El nombramiento de la primera mujer como mandataria de Samoa, hasta ahora una de las naciones insulares más estables del Pacífico, ha sumido al país en una profunda crisis política donde los dos principales partidos se acusan unos a otros de golpistas.

Fiame Naomi Mata'afa, líder del partido FAST que aseguró una mínima mayoría parlamentaria en los comicios del 9 de abril, tuvo que jurar este lunes su cargo como primera ministra en un acto simbólico en las afueras del Parlamento nacional después de que la Policía bloqueara el edificio.

Mata'afa y sus correligionarios se reunieron desde primeras horas del día en señal de protesta bajo una carpa a las puertas del Legislativo, donde por la tarde auspiciaron una sesión a la que se ausentaron los miembros del Partido para la Protección de los Derechos Humanos (HRPP), en el poder desde 1982.

Por la noche, la Oficina del Fiscal General declaró el acto "inconstitucional" porque fue celebrado sin la presencia del jefe de Estado, el ministro de Justicia u otra autoridad "con el poder de sancionar el juramento de la Asamblea Legislativa".

"Todas las personas involucradas en este procedimiento ilegal están sujetas a ser procesada civil y penalmente conforme a la ley", remarcó en un comunicado el ente.

El detonante de la crisis política fue el empate a 25 escaños durante las elecciones de abril entre el opositor FAST y el gobernante HRPP, encabezado por el actual primer ministro interino, Tuilaepa Aiono Sailele Malielegaoi, quien ocupa el cargo desde 1998.

El otro escaño en juego, el que rompía el empate, fue a parar a un político independiente que rápido comprometió su apoyo a Mata'afa.

POLEMICAS DECISIONES

Todo parecía indicar que Samoa iba a ser gobernado por primera vez por una mujer, hasta que la Comisión Electoral decidió crear un nuevo escaño para mantener el mínimo legal de representantes femeninas en el hemiciclo (un mínimo de 5 mujeres y que no fue alcanzado en las urnas) y se los adjudicó al HRPP.

La controvertida decisión fue revertida por los tribunales, donde el partido opositor denunció las maniobras del HRPP y las calificó por primera vez de golpe de Estado sin derramamiento de sangre.

Entonces, el jefe de Estado, Tuimalealiifano Vaaletoa Sualauvi II, decidió convocar unas nuevas elecciones, que también fueron revertidas por la justicia, e intentó bloquear hasta en dos ocasiones, la última este domingo, la jornada inaugural del nuevo Parlamento, donde se iba a elegir al mandatario.

Este lunes, las puertas del legislativo amanecieron cerradas a cal y canto por la Policía, que asegura que cumple con la ley y no ha tomado partido.

Tras la ceremonia simbólica del FAST, Tuilaepa dio una rueda de prensa donde señaló que "nadie puede realizar una ceremonia de investidura, solo el jefe de Estado", mientras acusó a la oposición de liderar un golpe y prometió tomar medidas contra ellos el martes.

PREOCUPACIÓN DE LOS PAÍSES VECINOS

La crisis política en Samoa ha motivado el llamamiento de los vecinos Australia y Nueva Zelanda para pedir que se respete el Estado de derecho, aunque la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, aclaró este lunes que su gobierno no "intervendrá".

"Australia valora nuestra estrecha amistad con Samoa. Es importante que todas las partes respeten el Estado de derecho y los procesos democráticos. Tenemos fe en las instituciones de Samoa, incluido el poder judicial", apuntó por su lado la ministra australiana de Exteriores, Marise Payne.

Por su parte, el gobierno de Estados Federados de Micronesia reconoció formalmente la "legitimidad" del nombramiento de Mata'afa y expresó su apoyo y amistad "en las horas más oscuras" en el reto que supone esta crisis constitucional.

La división política es atípica en la historia de este país, considerado una de las naciones más estables de la región del Pacífico y habitado por casi 200.000 habitantes.

En los últimos años, la oposición ha acusado al primer ministro, quien se presenta como "el enviado de Dios", de prácticas poco democráticas y culpable de la mala gestión del brote de sarampión en 2019 que causó 83 fallecidos.