pamplona - El Ministerio del Interior del gobierno de Mariano Rajoy, entonces liderado por Jorge Fernández Díaz, utilizó dinero de los fondos reservados para borrar el rastro que había dejado en el robo de información al extesorero del PP Luis Bárcenas. El comisario Enrique García Castaño, uno de los mandos policiales que dirigió la operación Kitchen, desveló en la Audiencia Nacional la compra con fondos reservados de un ordenador portátil para que el ex secretario de Estado de Interior, Francisco Martínez, consultara en secreto la información sustraída a Bárcenas.

Para que su relato fuera lo más preciso posible, este comisario identificó entre la relación de pagos que ya han sido desclasificados por el Ministerio uno concreto, que vincula con esta compra. La disposición de fondos que señaló reza textualmente: “Equipo informático SES (Secretaría de Estado de Interior)”, según ha podido acreditar el diario El Mundo. Esta adquisición engloba, siempre según la confesión de este comisario, tanto el dispositivo informático como un pendrive en el que se volcó, sin orden judicial, el contenido íntegro de varios teléfonos móviles del ex tesorero del PP.

El ex responsable de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía, imputado en esta causa y que ha decidido colaborar con la Justicia, confesó ante el juez Manuel García Castellón tanto la adquisición de este material como su entrega en persona a Martínez, ex número dos de Interior bajo el mandato de Mariano Rajoy.

Cabe recordar que la Audiencia Nacional investiga, en el marco del caso Villarejo, la operación diseñada por Interior para arrebatar a Bárcenas documentación contra el PP y proteger al entonces presidente del Gobierno de quien había sido uno de sus hombres de máxima confianza.

altos cargos La Fiscalía Anticorrupción, que bautizó este operativo como “parapolicial”, sostiene que la única finalidad que persiguió fue que la Policía robara al ex tesorero siguiendo instrucciones de “altos mandos de Interior”. En esta pieza están imputados todos los policías que participaron, entre los que se encuentra el comisario José Manuel Villarejo, el también comisario Andrés Gómez Gordo y el ex director adjunto operativo (DAO) de la Policía, Eugenio Pino, así como su equipo de confianza y el anterior responsable de Asuntos Internos.

Tras escuchar su testimonio, García Castaño fue requerido expresamente por los investigadores para que confirmara que ese material fue entregado por él en mano a Martínez, a lo que éste contestó con una afirmación rotunda, informó el rotativo madrileño. Al mismo tiempo que subrayó su decisión de colaborar con la Justicia contando todas las ilegalidades que realizó o conoció en Kitchen.

El motivo de la compra del citado material informático, según el relato que expuso en el Juzgado Central de Instrucción número 6 que instruye el caso Villarejo y a cuyo, era que Martínez pudiera acceder al contenido de los teléfonos móviles que la Policía sustrajo al ex tesorero con seguridad. En ellos se hallaban, entre otras cuestiones, los mensajes que Bárcenas se intercambió con el presidente del Gobierno, entre los que figuraba el “Luis, sé fuerte” tras destaparse su fortuna oculta en Suiza. Así como, numerosas comunicaciones que nunca vieron la luz entre Bárcenas y Rajoy, y otras mantenidas con otros altos cargos populares y que comprometían todavía más la posición del partido.

Junto a estos mensajes, el material sustraído de los móviles albergaba la agenda personal y profesional de Bárcenas, repleta de citas secretas con los líderes del partido, pero también sus correos electrónicos. De esta forma, Interior podía disponer casi en tiempo real de parte importante de las comunicaciones que Bárcenas se había intercambiado con la cúpula del PP. Una información que estaba empleando en su contra tras considerar que el partido le había retirado su apoyo tras descubrirse sus millonarias cuentas en el país helvético.

García Castaño, conocido como El Gordo, sostiene que se adquirió el ordenador y el pendrive para que Martínez, al que en todo momento ha identificado como su interlocutor en esta operación, inspeccionara el contenido sin que la información robada pasara por los ordenadores oficiales del Ministerio y no dejara huella en el circuito informático oficial.

El ex secretario de Interior negó haber recibido información sustraída a Bárcenas y sostiene que su relato es “absolutamente falso” y está encaminado a intentar diluir su responsabilidad penal. - D.N.