pamplona - Cuando se daba prácticamente por hecho que los letrados del Congreso de los Diputados iban a bajar el listón de la mayoría absoluta a los 174 escaños por la suspensión de los diputados catalanes presos, anoche se conoció que su informe rechaza alterar las cifras y mantiene la meta en los 176 votos de siempre. Aunque no era el desenlace más favorable para Sánchez, a falta de que se concrete hoy en la Mesa del Congreso, en realidad no afecta a la investidura y podrá arrancarla sin contar con los nacionalistas catalanes, con una segunda votación por mayoría simple, aunque durante la legislatura deberá medir lo que sucede con las leyes orgánicas y los trámites que exigen la absoluta. Son casos concretos y la importancia de la decisión no es clave para el devenir del mandato.

Lo único cierto es que Sánchez tendría que contar con los soberanistas y, muy en especial, con ERC, para ser investido en primera votación por mayoría absoluta, pero en la segunda le basta la mayoría simple. En un escenario en que los soberanistas votaran en contra, al encontrarse cuatro suspendidos y no poder votar, no alcanzarían la cifra de 175 sumando sus votos y los de la derecha española y, por tanto, no empatarían con la suma de 175 que aupó a Batet a la presidencia del Congreso y que quiere repetir Sánchez. En sentido estricto, no necesitaría la abstención catalana, siempre que no decidan correr lista y sustituir a los suspendidos.

Sánchez aspira a repetir la mayoría que unió al PSOE, Unidas Podemos, PNV, Coalición Canaria, Compromís y el Partido Regionalista de Cantabria. Suponiendo que tuviera enfrente los 175 rechazos de los catalanes, EH Bildu (en una estrategia conjunta con ERC) y la derecha, habría que restarles los cuatro suspendidos. Si Oriol Junqueras renunciara al acta para ser eurodiputado, la cifra quedaría en 172. Sánchez tendría así que sumar al menos 173 a favor y no necesitaría el de Coalición Canaria, aunque debería asegurarse de que no votara en contra. Coalición Canaria es la más reticente porque rechaza un gobierno influido por Unidas Podemos.

Precisamente hoy comienza el ritual previo a la sesión de investidura. Tras el silencio sobre los pactos de gobernabilidad durante las elecciones municipales y autonómicas para no patinar en campaña, el debate de la investidura vuelve a emerger hoy con la ronda de contactos del rey con los partidos, un trámite que nadie duda de que terminará con la propuesta del socialista como candidato a la presidencia porque fue el más votado y no hay mayorías alternativas viables. Sin embargo, la votación en el Congreso de los Diputados no será inmediata porque el Gobierno aduce compromisos internacionales y, sobre todo, está pendiente de las mayorías que se articulen en las comunidades y los ayuntamientos, donde alberga la tenue expectativa de un acercamiento a Cs y, de rebote, la poco probable abstención naranja en su investidura. Por el camino, el PSOE está lanzando globos sonda en contra del gobierno progresista en Navarra, lo que le enfrenta directamente al PNV, uno de sus posibles socios en el Estado. El problema de estas maniobras es que cada vez parece más claro que Cs pactará con el PP, como sucedió ayer en Aragón.

Sánchez sigue mirando también a Ciudadanos, pero este partido ya ha comenzado a negociar gobiernos de la derecha con el PP, como sucedió ayer en Aragón, donde los populares aceptaron el decálogo naranja, aunque necesitan más socios. También han comenzado a sobrevolar las condiciones de Cs para la Comunidad de Madrid, donde Ignacio Aguado exige para su partido la presidencia del parlamento regional al PP. En Castilla y León, la negociación comenzará hoy. Sin Ciudadanos, el PSOE tendrá que volver a mirar a la mayoría progresista y al PNV, aunque todavía confía en un cambio de cromos para repartirse tanto el gobierno como el ayuntamiento madrileños. Sobre todo, lo fía todo a la mala sintonía entre Cs y Vox y al intento del partido naranja en desmarcarse de la formación ultra y que parezca que no han pactado nada. Sin embargo, el PP también ha movido ficha y está llevando el peso de las negociaciones con Vox, con reuniones como la de ayer en el Congreso. - D.N.

Vox niega la brecha salarial que reflejan los datos oficiales. Vox ha presentado una proposición de ley en el Parlamento andaluz en la que señala que la brecha salarial es una “mentira” comparable a la “chica de la curva”. Según Eurostat, en Europa las mujeres cobran un 16% menos por hora que los hombres y en España, un 15%, 5.800 euros menos al año, según el INE.

Feijóo cuestiona la estrategia de Casado. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, defendió que el PP forme gobiernos con Ciudadanos en comunidades autónomas y ayuntamientos y cuenten con el apoyo puntual de Vox, donde sea necesario. “No soy partidario de que Vox entre en los gobiernos, pero he de respetar las necesidades y estratégicas de cada territorio”, dijo. “O gobierna con los socialistas y cometen un fraude electoral, porque siempre han dicho que en ningún caso gobernarían con el partido de Pedro Sánchez, o la única alternativa es gobernar con el PP, cuando no se sume pedir apoyos puntuales al partido Vox”, añadió.

Alonso pide a Casado que respete a las organizaciones territoriales. El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, sostuvo que la dirección nacional del PP debe “respetar” a cada una de sus organizaciones territoriales y pidió a su líder, Pablo Casado, que confíe en ellas. Alonso prometió ayudarle a “entender que el PP ha estado siempre muy ligado a la tierra en casa sitio”.