Isabel Díaz Ayuso se ha convertido con su investidura en la octava presidenta de la Comunidad de Madrid y en la tercera mujer en ocupar el cargo, tras Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, también del PP. La investidura contra todo pronóstico hace apenas ocho meses de esta licenciada en Ciencias de la Información de 40 años sin apenas experiencia en gestión trae consigo el primer Gobierno de coalición en la historia de la región, dado que el PP se repartirá el Ejecutivo con Ciudadanos, que ocupará seis de las 13 consejerías, incluidos los cargos de vicepresidente y portavoz.

La Puerta del Sol vivió, por tanto, una situación inédita en la trayectoria democrática de Madrid. Aunque ya ha habido ocasiones en las que el partido gobernante ha requerido del apoyo de otra formación para conseguir la investidura, en ningún caso se ha llegado a compartir el Ejecutivo. Ocurrió, por ejemplo, en el segundo y tercer mandato del socialista Joaquín Leguina. En 1987 necesitó la abstención del CDS e IU para gobernar y en 1991 IU tuvo que votar a favor del candidato socialista para que éste pudiera seguir al frente del Gobierno. No obstante, la Comunidad tiene un largo historial de mayorías absolutas: Leguina (1983), Alberto Ruiz-Gallardón (1995 y 1999) y Esperanza Aguirre (2003 en la repetición electoral posterior al tamayazo, 2007 y 2011) consiguieron gobernar sin apoyos externos.

malos resultados En esta ocasión, el PP con Ayuso a la cabeza no sólo no ha conseguido mayoría absoluta sino que no quedó en primer lugar tras las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo, en las que ganó el PSOE y los populares fueron segunda fuerza. La situación más similar a la actual se vivió hace cuatro años, cuando las autonómicas depararon una Asamblea con cuatro grupos parlamentarios y cuya primera fuerza, el PP, perdió la mayoría absoluta y obtuvo sus peores resultados desde los tiempos de Alianza Popular.

Cristina Cifuentes tuvo que buscar el respaldo de Ciudadanos, que no forzó su entrada en el Gobierno pero votó a favor de la investidura de la candidata popular, no sin antes conseguir la firma de un acuerdo con 76 medidas. Ahora, con las fuerzas más equilibradas (en 2015 el PP tenía 48 escaños y Ciudadanos, 17; ahora tienen respectivamente 30 y 26), el partido naranja controlará casi la mitad del Ejecutivo regional, con Ignacio Aguado, futuro vicepresidente y portavoz, como rostro más visible.

Además, se dará la circunstancia inédita de que tanto la Comunidad como el Ayuntamiento de Madrid tendrán sendos gobiernos de coalición integrados por PP y Ciudadanos. Tras el paréntesis de la pasada legislatura, los gobiernos de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid volverán a tener el mismo color, como había ocurrido entre 1995 y 2015, pero en este caso al tradicional monocroma azul del PP se añadirá el naranja de Cs.

Durante los 20 años anteriores, el PP había controlado simultáneamente ambas administraciones, siempre con mayorías absolutas. En la Comunidad, los populares encadenaban los mandatos de Alberto Ruiz-Gallardón (1995-2003), Esperanza Aguirre (2003-2012) e Ignacio González (2012-2015). Mientras, en el Ayuntamiento, habían mandado con José María Álvarez del Manzano (1991-2003), Gallardón (2003-2011) y Ana Botella (2011-2015). Antes, entre 1983 y 1989, el PSOE había gozado de un período de dominio de ambas instituciones, con Joaquín Leguina como presidente regional (1983-1995) y Enrique Tierno Galván (hasta 1986) y Juan Barranco (hasta 1989) como alcaldes.

Las elecciones de 2015 depararon un escenario inédito: un partido de nueva creación, Ahora Madrid, consiguió la Alcaldía con el apoyo del PSOE, mientras que en la Comunidad el PP necesitó por primera vez el respaldo externo de otra formación (Cs) para asegurar la investidura de Cifuentes. Ahora, la situación vuelve a ser novedosa, debido a la conformación de sendos Ejecutivos de coalición, pero al mismo tiempo resulta familiar: cuatro años después, Ayuntamiento y Comunidad vuelven a ir de la mano.

En la Comunidad, Ayuso, que cometió algunos deslices antológicos durante la campaña electoral, como el de que añoraba los atascos a las tres de la mañana los sábados en el centro de Madrid eliminados por culpa a Manuela Carmena, tendrá que pilotar a cuatro manos con Cs una Administración con más de 20.000 millones de euros de presupuesto anual y 200.000 empleados públicos a su cargo.

Apuesta de Casado. La elección de Díaz Ayuso fue una apuesta personalísima del presidente del PP, Pablo Casado, con quien le une una estrecha amistad desde que ambos se conocieron en las Nuevas Generaciones del partido, para tratar de contrarrestar el fenómeno Vox en las urnas. La aspirante popular perdió las elecciones frente al PSOE con el peor resultado de la formación en la región, pero logró mantener la hegemonía en el bloque del centroderecha que con su mayoría numérica ha permitido su investidura.

la sombra de la corrupción

Púnica. La recién nombrada presidenta de la Comunidad de Madrid entró en política en 2006 en el gabinete de prensa de Alfredo Prada, que era consejero en el Gobierno de Esperanza Aguirre y actualmente imputado por las presuntas irregularidades cometidas en el malogrado proyecto del Campus de la Justicia de Valdebebas. Pronto se ganó la confianza de la por entonces todopoderosa lideresa, de la que fue asesora unos meses y que dejó en sus manos la comunicación digital del partido, por la que su nombre ha acabado saliendo en el sumario del caso Púnica vinculado al contrato de mejora de la reputación on line de cargos del partido.