidente (con Barack Obama) y ahora candidato del Partido Demócrata a la presidencia. Biden tiene de su lado el desgaste que está sufriendo Donald Trump a causa de la covid, su experiencia y su capacidad de gestión, pero le falta algo esencial, carisma.

Nació en 1942 en Scranton, una ciudad obrera de Pennsylvania, en una familia católica irlandesa. Más adelante, se mudaron a Delaware, donde en 1965 se licenció en Historia y Ciencias Políticas. Posteriormente ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Siracusa, graduándose en 1968 y siendo admitido en el Colegio de Abogados de Delaware un año más tarde.

Con 29 años fue elegido por primera vez senador por Delaware y reelegido en seis ocasiones. Durante su actividad como senador, impulsó leyes sobre los “delitos violentos”, contra la violencia doméstica y sobre narcotraficantes, entre otras. Joe Biden ascendió en el Senado y fue dos veces presidente del prestigioso Comité de Asuntos Exteriores. Dejó esta institución para convertirse, en 2008, en vicepresidente de Barack Obama, que lo derrotó en las primarias demócratas y que necesitaba un “veterano” a su lado.

Joe Biden ya había probado suerte una vez en las primarias demócratas de 1988, pero tuvo que tirar la toalla después de ser acusado de plagio por un discurso parecido al de un laborista británico.

Durante sus dos mandatos como vicepresidente, Joe Biden mantuvo un perfil bajo frente al muy carismático Obama. A diferencia del último presidente demócrata en la Casa Blanca, el actual candidato carece de carisma y se le conoce por buscar a menudo sus palabras. De hecho, es conocido también por sus meteduras de pata, como cuando pidió a un senador en silla de ruedas que se pusiera de pie en una reunión o cuando, recientemente, aseguró que “si dudas entre Trump y yo, entonces no eres negro”.

“Soy una máquina de hacer tonterías, ¡pero qué maravilla en comparación con un tipo que no puede decir la verdad (en referencia a Trump)!”, admitió en 2018.

Biden es también el candidato de la moderación, no busca ninguna revolución. En este punto le sirve de contrapeso su apuesta para la vicepresidencia, Kamala Harrias, con un perfil más rupturista y renovador.

El candidato demócrata se casó con 22 años con su primera esposa Neila Hunter, quien falleció en 1972 junto a la hija de ambos, Naomi, en un accidente de coche. Sus otros dos hijos resultaron heridos, pero sobrevivieron.

Cinco años después, se volvió a casar con Jill Jacobs, con quien tuvo una hija. En 2015 la tragedia volvió a sacudir a su familia cuando su hijo Beau, fiscal general de Delaware, murió de cáncer cerebral, un hecho que motivó que no se presentara a las primarias demócratas de 2016.

Biden no ha estado ajeno tampoco a la polémica. Este mismo año, durante las elecciones primarias, Tara Reade, una mujer que trabajó con él en el Senado, le acusó de haberla agredido sexualmente en los pasillos del Congreso hace casi treinta años.

“Dijo mi nombre, estábamos solos en el pasillo, y me empujó contra la pared. Movió su cuerpo hacia mí y usó su rodilla para separar mis piernas. Me dijo ‘quiero follarte’ y me susurraba al oído. Yo intentaba alejarme de él. Me subió la falda y me penetró con los dedos. Cuando me alejé, él estaba un poco molesto, me miró y dijo: ‘escuché que te gustaba”, ha relatado recientemente Reade en una entrevista en la televisión australiana. “No debería ser presidente”, zanjó.

Hay otras ocho mujeres que han narrado tocamientos, abrazos o besos que consideran inapropiados. Sin embargo, ninguna hasta ahora había descrito una agresión sexual.

Biden también se ha envuelto en otro escándalo: el Impeachment a Trump estaba relacionado con él y su hijo Hunter. El presidente se ha enfrentado a un proceso de destitución por abuso de poder y obstrucción a la justicia a raíz de una trama de presiones a Ucrania en la que buscaba beneficio electoral (entonces Biden ya sonaba como candidato).

Los demócratas acusaban a Trump de haber condicionado el envío de ayuda militar a Ucrania y un encuentro con su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski, en la Casa Blanca, a que éste ordenase abrir una investigación sobre los Biden.

Y es que, hasta abril del año pasado, Hunter formaba parte del Consejo de Administración de la mayor compañía privada de gas ucraniana, Burisma, adonde llegó en 2014 cuando su padre era el vicepresidente de Barack Obama y mediador durante el conflicto por la península de Crimea con Rusia.

El caso, finalmente, se volvió contra Trump, que ha sido el tercer presidente de la historia en someterse a un Impeachment.

Joe Biden