pamplona - Las conversaciones para buscar una solución en Catalunya han encallado y han dejado en vilo la legislatura, porque ni el Gobierno ni el independentismo ven una salida a su desencuentro y es más que probable el rechazo a los Presupuestos del Estado. El Ejecutivo ha culpado a los independentistas de este parón por rechazar el marco que les planteó para hablar, incluida la mesa de partidos con la polémica figura del relator. La Generalitat, por el contrario, dice que ha sido el Gobierno, con su “falta de coraje” ante la presión de la derecha, el que ha “roto” este diálogo.

Así las cosas, quedan cuatro días para que el Congreso vote las enmiendas a la totalidad del proyecto de ley de los Presupuestos, y las posiciones están más alejadas que nunca, por lo que le será muy difícil al Gobierno y al PSOE encontrar apoyos para que las cuentas puedan seguir tramitándose.

Y mañana, además, se celebrará la concentración promovida por PP y Ciudadanos, a la que se ha sumado Vox, contra la política del Gobierno con Catalunya y para reclamar a Pedro Sánchez elecciones generales.

El miércoles, los negociadores mantuvieron una videoconferencia de una hora y media con el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y la consellera de la Presidencia, Elsa Artadi, en el Parlament. Ambas partes pensaron que el acuerdo estaba cerca. El Gobierno aceptaba la figura del relator y los interlocutores catalanes estaban dispuestos a renunciar a una figura internacional en favor de un perfil neutral de ámbito estatal. El jueves el intercambio de mensajes avanzaba la tormenta. A última hora de la tarde la propuesta del Gobierno no estaba en línea con las negociaciones previas.

Durante la mañana de ayer, el intercambio de mensajes siguió, hasta que a las 13.34 h llegó un mensaje de Calvo con un ultimátum. La vicepresidenta reclamaba que ERC y PDeCat retiraran su enmienda a la totalidad al presupuesto y se pondrían nombres de relatores sobre la mesa. Aragonès respondió proponiendo una videoconferencia por la tarde pero Calvo ya tenía el mandato de comparecer ante la prensa y reubicar las líneas rojas del diálogo. La rueda de prensa posterior al Consejo de Ministro tardó en convocarse y Calvo compareció a las 14 h. La mesa de partidos y el relator habían pasado a la historia para alivio de los líderes territoriales del PSOE, amotinados por la estrategia de Sánchez para Catalunya. La mayoría apunta ya a posibles elecciones generales en el otoño.

El Gobierno trata ahora de ganar tiempo por lo que la vicepresidenta aseguró que harán todo lo que puedan para lograr que los partidos apoyen los presupuestos. Pero admitió también que si no lo consiguen, la legislatura “se acorta” como en su día asumió el propio presidente, el único facultado constitucionalmente para convocar los comicios.

Calvo explicó que las fuerzas independentistas han rechazado las propuestas del Ejecutivo y siguen exigiendo un referéndum de autodeterminación contrario al marco constitucional, por lo que el diálogo ha “encallado”. No quiso darlo por roto, porque entiende que el Gobierno no puede nunca cerrar esa puerta, pero puntualizó que el marco planteado es “el único” posible, dentro de la legalidad y la Constitución, e insistió en que “nunca” se aceptará un referéndum de autodeterminación.

La propuesta incluía una mesa de partidos con representación en Catalunya y sus formaciones estatales “vinculadas” -de forma que podrían entrar Podemos y el PSOE, ya que en la mesa catalana están En Comú Podem y el PSC-, y era en esa mesa en la que habría estado el polémico relator para “coordinar” los trabajos y “crear las condiciones para hablar”. Una figura que fue la que provocó la dura reacción de PP y Ciudadanos esta semana pero sobre la que ayer ni siquiera se habló.

críticas a la derecha Tras insistir en que el Gobierno no puede proponer ni aceptar otro marco que no sea el que planteó, Calvo volvió a criticar a PP y Ciudadanos y contrapuso la “lealtad absoluta” con la que el PSOE se comportó desde la oposición ante el problema catalán con la actitud que están teniendo ambos partidos. “Las derechas no ayudan al diálogo, sino que agitan la situación” por intereses electorales, lamentó la número dos del Ejecutivo, para quien son los socialistas los que han tendido “todos los puentes posibles”. Además reprochó a populares y a Cs que no quisieran participar ni en la mesa de partidos ni en la comisión del Congreso sobre la organización territorial.

Por otro lado, Calvo avisó a los independentistas de que tendrán que explicar su rechazo a unos presupuestos que “son los que necesita el país”. La respuesta de la Generalitat al Gobierno no tardó. Aragonès y Artadi comparecían pocas horas después que la vicepresidenta. Artadi lamentó que el Gobierno socialista “haya decidido abandonar el diálogo” con la Generalitat y “ceder ante quienes están en contra de la democracia”. La consellera recordó que desde su llegada a la Moncloa Sánchez apostó por una “respuesta política al problema político” en Catalunya, pero a la hora de concretar los mecanismos de ese diálogo “está fallando y le está faltando coraje” para pasar “de la retórica a la realidad”.

Aragonés ahondó en la idea al señalar que Sánchez “no ha sido suficientemente valiente para resistir las presiones del nacionalismo español de derecha y de extrema derecha”, tras convocarse la manifestación de Madrid. Y del mismo modo que Calvo subrayó primero que el Gobierno seguía abierto a hablar, Aragonés prometió que el Govern “seguirá sentado” a la mesa esperando que los socialistas vuelvan para buscar una “solución dialogada, negociada y democrática” para Catalunya, aunque ha dejado claro que no aceptarán que se les pida “renunciar” a sus “convicciones”.

La situación, en definitiva, ha quedado encallada cuando se agota el tiempo para que el Gobierno consiga los apoyos para aprobar los presupuestos. En este momento solo tiene el de Podemos. Fuentes de la formación morada han asegurado que las conversaciones se han intensificado y son habituales a todos los niveles, también el más alto entre Sánchez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que se reunieron el pasado miércoles en la Moncloa. - D.N.

Un relator, congelado en WhatsApp

“Entiendo que es un no. Suerte”. La ruptura del diálogo entre el Gobierno y la Generalitat la formalizó la vicepresidenta Carmen Calvo ayer en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, pero había dado el paso minutos antes por WhatsApp. El grupo Coordinación BCN-Madrid, que ha servido durante un par de meses para mantener vivos los canales de comunicación entre Calvo, el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y la consellera de la Presidencia, Elsa Artadi, fue el escenario del fin del diálogo: “Entiendo que es un no. Suerte” fue el último mensaje de Calvo, que condicionó concretar el nombre al relator a la retirada del veto a los Presupuestos.