Pamplona - Ha sido sin duda uno de los grandes logros de la legislatura del Gobierno del cambio, que tomó las riendas de las cuentas públicas con un déficit presupuestario de 250 millones, y ha cerrado el último ejercicio con un saldo positivo de 116. Cifras que han permitido recuperar la estabilidad económica de Navarra, que según avisó la Cámara de Comptos en 2015 estaba en riesgo de “insolvencia”. Y que ha logrado además al mismo tiempo en el que recuperaba la inversión social de los recortes de años anteriores. Solo en este 2019 Navarra invertirá en salud, educación y derechos sociales 384 millones más que en 2015.

Tres han sido los factores determinantes. Por un lado, la reforma fiscal aprobada a los meses de llegar al Gobierno, que permitió recuperar la recaudación que había caído considerablemente los años de crisis y, en parte también, por las rebajas fiscales aprobadas por UPN y PSN justo antes de las elecciones. Por otro, la propia mejora económica, que ha dinamizado el consumo y ha mejorado el empleo, lo que a su vez ha hecho aumentar los ingresos. Y, finalmente, el acuerdo del Convenio Económico alcanzado con el Gobierno de Mariano Rajoy a finales de 2017, y que le supuso a Navarra una rebaja de su aportación anual al Estado cercana a los 600 millones.

Prudencia y gestión El resultado ha sido una gestión eficaz y prudente que ya en 2017 hizo que Navarra recuperara los niveles de ingresos previos a la crisis. Lo que se ha traducido en dos superávit consecutivos (de 241 millones en 2017 y de 112 en 2018), y un progresivo control de la deuda pública hasta dejarla en el 16,7% del PIB, frente al 17,9% que había al inicio de la legislatura. La deuda neta queda así en 3.441 millones, 202 millones menos que el límite fijado desde Madrid.

De hecho, Navarra fue en 2018 la comunidad que más redujo su deuda neta. Lo hizo en 187 millones, la primera reducción de endeudamiento desde el inicio de la crisis hace más de diez años. “Si se gestiona con rigor, es compatible la sostenibilidad financiera de las cuentas públicas con un aumento de los recursos para gasto social”, explica el consejero de Hacienda, Mikel Aranburu, que considera que al cierre de la legislatura Navarra muestra “unas cuentas públicas saneadas”. Según el responsable de la Hacienda Foral, en su último ejercicio completo, el de 2018, la Comunidad Foral cumplió con todas las exigencias que fija la Ley de Estabilidad Presupuestaria en cuanto a déficit, deuda pública y regla de gasto.

En cuanto al primer requisito, Navarra cerró 2018 por segundo año con superávit, esta vez de 116 millones, el 0,56% del PIB. La mitad, unos 60 millones, se corresponden con una mayor recaudación de la estimada inicialmente, y otros 22 millones con ingresos no tributarios no previstos. El resto, 34 millones, son inejecuciones presupuestarias, es decir, gastos que por diversos motivos no se ejecutaron en su totalidad. Supone aproximadamente el 0,85% del presupuesto anual.

El superávit es ligeramente inferior al del año anterior, que estuvo condicionado por los ingresos extraordinarios que supuso la actualización del Convenio Económico y la devolución por parte del Estado del dinero que había cobrado de más los años anteriores. No obstante, a cierre de 2018 los ingresos volvieron a ser mayores que los gastos por segundo año consecutivo, lo que consolida una senda de estabilidad presupuestaria que se había descontrolado con la crisis económica. Solo entre 2011 y 2013 Navarra acumuló un déficit cercano a los 1.000 millones que hubo que compensar con la emisión de grandes cantidades de deuda pública.

Ha sido no obstante un proceso paulatino, en el que el Ejecutivo foral ha ido combinando un aumento de la inversión pública con una reducción pausada del déficit. Del 1,4% de 2015 se pasó al 0,7% de 2016. Un desfase que hubo que compensar con nuevas emisiones de deuda pública. La tendencia se corrió ya en 2017 con un superávit presupuestario que en 2018 ha permitido reducir la deuda pública, que se mantiene todavía en términos altos, pero que por primera vez desde 2008 logra reducir el endeudamiento neto.

A falta de una confirmación por parte del Ministerio de Hacienda, el Ejecutivo foral también da por cumplida la regla de gasto, lo que le permitirá acometer inversiones de carácter sostenible sin necesidad de autorización previa de Madrid.

El Gobierno crea bonos sostenibles

Financiación. Este año Navarra ha debutado en la emisión de bonos sostenibles convirtiéndose así en la tercera comunidad en hacerlo (por detrás de la CAV y Madrid) y en la primera de un tamaño tan reducido. Supone un cambio cualitativo de gestionar la deuda que, según el Ejecutivo, “coloca a Navarra en Europa y se abre a un inversor europeo socialmente responsable”. Los proyectos que se financien con esta deuda deberán ser verdes o sociales, además de alinear la política financiera con la sostenibilidad, fomentan la transparencia en la gestión de la deuda ya que hay que rendir cuentas de los mismos. El Gobierno ha elaborado un “Marco de Financiación Sostenible” para regularlos.