Salvador Illa, Pere Aragonès y Laura Borràs -cabezas de lista del PSC, ERC y Junts per Catalunya-, los tres candidatos que según todos los sondeos se jugarán la victoria en las elecciones del 14-F, intensificaron ayer su pulso por capitalizar el voto útil, en la jornada que marcó el ecuador de la campaña. Esos votos pueden ser claves a la hora no solo de establecer el próximo domingo un ganador, sino que también pueden inclinar la balanza de los pactos a la izquierda o entre el bando de los soberanistas y situar a una de las formaciones en la cabecera para liderar los acuerdos. Y hacerse con la Presidencia.

El socialista Illa, arropado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, busca concentrar el voto de quienes quieren “pasar página” del procés y abrir una etapa de “reencuentro”, mientras que Aragonès y Borràs pugnan por liderar el flanco independentista. En un acto en Salou (Tarragona), el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat acusó además a ERC de haber sido “cómplice y ejecutora” de los recortes en los servicios públicos en Catalunya durante la década del procés y de haber “blanqueado la peor cara de la derecha catalana”. Junto a Illa, Sánchez llamó a “reparar heridas” y volver a “despertar los afectos entre Cataluña y España” concentrando el voto de la izquierda en el PSC para dejar atrás la “decadencia”.

En cambio, Aragonès, candidato de ERC, instó a los catalanes que llenen las urnas de votos republicanos para “hacer imposible que la extrema derecha” pueda “condicionar las instituciones” catalanas si el PSC acepta los votos de Vox en una eventual investidura de Illa. Borràs, presidenciable de JxCat, aseguró ser el “único voto útil” que evitará un tripartito con PSC, ERC y los comunes, porque su formación, garantizó, “no pactará ni aceptará votos de partidos del 155”. “Ahora quieren hacer -en referencia a ERC- una operación Valls con Vox, con esta ultraderecha del odio

Ese hipotético tripartito es la coalición que defendió por su parte la cabeza de lista de En Comú Podem, Jéssica Albiach, que se reivindicó como el “voto seguro” para lograr un Ejecutivo de izquierdas ante el “desgobierno” de JxCat y ERC y para “cortar el paso” a Vox: “Es la peor pesadilla para Santiago Abascal y su tropa”. En Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Albiach recibió el apoyo del vicepresidente del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, que la ha definido como la “alternativa más sensata y hermosa” para “construir la fraternidad entre los pueblos del Estado” mediante una “república plurinacional”.

En paralelo, y aunque con menor posibilidad de influir tras el 14-F, se sitúan Ciudadanos, PPC, PDeCAT o la CUP que, no obstante, pueden otorgar la llave de la Presidencia. Así, y mientras Cs y los populares catalanes atizaron a las formaciones independentistas por su posibles acuerdos con el PSC, como es el caso de la “despedida de soltero” de un nuevo tripartito que ansía ERC -como ayer señaló el dirigente del PP Teodoro García Egea-, los posconvergentes tuvieron la participación del expresident Artur Mas a su principal banderín de enganche del electorado. El expresidente de la Generalitat apeló a la “moral de victoria” de PDeCAT. En este sentido, reivindicó el voto a esas siglas como un voto “doble” porque es “el voto del buen gobierno” y de “la libertad” de Catalunya. Hecho un llamamiento a acudir alas urnas, Mas insistió en que “el que se abstiene no tiene representación en el Parlament y no la tiene durante cuatro años”.

Por último, la candidata de la CUP, Dolors Sabater, afirmó representar “la única opción que no se rendirá nunca” ante el Estado: “Somos la única organización política, la única, que plantea un embate que realmente puede hacer tambalear el sistema de siempre”, manifestó.