pamplona - En lo que responde, según calificó el ex alcalde Joseba Asiron, “no a una casualidad”, sino a “un pacto, el pacto de la vergüenza”, como se atrevió a llamarlo, el PSN facilitó ayer que la derecha vuelva a ocupar el sillón de la Alcaldía de Pamplona, y cumpliendo, eso sí, lo que ya había anunciado su portavoz Maite Esporrín, el grupo municipal socialista se votó a sí mismo, lo que, tras un primer resultado de 13 votos para Enrique Maya (Na+), 5 para Maite Esporrín (PSN) y 9 para Joseba Asiron (7 de EH Bildu y 2 de Geroa Bai) -y no habiendo mayoría absoluta- fuera el cabeza de la lista más votada, Navarra Suma, elegido alcalde hasta 2023.

Con los periodistas siguiendo el acto a través de la televisión, debido a un estrictísimo protocolo nada justificable, el Pleno de constitución de la undécima legislatura acabó con el gobierno del cambio. Al son de los timbales, los 27 ediles que conformarán el arco municipal desfilaron hacia el salón de plenos, precedidos por los maceros y los guardias de gala. Arrancó la sesión, presidida por la concejala de mayor edad, Silvia Velásquez (PSN), quien recordó que los resultados de las urnas (no hay mayoría absoluta) van a obligar a los munícipes a buscar el consenso y al “reconocimiento de la diversidad existente” en la ciudad.

Y así, con esa diversidad, cada uno de los concejales y concejalas (repiten 11 de la pasada legislatura, aunque dos más, Carmen Alba y Eva Aranguren, ya fueron ediles en anteriores mandatos) fueron tomando posesión de su cargo con fórmulas distintas. La bancada de UPN juró al igual que la socialista Elma Saiz; los concejales de EH Bildu y Geroa Bai prometieron “por imperativo legal” -la mayoría en euskera-; mientras que los ediles del PSN prometieron por “mi conciencia y honor”.

Entre el público, caras conocidas como el presidente de UPN y candidato a la presidencia por Navarra Suma, Javier Esparza, y la senadora Ruth Goñi (NA+ por Ciudadanos); la también candidata por EH Bildu, Bakartxo Ruiz; y Koldo Martínez, de Geroa Bai. Habían pasado solo 7 minutos y llegaba el momento de la votación. Silvia Velásquez y el concejal más joven, Xabier Sagardoy (PSN) pasaron la urna de los votos entre los ediles, y se cumplieron los pronósticos que a lo largo de la jornada, tras lo sucedido en los plenos de otras localidades navarras, ya se venían vaticinando. Como marca la ley, al no haber mayoría de 14 votos, con 43.643 votos, la coalición de derechas se adjudicó el gobierno de Pamplona como lista más votada. Enrique Maya volvía al sillón de la Presidencia después de 4 años en la oposición: “Nuestra obligación, la de los que estamos hoy en este salón, es centrarnos en lo que nos une y desterrar lo que nos separa; centrarnos en la ciudad y desterrar la ideologización extrema del día a día municipal”. El nuevo alcalde reconoció que “los ciudadanos han dicho, como siempre en Pamplona, que el gobierno de la ciudad durante los próximos cuatro años pasa por el acuerdo entre distintas fuerzas políticas”. Y se comprometió.