pamplona - Vox evitó ayer la primera derrota parlamentaria de PP y Ciudadanos en Andalucía. Pese a las amenazas vertidas esta semana a Pablo Casado, el partido de ultraderecha apoyó la rebaja fiscal decretada por el presidente, Juan Manuel Moreno Bonilla, que incluye una rebaja del IRPF y prácticamente la eliminación el impuesto de sucesiones, la primera medida efectiva y en vigor aprobada en 100 días por el primer Gobierno de derechas de Andalucía. Horas antes, el portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, Alejandro Hernández, había exigido al presidente del PP que rectificara las palabras en las que calificó a Vox como “extrema derecha” para sentarse a negociar con el Gobierno regional los presupuestos de la Junta ni avalarían la bajada de impuestos, que dos horas después aprobaron. “Esto no es una rabieta ni una reacción desmesurada”, advirtió.

“Si a los incumplimientos del acuerdo de investidura firmado con el PP añadimos la ofensa, estamos echando gasolina a un fuego que ya ha alcanzado unas dimensiones lo suficientemente importantes como para que en estos momentos no estemos en disposición de sentarnos a hablar con el PP ni con Ciudadanos”, zanjó.

Desde el PP andaluz ningún dirigente quiso repetir las palabras de Casado sobre Vox. El portavoz parlamentario, José Antonio Nieto, hizo contorsionismo verbal: “La izquierda del PSOE es tan extrema izquierda como la derecha del PP es la extrema derecha. Vox es al PP lo que Podemos al PSOE. Eso no es una descalificación”. También acusó a Vox de tener “la mandíbula de cristal”, tras recordar que Santiago Abascal llamó a la PP “la derechita cobarde”.

Por su parte, el vicepresidente andaluz y líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, ha dicho este jueves que no comparte “en absoluto” las palabras de Casado, y aseguró que él no va a “poner etiquetas” a ninguna formación política. “Tanto unos como otros tenemos un posicionamiento, una ideología, estamos defendiendo un proyecto político, son los ciudadanos los que nos ponen las etiquetas, yo no”, se desmarcó Marín.

El Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos cumplió ayer sus primeros cien días, el “periodo de gracia” que se suele dejar -en teoría- a los nuevos ejecutivos. Pese al ajetreo de la conversión exprés del PP al centrismo tras su derrota electoral, en lo que respecta a PP y Cs, el Gobierno andaluz ha demostrado sintonía en estos tres meses. El balance que trasladaron la semana pasada, cuando sumaban 92 días, fue de “cumplimiento”, “absoluta lealtad”, “un único proyecto”, “una fórmula que funciona” y “velocidad de crucero”. PP y Ciudadanos firmaron dos documentos, uno de legislatura con noventa puntos y otro para los cien primeros días, con veintiuna medidas que ya han dado por satisfechas. - D.N.