- El exprimer ministro y líder de Italia Viva, Matteo Renzi, anunció ayer que su partido abandona el Gobierno de coalición de Giuseppe Conte, abriendo oficialmente una crisis política en un momento dramático en que Italia sigue luchando contra los contagios y las muertes por coronavirus.

Renzi compareció en rueda de prensa para escenificar la amenaza que venía blandiendo durante todas las navidades: el anuncio de la dimisión de las dos ministras de Italia Viva alegando diferencias sobre la gestión de los fondos europeos del Plan de Recuperación para afrontar las consecuencias de la pandemia.

Las dos ministras que abandonan el Gobierno son la titular de Agricultura, Teresa Bellanova, y la de Familia e Igualdad, Elena Bonetti, quienes el martes por la noche se abstuvo en el Consejo de Ministros que aprobó el Plan de Recuperación mejorado con aportaciones de distintos partidos de la coalición.

La salida de Italia Viva (IV), aunque un pequeño socio, deja en minoría al Ejecutivo formado por el antisistema Movimiento 5 Estrellas, el Partido Democrático (PD) y el también pequeño partido de izquierdas Libres e Iguales (LeI).

En el Congreso, IV apoya a la mayoría gubernamental con 26 diputados y en Senado con 18 senadores, y es precisamente en esta cámara alta donde el abandono de este pequeño partido deja en minoría al Ejecutivo.

Esta enésima crisis de Gobierno, un clásico en la política italiana, se produce menos de un año después de la formación del actual Ejecutivo, en septiembre de 2019, tras la ruptura del anterior, también encabezado por el abogado independiente Conte e integrado por el M5E y la Liga de Matteo Salvini.

En la conferencia de prensa, Renzi trató de justificar una decisión incomprensible para muchos sectores políticos y ciudadanos en estos momentos con críticas a Conte por la gestión de la pandemia, con esas diferencias sobre la utilización de los 220.000 millones de euros de las ayudas europeas o la oposición del primer ministro a acceder al MES, el Mecanismo Europeo de Estabilidad para obtener otros 37.000 millones de euros.

Sin embargo, desde el principio el resto de miembros del Gobierno italiano creen que se trata sólo de una excusa de Renzi para pedir más peso en el Ejecutivo.

El exprimer ministro aseguró sobre un nuevo Gobierno de Conte, que "no tenemos vetos sobre nadie, ni prejuicios contra nadie. Ir al Parlamento no es una concesión sino un elemento fundamental. Si quiere venir, nos encontrará en el Parlamento. La elección es suya". Pero también dejó claro que "tanto que sea para esta mayoría o para una eventual formación diferente no hay solo un nombre".

Sin embargo, los medios italianos adelantaron que tras la salida de Italia Viva de la mayoría, Conte no tendría intención de negociar con Renzi un nuevo Ejecutivo y que estaría buscando apoyos externos entre los centristas.

Podría ser con Clemente Mastella, exlíder del partido centrista Udeur, que podría aglutinar una serie de parlamentarios afines que apoyarían externamente a Conte.

Ahora Conte puede renunciar, puede haber un nuevo gobierno liderado por Conte o simplemente una reorganización y en último extremo podría haber elecciones anticipadas, una opción que solo favorece a la oposición de derechas. Y a nadie se le escapa de que en unos eventuales comicios anticipados el bloque de derechas entre la Liga, Forza Italia de Berlusconi y Hermanos de Italia ganaría, según los sondeos.

El partido de Renzi, Italia Viva, nació de una escisión del Partido Demócrata (PD), del que Renzi fue líder, en septiembre de 2019, días después de formarse el actual Gobierno, y nunca ha concurrido a unas elecciones generales y los sondeos apenas le dan un 3% de votos, así que tampoco deberían interesarle unas elecciones.

Tras la maniobra de Renzi, Conte tendrá que decidir si dimitir y comunicárselo a Mattarella, quien le podría asignar formar un tercer Gobierno diferente al actual, pero siempre liderado por él.

O acudir directamente a las Cámaras para pedir la confianza y buscar una mayoría, todo para evitar unas elecciones.

Renzi acusa a Conte de desperdiciar el dinero. Tras semanas de discusión para gastar los 209.000 millones de euros en subvenciones y préstamos a bajo interés que Italia espera recibir del fondo de recuperación de la UE, el Gobierno aprobó finalmente el martes el plan de recuperación. El partido de Renzi pidió que se incluyera el acceso a la financiación del Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEE) para mejorar el servicio sanitario. Sin embargo, el Movimiento 5 Estrellas, principal socio de coalición, se negó, ya que uno de sus principales objetivos era acabar con el ME. "No seré cómplice del mayor desperdicio de dinero público en la historia de Italia", añadió.