- El plan de desescalada de Pedro Sánchez podría recibir mañana un serio revés después de que, en vísperas de que someta a votación en el Congreso la ampliación del estado de alarma, PP y PNV, desde sus ópticas, mantienen serias dudas en volver a respaldarla. “Prorrogarla más allá de 60 días no tiene sentido. A día de hoy, con la información que tenemos, no podemos apoyarla”, advirtió el líder de los populares, Pablo Casado, y así se lo transmitió en la conversación telefónica de una hora que mantuvo ayer con el presidente español, y es que entiende que el socialista, con su escaleta de desconfinamiento, solo pretende someter a “chantaje a cuatro millones de españoles que están sin trabajar”, en alusión a la vigencia de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Por su parte, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, refrendó en líneas generales la posición del lehendakari, Iñigo Urkullu, y ligó la validación de una nueva alerta a que el Ejecutivo español introduzca un mecanismo de pacto de “codecisión” con los distintos territorios del Estado para que puedan establecer sus propios procesos hacia la nueva normalidad, reclamando que “cada uno pueda volver a gestionar sus instituciones y sus competencias”, un clamor entre las comunidades con independencia de su color político y que censuran el mando único impuesto desde La Moncloa.

“El Gobierno toma a los españoles como rehenes y no lo vamos a tolerar. Es inmoral”, censuró Casado, que ve posible mantener la centralización de la gestión y las medidas de restricción de movimientos sin recurrir a la figura del estado de alarma. El líder del PP cree que Sánchez ha “desbordado” los preceptos de esa figura legal situándose fuera de la Constitución. “Debe ir adaptando la legislación en vigor, tanto la ley de salud pública, como la ley de protección civil y la de seguridad nacional para que el mando único sanitario y las limitaciones de movilidad entre provincias se puedan hacer sin limitar los derechos fundamentales de un estado de alarma”, argumentó, sin aclarar, eso sí, el sentido de su voto, ya que una abstención desde Génova no impediría la prórroga. El discurso de Casado apunta a una retahíla de decisiones erróneas del Gobierno de coalición: desde que no se ha respetado la distancia de seguridad en las primeras salidas de la población por franjas horarias a que no se hacen suficientes test porque el Ejecutivo no desea saber el número real de contagios por la pandemia, e incluso piensa que Sánchez “está deseando que se le deje de apoyar”. Casado le acusó además de haber utilizado la actual coyuntura “para modificar el CNI, la ley educativa, impulsar la ley de la eutanasia y modificar los plazos de instrucción judicial”. “Sánchez dice que no tiene plan b y eso es un insulto a quienes le pagamos el sueldo”, espetó, insistiendo en bajar impuestos de forma masiva y aprobar una paga extra para el personal sanitario pero sin detallar una memoria económica para aclarar de dónde sacaría ese dinero ahora que el gasto público se dispara. “Prefiero que una empresa me deje de pagar seis meses a que cierre. Y luego están las ayudas europeas”, llegó a decir.

Mientras, persisten los contactos entre Sabin Etxea y el Ejecutivo a la espera de que se dilucide la postura del PNV, que trata de tender puentes con Sánchez bajo la fórmula de “cogobernanza”. Ortuzar afirmó que no es objetivo de los jeltzales que caiga el Gobierno de coalición, sino “todo lo contrario”, pero que quizás “alguien se ha encerrado en su torre de marfil y no es capaz de ver que tiene que abrir ventanas y escuchar más”.

El mando único de Sánchez no solo incomoda a los partidos del bloque de la moción de censura, sino a dirigentes tan alejados como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, o al jefe del Govern, Quim Torra. Ortuzar estima que en la actual tesitura “se aplican ya cuestiones que tienen que ver mucho con la situación de cada territorio, por lo que la desescalada no puede ser “un calco” en cada comunidad e, incluso dentro de ellas, “seguro que hay zonas que necesitan medidas más o menos estrictas”.

ERC dará un golpe de timón y, al igual que JxCat, votará en contra de la prórroga del estado de alarma poniendo en peligro no solo que salga adelante sino la futura estabilidad parlamentaria del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Los principales motivos que esgrime la formación independentista es que “no es el mecanismo adecuado” y que las competencias en materia de salud, seguridad y movilidad deben quedar en manos de la Generalitat. El nuevo posicionamiento es un duro varapalo para PSOE y Unidas Podemos, y se fundamenta en que los republicanos reclaman proximidad en la toma de decisiones. Al voto negativo de los republicanos se une el de los posconvergentes y el de la CUP, por lo que todo el soberanismo catalán se opone ya a los planes de La Moncloa.

Así, la ampliación del estado de alerta queda casi ahora en manos de que el PP, que no la apoya, se decante por abstenerse.

Por su parte, EH Bildu se abstendrá por cuarta vez “por responsabilidad y coherencia”, y en aras de “una actitud constructiva”, pero aprovechará para arremeter contra “el mando único y la visión centralizadora de la crisis, un 155 camuflado contra el autogobierno”. “Nos parece preocupante que no tengan en cuenta las realidades particulares de cada territorio al plantear el desconfinamiento por provincias, que en muchos casos es inviable”, señaló la coalición.

PP. Pablo Casado no quiso aclarar ayer si el PP, que hasta este momento ha dado su apoyo al estado de alarma y a las tres prórrogas anteriores, plasmará su posición en una abstención o con su voto en contra. Si los socios de Sánchez votan en contra, la abstención del PP es imprescindible.

“Alguien se ha encerrado en su torre de marfil y no es capaz de ver que tiene que abrir las ventanas”

Presidente del EBB del PNV

“Sánchez chantajea y toma como rehenes a millones de españoles que están sin trabajar”

Presidente del PP