pamplona - Iñigo Urkullu reforzó ayer la idea de que Carles Puigdemont buscó una solución consensuada hasta horas antes de que proclamara la declaración unilateral de independencia (DUI) el 27 de octubre de 2017. En su testifical ante la Sala II del Tribunal Supremo, el lehendakari detalló sus gestiones de intermediación entre los gobiernos catalán y español, proceso donde ni el ahora president en el exilio quería aplicar la DUI ni Mariano Rajoy el artículo 155, aunque las presiones internas y externas obligaron al exjefe del Govern a desandar lo previsto. La declaración del jefe del Ejecutivo vasco, documentada y desgranada ante las defensas y la acusación, rectificó la exposición del expresidente español, quien afirmó que no había existido “ninguna mediación de nada” y que se dedicó a escuchar a “mucha gente” durante el procés.

Testigo a propuesta de la defensa del exconseller Josep Rull, Urkullu fijó en junio de 2017 su labor de “enlace” para acercar posturas entre Puigdemont y Rajoy en un conflicto donde tras el 20-S advirtió al exlíder del PP que el asunto se estaba “yendo de las manos”, una condición de intermediario que se intensificó tras el referéndum. El lehendakari se mostró convencido de que el expresident era más partidario de convocar comicios en Catalunya y de que tampoco Rajoy “era muy dado” a establecer el 155, aunque el presidente nunca llegó a asegurar “taxativamente” que desistiría de activarlo incluso si se fuera a las urnas. Según su relato, a raíz de sus gestiones la madrugada del 25 al 26 de octubre de 2017 se alcanzó un “acuerdo” para llevar a elecciones a los catalanes, y el propio Puigdemont le certificó esta posición el mismo 26 de octubre por la mañana, una hora antes de la rueda de prensa donde iba a anunciarlo.

manifestación Urkullu habló esa mañana con el exconseller Santi Vila y éste le señaló que había conversado con el entonces ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien le había sugerido que mediara para evitar la DUI. Contra todo pronóstico, y ante la tensión de la calle y de miembros de JxCat y ERC, sobre las 14.00 horas el expresident trasladó al lehendakari que, “lamentándolo”, no podía plasmar el acuerdo porque “las personas que estaban manifestándose en la plaza Sant Jaume se les estaban rebelando y también tenía presión en su grupo. En el último instante”, desveló, transmitió a Puigdemont que no podía ofrecerle “garantías” de que no se aplicaría el 155 si renunciaba a la DUI, pero sí tenía “una intuición”, que no la constatación, de que podría evitarse la suspensión de la autonomía.

Dicha intuición se fundamentaba en que disuelto el Parlament y convocadas las elecciones, aunque el Senado acordara el 155, la “disposición” entre formaciones “hiciera que no se aplicara definitivamente. Pero no hubo una repuesta taxativa por parte de Rajoy”, aclaró.

Ocho meses después de que Puigdemont anunciara un referéndum con o sin acuerdo con el Gobierno español, Urkullu empezó el 19 de junio de 2017 su labor de enlace con un encuentro de cuatro horas con el expresident en el Palau. “Me manifestó la situación de bloqueo absoluto en la relación entre el Govern y el Gobierno y me solicitó que interviniera para intentar encauzar la relación, en busca de una solución acordada y pactada”, ilustró. Ese mismo día, Urkullu se reunió con la entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en el aeropuerto de El Prat, lo que, exactamente un mes después, propició un encuentro de dos horas con Rajoy en Moncloa. Sobre todo tras el referéndum, Urkullu fue “presentando propuestas al Govern y al Gobierno” del PP, entre cuatro o cinco, que buscaban establecer un “esquema de diálogo” que daría pie después un periodo de “tres meses de distensión”. El lehendakari encontró en Puigdemont “absoluta receptividad” a sus planteamientos, mantuvo comunicaciones “escritas” con el líder soberanista entre el 20 y 23 de octubre, y comunicaciones con Rajoy.

autodeterminación Según el lehendakari, durante sus gestiones el presidente mantuvo una “actitud de escucha, de atención, de repuesta a las cuestiones”, pero se mostró “renuente a cualquier paso que pudiera interpretarse que se ese diálogo traspasara los límites de la Constitución. En ningún caso hablamos del derecho a la autodeterminación”, subrayó. Puigdemont “compartía la reflexión” de que “en modo alguno” tenía deseo de proceder a la DUI, lo que pudo constatar cuando dejó en suspenso la declaración de independencia en su intervención del 10 de octubre de 2017 en el pleno del Parlament.

Hasta el giro de los acontecimientos que se produjo la mañana del 26. Al día siguiente, el Parlament aprobó, en votación secreta, la resolución de declaración de independencia y Moncloa activó el 155 y convocó elecciones autonómicas para el 27 de diciembre, que reforzó la mayoría parlamentaria independentista.

el cinturón y la guarda civil. Iñigo Urkullu se vio obligado a aclarar con una foto a la Asociación pro Guardia Civil que llevaba puesto el cinturón de seguridad cuando viajó a Madrid. De este modo, respondió al tuit en el que Aprogc le recordaba la obligatoriedad de usarlo y apoyaba el consejo en una foto hecha pública por el propio lehendakari sentado en el asiento de atrás en la que el cinturón estaba oculto tras su corbata. Foto: Efe