Beirut - La ofensiva turca en el norte y noreste de Siria amenaza con resucitar el grupo terrorista Estado Islámico (EI) si en medio del caos de la guerra consiguen fugarse y reorganizarse los prisioneros yihadistas recluidos en cárceles controladas hasta ahora por los kurdos, que son principal blanco del ejército de Turquía.

Los kurdos aseguraron la custodia en el norte sirio de los centros de detención de yihadistas y los campamentos que albergan a las mujeres y niños de los miembros de la organización, derrotada territorialmente el pasado 23 de marzo en Siria, pero tras la invasión turca avisaron de que ya no pueden soportar esa carga.

En tanto, el reciente acuerdo militar de los kurdos con el ejército del presidente sirio, Bachar al Asad, para unir sus fuerzas ante la ofensiva turca abre la incógnita de quién controlará los campos y quién se encargará de que los yihadistas y sus familiares no huyan.

“Con la retirada de EEUU, definitivamente se complican las cosas en la región y hay muchos retos de manera simultánea, y con una visión que no está muy clara por parte de los actores. Pero la gran cuestión es: “¿Quién va a controlar los campos de EI y qué va a pasar con los prisioneros?”, declara Jasmine el Gamal, quien fue asesora para Siria del Departamento de Defensa de EEUU durante la presidencia de Barack Obama.

“Si el régimen controla las prisiones, puede ser visto como una opción estable, ya que el régimen tiene más recursos que las (milicias kurdas) Fuerzas de Siria Democrática (FSD). Pero, en realidad, es una de las peores opciones, ya que, como han hecho antes, estos detenidos serán usados como moneda de cambio con las potencias occidentales y podrían ser liberados en cualquier minuto”, indica.

En los centros de detención, según los kurdos, hay unos 12.000 prisioneros de diferentes nacionalidades, mientras que sus familiares se encuentran en otros campos, como en Al Hol o en Al Roj, que albergan a unas 70.000 personas.

La directora del International Center for the Study of Violent Extremism y profesora adjunta de Psicología del Terrorismo en la Georgetown University, Anne Speckhard, recuerda que 800 extranjeros supuestamente vinculados con EI ya escaparon hace dos días de un campo donde estaban detenidos. “Es un desastre”, dice.

Amarnath Amarasingam, profesor en la Facultad de Religión de la Universidad canadiense de Queen y quien visitó recientemente los campos de los familiares de yihadistas, comenta que en caso de “una fuga de prisión”, algunos de ellos “se quedarán y esperarán a los turcos para que los lleven a algún consulado. Otros ciertamente huirán y se esconderán, pero probablemente serán arrestados nuevamente poco después”.

El analista Gabriel Garroum considera especialmente peligrosa la situación de caos actual.

“Esto lo puede aprovechar Estado Islámico: volver a activar algunas de sus células con el fin de incrementar su presencia sobre el terreno. Sin duda, la situación favorece la posibilidad de un renacer clásico”, dice Garroum. - Isaac J. Martín