- El arranque del curso político, marcado por los rebrotes de la pandemia, está ya indefectiblemente ligado a la elaboración de unos nuevos Presupuestos. Unas cuentas que respondan a unas necesidades sociales multiplicadas por la crisis sanitaria y económica, que sirvan para hacer frente a un año que se presume duro, y que a buen seguro va a suponer un reto para la cohesión y sostenibilidad financiera de Navarra.

El debate que ahora emerge recuerda en algo al que se vivió de cara a la elaboración de los primeros Presupuestos de la Legislatura. Por parte del Gobierno hubo mano tendida a todos los grupos, pero entendimiento final con EH Bildu. La actual estrategia del Ejecutivo resulta parecida, sobre el añadido de una situación excepcionalmente grave. En esa encrucijada, por más que el Gobierno exprese su disposición al entendimiento a diestra y siniestra, las posiciones de Navarra Suma y EH Bildu son claras, y comportan dos fórmulas antitéticas entre sí. La de Navarra Suma, favorable a engrosar gastos, bajar los impuestos y recurrir a deuda. Mientras EH Bildu alerta de que la deuda es "pan para hoy y hambre para mañana" y aboga por subir impuestos si se quiere hacer frente a las necesidades sociales sin recortes. El Gobierno tendrá que decantarse hacia un lado u otro. De momento esperará a conocer a fondo las respectivas propuestas, medirá la voluntad de los grupos de alcanzar acuerdos y gestionará sus propios tiempos. Pero ayer el Ejecutivo presidido por Chivite dio una pista significativa, cuando su portavoz Javier Remírez enfatizó el carácter "progresista" del gobierno de coalición. Un mensaje que traducido, viene por consiguiente a adelantar la decisión de no bajar los impuestos.

Desde ese eje de progresismo y al mismo tiempo de "centralidad", el portavoz y vicepresidente pidió a los grupos parlamentarios que "se dejen de maximalismos" en materia fiscal de cara a los Presupuestos del próximo año, que "hagan una lectura adecuada a la situación, y que nos encontremos en ese contexto" -atención al matiz- con el "grupo político que quiera encontrarse".

Esta pretensión y vocación social la tradujo Remírez en "favorecer" la disposición de "recursos suficientes" para atender la pandemia, "mantener los servicios públicos" y también una política que facilite la recuperación económica y social". Aviso a liberales de Navarra Suma que al mismo tiempo dibuja un diálogo presumiblemente laborioso con EH Bildu. Para el portavoz del Ejecutivo "en una situación tan extraordinaria en la que nos encontramos, la ciudadanía nos reclama acuerdos, que dejemos de lado las luchas partidistas, la tentación de sacar réditos políticos de esta situación dramática en términos de salud y económicos y tiremos todos del mismo carro".

El Gobierno cree estar sintonizado con el grueso de la opinión pública y su mayoría social. Queda por determinar el techo de gasto, "una cuestión fundamental para afrontar el debate presupuestario y ver el marco que tenemos", pero considera "una buena noticia" el acuerdo alcanzado entre Navarra y el Gobierno del Estado sobre la cifra de déficit para evitar "ningún tipo de recorte en lo que son derechos básicos de la ciudadanía". Remírez presumió de la "alta complicidad" existente entre el Gobierno de Navarra y el Gobierno de España, remarcando su credo ideológico. "Somos gobiernos de orientación progresista y nuestra prioridad es luchar contra la pandemia y sus efectos, y acompañar la recuperación económica y el crecimiento económico", resaltó.

Una semana después de conocerse los datos recaudatorios que alivian algo la preocupación económica, Remírez dijo que la previsión es que Navarra siga en "buenas cifras sobre empleo y actividad" y puso encima de la mesa la voluntad de abrir diálogo "con el conjunto de las formaciones políticas". Por de pronto, cada grupo va a insistir durante las próximas semanas en explicar su posición tratando al mismo tiempo de retratar a sus adversarios. "Nosotros no vamos a abjurar de esa orientación progresista, remachó el propio Remírez en otro aviso a navegantes. Hoy mismo, en el pleno del Parlamento, Juan Luis Sánchez de Muniáin preguntará a Elma Saiz "sobre la conveniencia de una reducción de impuestos para incentivar la recuperación económica". Habrá que escrutar la respuesta palabra por palabra, aunque seguramente el guion no variará demasiado con el de Remírez.

El debate económico e ideológico que nutre la cuestión presupuestaria en Navarra no es ajeno a la negociación de las cuentas para el Estado, ni al contexto europeo. Tiene un enorme calado en una crisis generadora de precariedad y otras hendiduras profundas. Formará también parte del próximo Debate sobre el estado la Comunidad Foral que el Gobierno solicitó ayer que se celebre en el Parlamento. Será el primero de la legislatura, tras el estreno del Ejecutivo el año pasado, y puede desarrollarse en la segunda quincena de octubre. De momento, con el recuerdo de la anterior crisis tan fresco en la memoria sociológica, el discurso de la austeridad ha quedado difuminado en el relato actual de la derecha, pero si el Gobierno Foral -que presume de que no va a dejar a nadie atrás- comete errores y renuncias que el próximo año deterioren el clima social, la derecha se verá redimida de algunos lastres del pasado, y activará una nueva ofensiva al Ejecutivo.

"Nuestra orientación claramente progresista y en esa centralidad espero que nos encontraremos"

"En esta situación, la ciudadanía nos reclama acuerdos y que tiremos todos del mismo carro"

Portavoz del Gobierno