- El presidente francés, Emmanuel Macron, admitió ayer, en un acto conmemorativo, que los “crímenes” cometidos por el Estado en la represión de una protesta argelina el 17 de octubre de 1961 en París, en la que según los historiadores murieron más de 120 personas, son “inexcusables” y que Francia “reconoce las responsabilidades establecidas”.

“Los crímenes cometidos esa noche bajo la autoridad de Maurice Papon son inexcusables para la República. Francia mira toda su historia con lucidez y reconoce las responsabilidades claramente establecidas”, señaló en un comunicado del Elíseo. “Mirar la Historia de frente no es reescribirla o reinventarla”, avanzaron el viernes fuentes del Elíseo sobre este acto, que se produce en un momento de fuerte tensión bilateral, agudizada después de que a principios de mes Macron sostuviera que la historia oficial argelina “no se apoya en verdades” sino en “un odio hacia Francia”.

La conmemoración del 60 aniversario de lo sucedido tuvo lugar en el puente de Bezons, en la periferia parisina, lugar de paso para esos manifestantes que querían dirigirse a la capital espoleados por el movimiento independentista argelino para protestar contra el toque de queda nocturno que la Policía impuso días antes solo a los argelinos de la zona.

Macron ha sido el primer presidente de la V República, vigente desde 1958, en conmemorar un aniversario de esos hechos y por lo tanto el primero en acudir a un enclave emblemático de esa protesta, que en su comunicado se reconoció que fue reprimida de forma “brutal, violenta y sangrienta”. Además de numerosos heridos, “hubo varias decenas de muertos y sus cuerpos tirados al Sena. Numerosas familias nunca han encontrado los restos de sus allegados, desaparecidos esa noche. El presidente de la República rinde homenaje a la memoria de todas las víctimas”, apuntó la nota.

La presencia de Macron ayer cumplía la promesa efectuada cuando en enero recibió el informe encargado en julio de 2020 al historiador Benjamin Stora sobre la memoria de la colonización y de la guerra de independencia argelina. Entonces avanzó que participaría en tres jornadas simbólicas: la primera el 25 de septiembre en el día nacional de los harkis, nombre con el que se conocía a los combatientes argelinos que se alinearon con Francia durante el conflicto por la independencia de su propio país, y a quienes pidió perdón por el “abandono” francés. La segunda ahora y la tercera el 19 de marzo de 2022, seis décadas después de los acuerdos de Evian, por los que el Gobierno francés y el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino rubricaron el alto el fuego.

Pese a no pronunciar ningún discurso durante el acto, su sola presencia allí y el comunicado posterior ha sido interpretado en el ámbito oficial como un gesto excepcional e impactante, que va más allá de la nota en la que Hollande reconoció hace nueve años esa represión.