Estrasburgo - Un grupo de sesenta jóvenes por el clima de veinte países europeos denunciaron ayer ante la prensa en el Parlamento Europeo que los políticos no cumplen con sus promesas ni son lo suficientemente ambiciosos para luchar contra el calentamiento global. Forman parte de la Juventud por el clima y la iniciativa Viernes por el futuro, un movimiento de huelgas estudiantiles que ha ido ganando entidad en países como Bélgica y que en el Estado español ya moviliza a varios miles de jóvenes organizados gracias a las redes sociales.

Mañana está prevista la primera gran manifestación por el clima juvenil a la escala global, aunque los activistas dejan claro que habrá muchas más, incluida una gran acción antes de las próximas elecciones europeas del 26 de mayo. “Los políticos no se dan cuenta de la urgencia de la crisis, de que la gente se muere por el cambio climático. Ellos tienen que dejarse de buenas palabras y pasar a la acción”, manifestó Jonas, uno de los jóvenes que habló en la rueda de prensa y que como el resto solo quiere ser nombrado como activista y no como portavoz.

Tienen entre 10 y 26 años, muchos han viajado a Estrasburgo acompañados por sus padres, los mayores solos, pero todos han tomado la misma decisión: no coger un avión para llegar a la sede de la Eurocámara y evitar así contaminar con su viaje. La mayoría ha optado por el autobús, incluso viajando desde Suecia o España. “Europa no ha tomado todavía ninguna acción significativa, seguiremos yendo a las huelgas hasta que el Planeta sea un lugar seguro”, señaló Anuna De Weber, la joven belga que ha movilizado a miles de institutos en su país en la lucha contra el cambio climático.

El grupo parlamentario de los Verdes europeos es quien ha cursado la invitación a los jóvenes para viajar a Estrasburgo y reunirse con los eurodiputados, pero insisten que ni ese partido ni ningún otro les representa y que quieren persistir como movimiento horizontal y asambleario. Ayer fueron testigos desde la galería superior del hemiciclo de un debate sobre el clima y las acciones de la Unión Europea en el que intervinieron entre otros el comisario europeo por el Clima, el español Miguel Arias Cañete.

“Creo que han hablado sabiendo que estábamos allí, asegurando que van a hacer muchas cosas que después no piensan llevar a cabo, solo mienten”, apuntó Isabelle, de Suecia. Lo que más les llamó la atención, explicaron varios activistas a Efe, fue el escaso quórum de eurodiputados el pleno participando y escuchando del debate. Aunque no se pudo oír su voz desde los escaños, aprovecharon el silencio del término del debate para exigir “¡Justicia climática, ya!”, el mismo cántico con el que se despidieron en la rueda de prensa. “No solo se trata de escucharnos a nosotros, a quienes tienen que escuchar y hacer caso es a los científicos que alertan de las consecuencias del cambio climático y de que solo quedan once años antes de que sea irreversible”, explicó Linus, un adolescente alemán.

Ayer pudieron reunirse con eurodiputados de los grupos ecologista, socialdemócrata y de la Izquierda Unitaria, aunque la invitación la habían hecho extensiva a todas las formaciones parlamentarias. El grupo ecologista había propuesto que uno de los rostros del movimiento, Greta Thunberg, hablase en el pleno o en una comisión parlamentaria, aunque no prosperó.

“Las derechas europeas y los liberales tenían miedo de que una niña de 16 años les diera una lección magistral (...) El cambio climático es una urgencia y debe serlo para todos los partidos, también en España, mucho más que debates estériles sobre la identidad”, afirmó Florent Marcellesi (Equo).

La decisión de no dar espacio directo a los adolescentes y jóvenes provino de la Conferencia de presidentes del Parlamento Europeo, y varios líderes señalaron que “los niños tienen que estar en clase, no aquí”.