Pamplona - La consejera de relaciones ciudadanas, Ana Ollo, defendió ayer la importancia de la convivencia como eje vertebrador de la Navarra del futuro. Un punto de partida a partir del cual la sociedad navarra debe avanzar en los retos que tiene por delante, que apostó por abordar desde la búsqueda de consensos amplios entre diferentes. Y con los que, en lo que a su departamento se refiere, pretende encarar asuntos muy dados a la confrontación política, como el euskera, la memoria -reciente e histórica- e incluso la colaboración con otros territorios a través de la nueva dirección general de acción exterior.

Ollo acudió ayer al Parlamento a presentar las líneas generales de actuación de su departamento para los próximos años. La consejería de Relaciones Ciudadanas mantiene la mayor parte de su estructura con una función continuista del trabajo iniciado en 2015, pero con la voluntad de buscar el máximo consenso posible. Algo en lo que todos los grupos parlamentarios se mostraron dispuestos a colaborar, compartiendo la premisa de que las diferencias deben ser un punto de valor y no de confrontación. Solo se desmarcó Navarra Suma con las ya habituales críticas al Gobierno foral en cuestiones como la política lingüística o las víctimas de ETA.

Líneas de acción Ollo abogó así por fomentar una “convivencia en la pluralidad”, reforzar la presencia de Navarra en Europa, sacar el euskera del debate partidista e impulsar acciones para hacer frente a la radicalización, el racismo, la xenofobia o la aporofobia. Mostró además su disposición al diálogo y tendió la mano para avanzar en políticas que apuesten por la paz, la memoria, la convivencia, la deslegitimación de la violencia y que reivindiquen la pluralidad. “Es hora de desterrar mitos que asocian al euskera como algo que divide a la sociedad, debe cohesionar a la sociedad”, defendió Ollo.

Como la principal novedad del departamento la consejera citó la nueva dirección general de Acción Exterior, que coordinará y liderará la política navarra en los diferentes foros de la UE, lo que consideró “un gran paso” para continuar con el compromiso de reforzar la presencia de Navarra en el contexto internacional, “con voz propia y abierta al mundo”. Avanzó además que está previsto crear un Consejo Navarro de Acción Exterior que elabore el Plan de Acción Exterior.

En el área de paz, convivencia y derechos humanos, el Gobierno continuará el camino iniciado la anterior legislatura con el diseño de un Plan Estratégico de Convivencia, Memoria y Derechos Humanos. Además, continuarán con identificación y reconocimiento a las víctimas, al tiempo que prevén actos de reconocimiento y homenaje, así como acciones para visibilizar a las mujeres. Se continuará desarrollando la ley reguladora de lugares de memoria histórica.

En memoria reciente, reiteró el rechazo de cualquier acción que violente a la memoria de las víctimas y sus familias y apoyarán y mostrarán su solidaridad a las víctimas de ETA y de otras violencias. Una labor que asume Martín Zabalza como director de Paz y Convivencia, con el reto de poner en marcha el Instituto Navarro de la Memoria en el Palacio Marqués de Rozalejo acoja.

Navarra Suma se desmarca

Críticas habituales. Todos los grupos compartieron la necesidad de buscar consensos amplios en cuestiones que históricamente han dividido a la sociedad. Solo Navarra Suma se mostró distante porque, según argumentó Iñaki Iriarte, el consenso solo es posible si “el nacionalismo se baja del burro”. La portavoz del PSN, Inma Jurío, consideró que “ya va siendo hora de que saquemos al euskera de la confrontación partidista”, mientras que por Geroa Bai, Uxue Barkos defendió que “la convivencia de ideologías es uno de los fundamentos propios de la acción política”. Por su parte, Bakartxo Ruiz, avanzó que EH Bildu “está dispuesto a trabajar” por una “memoria inclusiva”. - D.N./E.P.