La tasa interanual de inflación en Turquía se disparó el pasado mes hasta el 61,14 %, un nuevo máximo de las últimas dos décadas, informó este lunes el Instituto Turco de Estadística (TUIK). Ya en febrero, la inflación, de un 55,44 %, había sido la más alta en 20 años.

En su valor intermensual, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió en marzo un 5,46 % respecto a febrero, indicó el TUIK.

El fuerte encarecimiento fue impulsado, sobre todo, por la subida de los costes de la electricidad, el gas y los combustibles para el transporte, que prácticamente se duplicaron, así como los alimentos y bebidas no alcohólicas, que aumentaron más del 70 %.

En estos cálculos no se incluye aún el abrupto incremento de las tarifas del gas, del 35% para los hogares y del 50% para la industria, introducidas a partir del 1 de abril en el país euroasiático por la empresa pública BOTAS.

Las frecuentes alzas del precio de la gasolina han desatado en los últimos días protestas casi diarias en varias ciudades turcas, donde la población se queja de que no puede sobrevivir con la actual situación.

El Grupo de Investigación de la Inflación (ENAG), formado de forma independiente por académicos y economistas, informó, como hace habitualmente, de sus propios cálculos, que apuntan a una inflación del 143% para marzo, es decir, muy superior a la presentada por el TUIK.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sustituyó a fines de enero pasado al presidente del TUIK, aparentemente, según la prensa, porque el jefe del Estado y Gobierno consideró que la inflación calculada por la entidad para 2021, del 36,08 %, era demasiado alta.