pamplona - Con la octava semana del juicio del procés regresaron las críticas a la “pasividad” y obstrucción de los Mossos el 1-O de la mano de un mando de la Policía, que resaltó “el clima de desconfianza” hacia el cuerpo autonómico y la labor de vigilancia a las fuerzas de seguridad que desplegaron. El jefe de Información de la Policía en Catalunya se sumó a las críticas a los Mossos y les acusó de desplegar labores de vigilancia a otros cuerpos por “instrucción” de sus superiores, que alcanzaron, según dijo, las 271 solo Barcelona, con el chequeo del 52% de los coches camuflados, para avisar a los ciudadanos de la llegada de la Policía a centros de votación.

El comisario Juan Manuel Quintela, investigado por el cerco policial a la sede de la CUP el 20-S, aportó un relato pormenorizado de los incidentes que se registraron contra la Policía el 1-O en el que resaltó la labor, a su juicio, ineficaz de los Mossos, que dio lugar a que creciera un “clima de desconfianza” entre los cuerpos. Y es que había “serias sospechas” de que la del referéndum sería una jornada “muy complicada” a tenor de los “comportamientos” de las últimas semanas, en las que se dio “una situación de generalizada desobediencia”, de un ambiente “casi prerrevolucionario”. “Era muy peligroso sacar a la gente ese día sabiendo que la Policía iba a tener que intervenir y se iba a generar un escenario tremendamente complejo, como así fue”, señaló. Ante estos hechos, y según el comisario, los Mossos actuaron con “instrucciones” para no colaborar, pero a veces también les obstaculizaron, como cuando un mando de la Policía catalana bloqueó la entrada de los agentes al grito de “dejadles votar”.

También declaró uno de los mossos que supuestamente se mofó de guardias civiles, pero sí admitió que cuando vieron a los agentes acercándose mirándolos “fijamente”, comentaron: “Estos podrían ser piolines”. - D.N.