Barcelona - El tribunal del juicio del procés en el Tribunal Supremo ha rechazado la petición de libertad planteada por cinco de los acusados, el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, el expresidente de Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez y los exconsejeros Jordi Turull, Josep Rull, Oriol Junqueras, Raül Romeva para poder participar en la campaña electoral del 28-A, en la que han sido proclamados candidatos. La decisión afecta también al exconsejero de Interior Joaquim Forn, cuya defensa se adhirió a la petición de sus compañeros de banquillo.

La Sala considera que los presupuestos para mantener la medida privativa de libertad siguen concurriendo, entre ellos el riesgo de fuga, por lo que tampoco aprueba la aplicación a los encausados de medidas menos gravosas a la prisión como sería el control telemático o el arresto domiciliario bajo vigilancia policial, que califica de “insuficientes”.

Para la Sala, las razones sobrevenidas que ahora son alegadas por las defensas para reivindicar el cese de la prisión preventiva que pesa sobre todos los recurrentes “no son atendibles”. Añade que el juicio se encuentra en pleno desarrollo y que “la desatención al llamamiento judicial para la continuación de las sesiones del plenario introduciría una importante disfunción”, ya que la medida se orienta precisamente a asegurar la presencia de todos ellos.

Para la Sala, el mantenimiento de la privación de libertad es proporcionado y no vulnera el derecho de participación política de los acusados, que se presentan como candidatos al Congreso de los Diputados por JxCat (Sánchez, Rull y Turull) y ERC (Junqueras); y al Senado (Romeva por ERC).

Además de decidir sobre los presos, el tribunal escuchó a varios policías, que relatado en el juicio los gestos de connivencia y complicidad de los Mossos con votantes del 1-O, que les correspondían con “besos y abrazos” por permitirles sacar urnas de los colegios ante su “mirada indolente” e, incluso, sortearlas entre los ciudadanos para llevarlas a casas particulares, una narración casi clónica a la de los policías y mandos que han venido testificando estos días.

Los 15 agentes, citados a petición de la Fiscalía y la Abogacía, que actuaron en los colegios para requisar el material electoral o realizaron labores de información alrededor de centros de Barcelona, dieron parte de la actitud de algunos mossos que sugería una colaboración pasiva y activa con los votantes.

Los testigos contaron cómo los ciudadanos entregaron las urnas a los mossos “de forma amistosa”, “en un ambiente de cordialidad” y acompañados de “besos y abrazos”, pero siempre al final de la votación y sugiriendo que no se trataban de hechos aislados. Un escenario que a juicio de un inspector “no tiene mucho sentido”, pues el mandato judicial hablaba de requisar el material para impedir la votación, pero no después de realizarla y haber estado “congraciándose con las personas que estaban allí”, a las que, según su testimonio, permitieron sortear las urnas para llevárselas a casa

Esta forma de actuar apoya las tesis de la Fiscalía de que los mossos solo cerraron los colegios o se apropiaron de las urnas al final del día, cuando ya se había realizado el recuento de votos. Tanto es así que otro inspector explicó que el 1-O escuchó a un mosso explicar a un periodista en la puerta de un colegio que “las urnas no importaban” sino que “lo importante era el recuento” de votos de la jornada, al término de la cual el agente recibió abrazos de los votantes y él “respondió de manera efusiva”.

Más anecdótico es lo que ocurrió en el colegio Manuel Carrasco y Formiguera, donde un agente señaló que vieron a un mosso irse “con una urna en la mano y en la otra a su pareja”. Cuando los policías autonómicos no se llevaban las urnas, lo hacían los ciudadanos “ante la indolente mirada de mossos”. - D.N.