- Los Presupuestos de 2020 serán recordados como los más cortos en mucho tiempo. Se aprobaron el 27 de febrero, apenas un par de semanas antes del estallido de la pandemia, y la contingencia del coronavirus -la caída de ingresos y los necesarios esfuerzos en cubrir la crisis sanitaria- hizo pensar que se habían quedado viejos nada más nacer. El verano ha transcurrido con el debate de fondo de si era necesario repensarlos de arriba abajo, y sin quererlo el Gobierno se ha visto en septiembre pensando ya en los Presupuestos de 2021.

No porque la aprobación del techo de gasto sea, por plazos, lo inmediato, sino porque los propios socios del PSN ya han lanzado varias advertencias sobre la necesidad de ir armando unas Cuentas adaptadas a la realidad de la pandemia. Y esto quiere decir que, al margen de lo comprometido en cualquier Presupuesto -los sueldos del funcionariado, las obligaciones pendientes...-, las próximas Cuentas tendrán que contemplar los nuevos objetivos de deuda y déficit, la cuantía final de las ayudas estatales y europeas -con su cuantía detallada-, pero también, como recordó ayer Podemos -socio y miembro del Gobierno-, una fiscalidad que aguante la caída de los ingresos provocada por el parón económico.

Y hoy no se puede hacer una "foto final", asumió la portavoz de Geroa Bai, Uxue Barkos. Pero sí se puede "empezar a trabajar ya" en zanjar aspectos importantes. Uno es el techo de gasto, algo en lo que el Gobierno trabaja y que de normal se establece en septiembre y octubre, por lo que en ese sentido "estamos en tiempo y forma", como subrayó la expresidenta. "No podemos hacer una foto final para los Presupuestos de 2021 pero es evidente que este es el momento de empezar a trabajar en cuestiones como el déficit, dónde va a estar el margen de endeudamiento o los fondos europeos", apunto Barkos, que volvió a insistir en una realidad: que la capacidad de endeudamiento no será la misma ahora que el año que viene, argumento con el que espera espolear al Gobierno para ponerse al frente de la búsqueda de fondos.

No es la única petición que hicieron los socios. Podemos también puso encima de la mesa lo que para ellos es una prioridad: la fiscalidad, desde una óptica de acuerdo, pero adaptada a las necesidades. "Llegaremos a acuerdos para que haya unos Presupuestos que acojan las nuevas necesidades que han surgido con la pandemia", adelantó Ainhoa Aznárez, ayer portavoz de la formación morada. Pero todo esto "tiene que ir sujeto a unas medidas fiscales acordadas que amortigüen el choque que hemos tenido en cuestión de ingresos y salud con la pandemia". I-E no es directamente un socio, pero sí es firmante del acuerdo programático, y para ellos también es necesaria "una reforma fiscal que grave a los grandes beneficios empresariales y patrimoniales", modificando el impuesto de Sociedades y de Patrimonio para que "se acerquen aunque sólo sea mínimamente a lo que cotizamos la clase trabajadora". "La reforma fiscal es ineludible", reivindicó.

Ahora se abre el tiempo de negociar. Y el PSN no quiere adelantar ningún escenario, confía en los buenos datos de empleo y ha tendido la mano a la oposición para sacar las Cuentas.