Pamplona - Diputada por Navarra y portavoz adjunta de Unidas Podemos en el Congreso, Ione Belarra (Pamplona, 1987) se muestra muy crítica con el PSOE y con Pedro Sánchez, a quienes acusa de no tener voluntad real de pactar el Gobierno y de dar “una nueva oportunidad al trío de Colón”. Belarra confía en llegar a un acuerdo tras las elecciones del 10-N que, eso sí, deberá tener forma de coalición. “Ya tuvimos un Gobierno en solitario del PSOE durante ocho meses, y fracasó”, argumenta.

La política española se dirige hacia sus cuartas elecciones en cuatro años. ¿No había otra alternativa?

Sin duda había otra alternativa. Es en la que Unidas Podemos ha estado trabajando desde el 29 de abril, un Gobierno de coalición progresista que derogara la reforma laboral o reconociera a todas las víctimas de violencia machista, y no sólo a algunas. El problema es que el PSOE ha dejado pasar casi cinco meses sin negociar nada con nadie, desperdiciando una oportunidad histórica. Poniendo excusa tras excusa y demostrando que, al final, su objetivo era repetir elecciones para, supuestamente, rascar unos escaños más. En cinco meses sólo han conseguido un apoyo, y partidos como el PNV o Compromís les han afeado varias veces su inmovilismo.

¿Cuál diría que ha sido el principal motivo de la repetición electoral?

-Pienso que Pedro Sánchez quería repetir elecciones porque sus gurús le dicen que va a mejorar algo sus resultados. Y porque piensa que, por fin, va a conseguir que su socio preferido, Ciudadanos, se doble y termine haciendo el papel que le tenían reservado, el de bisagra. El problema es que esa irresponsabilidad le da una nueva oportunidad al trío de Colón.

¿La táctica electoral se ha impuesto al pragmatismo político?

-Es muy difícil negociar con alguien que no quiere negociar, por eso ha sido imposible que la sensatez se imponga. Desde el 29 de abril Unidas Podemos no ha parado de moverse: renunciamos a los ministerios de Estado, aceptamos un veto a nuestro candidato que ninguna otra fuerza política aceptaría, programáticamente nos conformamos con cumplir los artículos más sociales de la Constitución y renunciamos a la proporcionalidad en el Gobierno. Al otro lado hemos visto a un PSOE que ha permanecido inamovible desde febrero, que no quería negociar. Quería un Gobierno en solitario para quedarse con todos los sillones, cuando eso lo hemos probado durante ocho meses, y es un modelo que fracasó. No fueron capaces ni de sacar adelante ni los Presupuestos. Creo que una repetición electoral es exactamente lo que querían.

¿Por qué no ha sido posible el acuerdo entre el PSOE y Podemos?

-Es posible que porque el Banco Santander, la CEOE o el círculo de empresarios han dicho claramente que no quieren a Unidas Podemos en el Gobierno. Es lo que intenté que me respondiera Carmen Calvo, pero todavía no he conseguido que me contesten. El PSOE no puede explicar por qué una propuesta suya que valía en julio en septiembre ya no vale y porqué se han levantado dos veces de la mesa de negociación, en vez de intentarlo hasta el final. Creo que era un paripé para ganar tiempo. ¿Por qué si no se han pasado cinco meses pidiendo la abstención a la derecha, en vez de negociar en serio con nosotros?

La negociación ha estado marcada por el cruces de mensajes y declaraciones públicas. Ha dado la impresión de que había más escenificación que voluntad real de acuerdo.

-Nosotras no lo hemos podido poner más fácil. La última propuesta de Pablo Iglesias consistía en probar un Gobierno de coalición hasta que se aprueben los Presupuestos, y después salirnos si Sánchez nos lo pedía, pero manteniendo el apoyo desde fuera. Era un regalo, una alfombra roja. Tardaron menos tiempo en decirnos que no que los periodistas en escribir la noticia. Al los tres días le mandaron una carta a su “Estimado Albert” pidiéndole la abstención. Creo que si miras los hechos, queda claro quién no ha querido negociar.

Vista la aparente ruptura que hay entre PSOE y Podemos. ¿Cree que hay margen para recuperar la confianza y formar una mayoría estable a partir de noviembre?

-Yo creo que no se trata de confianza. Yo la confianza que necesito es la de la ciudadanía, no la del PSOE. A los representantes públicos nos eligen para hacer nuestro trabajo y llegar a acuerdos. El 11 de noviembre, con la fuerza que nos dé la gente, volveremos a hablar con quien sea necesario para hacer políticas que mejoren la vida de la gente como impulsar la red pública de escuelas de 0 a 3 años. El problema que hemos tenido no es de confianza, es que el PSOE no ha entendido que ya no tiene mayoría absoluta y que tiene que negociar, algo que en Navarra y en otras cinco comunidades, el PSOE sí ha entendido.

¿La fórmula de coalición, con presencia destacada de Podemos en el Gobierno, es innegociable?

