Joan Porras se hizo conocido como Joan BonaNit en sus perfiles de redes sociales a raíz de sus visitas diarias a la cárcel de Lledoners, donde estuvieron los políticos presos antes de ser trasladados a Madrid de cara al juicio, para desear, megáfono en mano, “buenas noches” a los soberanistas encarcelados. Durante su comparecencia ayer en el Tribunal Supremo para explicar el referéndum del 1-O en el Instituto Pius Quer de Manresa, descubriendo por vez primera su identidad y respondiendo a la fiscal Consuelo Madrigal, este estudiante universitario explicó que en ningún momento se podía imaginar que una votación fuera ilegal. “Si votar es un delito, aquí en este banquillo tendríamos que estar sentados dos millones de catalanes”, señaló, aseveración que en su día pronunció en la misma Sala la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

BonaNit contestó después a la abogada del Estado, Rosa María Seoane, que pasaron la noche en el colegio porque “era una jornada de celebración, unas votaciones, la fiesta de la democracia”; al tiempo que relató cómo a las ocho de la mañana apareció un binomio de mossos y, ante la cantidad de gente, los agentes se marcharon; que a las 11.00 horas se presentaron furgonetas de policías, que pensaban que eran de la Guardia Civil y que les pegarían, por lo que apartaron a las personas mayores y los niños, pero que eran mossos, quienes hicieron un cordón policial, entraron en su colegio electoral y se llevaron las urnas. “En ningún momento causaron daños materiales ni físicos. Entraron pasando entre la gente que estaba sentada”, consideró.

Durante la testifical varios ciudadanos catalanes que participaron aquella jornada declararon que fueron ellos mismos los que se organizaron para llevar a cabo la votación y tratar de impedir la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil cuando se personaron en los centros con el objetivo de cumplir la orden judicial de clausurar los locales e incautar el material electoral. En ningún caso identificaron específicamente a los miembros del Govern de Carles Puigdemont como las personas que les animaron a votar, sino que “sabían” que el 1-O había un referéndum y que todos querían participar. “Los mossos llegaron y nos preguntaron quién era el responsable; dijimos que éramos todos los responsables”, apuntó Porras. Los testigos coincidieron en subrayar que las intervenciones policiales no respondieron a ninguna provocación por parte del grueso de votantes, sino que los agentes comenzaron a cargar sin mediar palabra alguna.

marchena frena al fiscal En un momento de la vista, el juez Manuel Marchena se erigió en protagonista al parar los pies al fiscal: “Vamos a ver señor fiscal, ella -por una de las declarantes- en principio es libre de decidir si vota, si no vota, si lo considera legal, si no lo considera ilegal. No puede usted en la pregunta formularle un reproche por el hecho de ir a votar”.

Dos testigos dijeron que contestarían a la acusación popular de Vox “por imperativo legal”, mientras que el penúltimo aseguró antes de empezar que “la verdad les hará libres”, en alusión a los acusados. Otros tres pidieron permiso a Marchena, para quedarse entre el público, a lo que el juez respondió que “por supuesto”, que estaban “invitados”.

El público que asistió estuvo integrado por algunos personajes destacados como el jugador del Atlético de Madrid Juanfran, que acudió con su pareja, que ha estudiado Abogacía, o el actor Queco Novell, que encarna el papel del presidente del tribunal, Manuel Marchena, en el programa de humor Polònia, de TV3.