MADRID. El exconsejero catalán de Asuntos Exteriores Raül Romeva sigue la estrategia de defensa, en el juicio por el proceso independentista, ya vista en el exvicepresidente Oriol Junqueras, ya que ha decidido no contestar a las preguntas de las acusaciones al considerarse un "preso político" sujeto a un "juicio político".

Por eso, Romeva ha comunicado al tribunal que juzga el 'procés', tras ocupar la silla destinada para las declaraciones de acusados y testigos, que únicamente responderá a las cuestiones que le plantee su abogado, Andreu Van Den Eynde, quien también defiende a Junqueras.

"En coherencia con lo que he hecho durante la instrucción, voy a declarar sólo a las preguntas de mi abogado. Y porque considero que esto es un juicio político. Me considero un preso político", ha afirmado el exconsejero, quien también ha expresado su queja por no contar con una traducción simultánea del catalán durante su interrogatorio.

El Ministerio Público solicita para el exconsejero 16 años de cárcel por delitos de rebelión y malversación, mientras que la Abogacía del Estado rebaja su petición a 11 años y medio de prisión al acusar sólo de sedición y malversación. Vox, por su parte, eleva la solicitud de pena hasta los 74 años por dos delitos de rebelión, uno de organización criminal y otro de malversación.

Romeva ha defendido durante su declaración este martes que la concentración del 20 de septiembre de 2017 frente a la Consejería de Economía "no es un alzamiento" y que "la únicas armas fueron las de la Guardia Civil".

El exmandatario catalán ha realizado estas manifestaciones tras definirse como un experto en resolución de conflictos y "cultura de paz" y negar "ser independentista", si bien ha explicado que lo "está" por la "ruptura emocional profunda" que le produjo la sentencia sobre el Estatut de Cataluña que dictó en 2010 el Tribunal Constitucional.

También se ha referido Romeva a la ausencia de violencia en relación a la jornada del 1-O, cuando desde el Govern llamaron a la ciudadanía a participar "libre y obviamente de forma no partidista". La situación según ha reconocido el exconsejero fue "tensa en el sentido de preocupación pero había una firme determinación cívica y pacífica de llevar a cabo el derecho a voto", y el único uso de la violencia de forma injustificada fue a su juicio el empleado por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Romeva ha realizado estas afirmaciones en respuesta a las preguntas de su abogado.

Las primeras preguntas del abogado Van den Eynde se han dirigido a destacar la "cultura de la paz" sobre la que ha pivotado toda la carrera de Romeva, que llegó a ERC tras ejercer cargos por ICV -fue europarlamentario de esta coalición de izquierdas-, después de ser objetor de conciencia, dar clase sobre relaciones internacionales, coordinar campañas para la paz en Bosnia-Herzegovina de la Unesco y publicar varios libros sobre paz y seguridad.

El punto de inflexión para "estar independentista" lo ha situado el exconsejero en 2010, cuando según ha relatado se bajó "del barco del federalismo" para subir al de la república catalana a causa de la sentencia de Estatut, que ha calificado de "dramática" y obra de "un tribunal politizado" de tan sólo diez magistrados, al no sustituirse a los recusados o que habían fallecido.

"Me defino como demócrata, republicano y europeísta y ahora "estoy" independentistas porque defiendo un derecho basado en la no discriminación que no va contra nadie", ha manifestado, para añadir que mientras quienes defienden "unos valores por encima de una circunstancia" están siendo juzgados, "quienes amenazan la Europa de los derechos y las libertades se sientan en el banquillo de la acusación", en clara alusión a Vox.

DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN

Romeva también ha empleado gran parte de su intervención en defender que el derecho de autodeterminación, al afirmar no está prohibido en la Constitución, por lo que considera que "es cuestión de voluntad política encontrar la forma de ejercerlo".

Así, ha reconocido que "durante toda su vida" ha hablado "sin ningún problema y sin ningún rubor" sobre el derecho a decidir en Cataluña, también como eurodiputado y como consejero del Govern de la Generalitat.

"Sí, yo he defendido el derecho a la autodeterminación, pero es que no es delito", ha insistido Romeva a las preguntas de su abogado, y tras subrayas que "la autodeterminación no va en contra de la Constitución española".