-Lo que no se entiende es que el PSOE se niegue a que el voto de 3,7 millones de personas esté representado en el Gobierno. Es ir contra el sistema parlamentario de nuestro país. Al mismo tiempo, a nosotras lo que más nos ha preocupado es la estabilidad, y la estabilidad te la da el Gobierno de coalición. Un Gobierno de partido único con menos escaños que las derechas es débil, como ya vimos. La última vez no les duró ni ocho meses y tuvieron que convocar elecciones. Eso no es serio. Lo serio para afrontar retos como el cambio climático o la igualdad entre hombres y mujeres era conformar un Gobierno de coalición como se hace en Europa o en Navarra y gobernar cuatro años seguidos.

Esta semana ha destacado el cruce de reproches, pero apenas se ha hecho autocrítica. ¿Qué diría que ha hecho mal su partido?

-Si tengo que disculparme por algo es por no haber sido capaces de derogar todavía la ley mordaza o la reforma laboral. Eso es lo que me duele. Pero también le diría a la gente que en Podemos sabemos bien que las cosas a veces no salen a la primera, como ocurrió con la moción de censura, y confío en que a la segunda salga.

En julio rechazaron una vicepresidencia y varios ministerios en la primera coalición de Gobierno en la historia reciente de España. No parece poco para un partido con cinco años de vida. ¿Se han arrepentido?

-Eso no es cierto. Poniendo el 33% de los votos, Unidas Podemos habría gestionado el 5% del presupuesto. Nos ofrecieron una vicepresidencia simbólica, un ministerio de los 17 actuales que tiene las competencias transferidas, y dos secretarías generales sin apenas competencias. Nos ofrecían un “Ministerio de Vivienda” que no puede parar desahucios, ni regular los precios del alquiler. Un “Ministerio de Igualdad” que no puede reformar el código penal para asegurar la igualad salarial entre hombres y mujeres. Nosotros no vinimos a la política a ocupar sillones, sino a hacer políticas que mejoren la vida de la gente. De todas formas, si era tan buena, habría que preguntarle al PSOE por qué en septiembre no la mantuvieron y caducó a los dos días como un yogur.

¿Cree que los ciudadanos que en abril se movilizaron para parar a las derechas entienden esta situación?

-No lo creo. La gente está frustrada. Yo también lo estoy. No sé qué más podríamos haber hecho después de retirar a nuestro candidato para facilitar un Gobierno de coalición. No entiendo la cerrazón y la prepotencia de Sánchez.

¿Qué pasará si las elecciones nos dejan un resultado similar?

-Lo hemos repetido hasta la saciedad, es posible que nos encontremos en una situación muy parecida. Por eso no se entiende que Sánchez cometa semejante irresponsabilidad. Creo que el PSOE se niega a entender que después del 15M, del 8 de marzo de este año y del anterior, nuestro país ha cambiado para siempre, y el bipartidismo no va a volver. Espero que esta vez entiendan que para gobernar hay que negociar como sí han entendido en Navarra, en Valencia, en Canarias o en Baleares.

¿Le preocupa una desmovilización de la izquierda?

-Yo creo que la gente sabe que, a pesar de la irresponsabilidad de Sánchez, nos volvemos a jugar mucho y por eso va a ir a votar. Lo que me preocupa es que el PSOE acabe pactando con Ciudadanos, ahora que Rivera ya les ha abierto la puerta, porque es su pacto preferido, como demostraron en 2016.

Esta semana Rivera ponía el Gobierno de Navarra como condición para facilitar un Gobierno del PSOE. ¿Qué le pareció ese movimiento? ¿Navarra va a estar en el centro de la campaña?

-Por desgracia, ya es habitual que Ciudadanos nos utilice para hacer política a nivel estatal, pasando por encima de la democracia y de la voluntad de los navarros y navarras. El problema no es Ciudadanos, que en Navarra sabemos bien lo que son y son bastante irrelevantes, el problema es que ese movimiento abrió la opción de un acuerdo entre Rivera y Sánchez. Y eso es lo que más me preocupa, que en cuanto pueda, Sánchez va a formar un gobierno de derechas con Rivera, como en 2016. Eso sí sería malo para Navarra.

¿La creciente tensión electoral entre PSOE y Podemos puede acabar afectando al Gobierno de Navarra, y en particular, a la relación entre los socios que lo sustentan?

-Yo confío en que sea al revés. Espero que Chivite sea capaz de hacer entender a Sánchez que si quieres gobernar, cuando no tienes mayoría absoluta, hay que construir gobiernos de coalición.

¿Repetirá como cabeza de lista por Navarra el 10-N?

Sí.

“El PSOE nos ofreció una vicepresidencia simbólica, un ministerio sin competencias y dos secretarías generales”

“Sánchez quería quedarse con todos los sillones. Pero ese modelo lo probamos ocho meses y fracasó”

“Tras el 10-N volveremos a hablar con quien haga falta para hacer políticas que mejoren la vida de la gente”

“Lo serio para afrontar retos como el cambio climático o la igualdad es una coalición, como se ha hecho en Navarra”

“Me preocupa que, en cuanto pueda, Sánchez busque un Gobierno de derechas con Rivera, como hizo en 2016”