La decisión de Felipe VI de renunciar a la herencia de su padre, Juan Carlos I, se toma diez días después de que la Fiscalía Anticorrupción pidiera a Suiza investigar una supuesta donación de 65 millones de euros desde una fundación panameña vinculada al rey emérito a una cuenta de su amiga Corinna Larsen.

Estas son las claves del caso que ha llevado a don Felipe a retirar, además, la asignación que don Juan Carlos tenía fijada hasta ahora en los presupuestos de la Casa del Rey, que rondaba los 200.000 euros.

La decisión de enviar una comisión rogatoria a Suiza, conocida el pasado día 5, se produce en el marco de la investigación que tiene abierta Anticorrupción en relación con el pago de posibles comisiones en la adjudicación del AVE a La Meca (Arabia Saudí), que recayó en 2011 a un consorcio de empresas españolas.

El pasado mes de octubre, la Fiscalía suiza pidió a la Audiencia Nacional los audios de la reunión mantenida entre Corinna Larsen y el excomisario José Villarejo en Londres en 2015 para incorporarlos a la investigación de los presuntos testaferros de Juan Carlos I en cuentas bancarias en el país helvético.

La cinta grabada por Villarejo, en la que se hablaba de las cuentas en Suiza y de las presuntas comisiones concedidas a Juan Carlos I, fueron intervenidas en la operación Tándem en noviembre de 2017, que llevó a la cárcel al excomisario por espionaje y extorsión.

La Fiscalía suiza considera que 100 millones de dólares procedentes del rey saudí Abdul Aziz Al Saud llegaron a una cuenta en Panamá de la Fundación Lucum de la mano de sus gestores en Suiza, Dante Canónica y Arturo Fasana, presuntos testaferros del rey Juan Carlos.

Según las informaciones publicadas por algunos medios, de los 100 millones de dólares, don Juan Carlos habría transferido el equivalente a unos 65 millones de euros a Corinna Larsen en septiembre de 2012, tras el escándalo de la cacería en Botsuana. El abogado de la aristócrata alemana sostiene que se trató de un regalo "no solicitado", como una forma de "donación para ella y su hijo, con los cuales él se había encariñado".

Se creó en mayo de 2008 en Panamá y pocos meses después, a través de su cuenta en Suiza, recibió los 100 millones procedentes de Arabia Saudí. El beneficiario de la fundación sería Juan Carlos I, y, según el diario británico "The Telegraph", Felipe VI sería el siguiente, por lo que obtendría el dinero cuando falleciese su padre.

El Palacio de la Zarzuela desvela que hace un año, por medio de una carta del bufete británico de abogados Kobre & Kim tuvo conocimiento de la supuesta designación de Felipe VI como beneficiario de la fundación, aunque no recibió ninguna prueba documental.

Las hijas de los reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía, serían potenciales beneficiarios de los fondos de la sociedad, pero Zarzuela asegura que si esto fuera cierto, dejaría sin efecto tal designación o cualquier beneficio que pudiera corresponderles.

Según el comunicado de la Casa del Rey, el anterior jefe del Estado no trasladó información alguna a su hijo sobre Lucum. Tampoco lo hizo sobre la Fundación Zagatka, propiedad de Álvaro de Orleans-Borbón, primo Juan Carlos I.

La Mesa del Congreso, con los votos de PSOE y PP, rechazó el pasado día 10 la petición de Unidas Podemos y ERC de crear una comisión de investigación para esclarecer las presuntas irregularidades fiscales cometidas por el rey emérito, al alegar que éste mantiene la inviolabilidad con "efectos jurídicos permanentes".

Felipe VI ha acordado retirar la asignación que su padre tenía fijada en los presupuestos de la institución, que en 2018 fueron de 194.232 euros. No obstante y tras su retirada de la vida pública en junio del pasado año, don Juan Carlos mantiene su condición de miembro de la Familia Real y el tratamiento de rey.