- En respuesta a los últimos ataques contra su personal desplegado en Irak, Estados Unidos bombardeó ayer varias posiciones y un cargamento de armas de milicias proiraníes iraquíes en el este de Siria, donde diversas fuentes han reportado la muerte de entre uno y 22 combatientes. El ataque, el primero ordenado por el nuevo presidente de EEUU, se produce después de que Biden ofreciera formalmente volver a la mesa negociadora con Irán para rescatar el acuerdo nuclear del que su antecesor, Donald Trump, retiró a su país hace más de tres años.

Apenas diez días después de un inusual ataque con proyectiles contra objetivos estadounidense en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, la aviación de Washington atacó de madrugada a las milicias Multitud Popular y de Kataib Hizbulá por primera vez desde la llegada al poder de su nuevo presidente, Joe Biden.

La acción, muy criticada por el Ejecutivo de Damasco, tuvo como objetivo posiciones de estos dos grupos armados y un cargamento de armas que acababa de cruzar la frontera desde Irak en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Esta ONG, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, situó en 22 el número de muertos en el ataque, todos ellos combatientes de la Multitud Popular y Kataib Hizbulá, éste último considerado grupo terrorista por Washington.

Sin embargo, una fuente militar siria que pidió anonimato aseveró a Efe que los proyectiles impactaron en “una zona deshabitada cercana a una posición que pertenece a una de las fuerzas iraníes que operan en la región de Abu Kamal”, en Deir al Zur.

Asimismo, rebajó el número de bajas a un soldado sirio muerto y tres “combatientes iraníes” heridos.

Por su parte, Kataib Hizbulá, milicia integrada en la agrupación progubernamental iraquí Multitud Popular, confirmó la muerte de uno de sus hombres en un comunicado en su canal de la red social Telegram, donde publicó además una foto del funeral del joven “mártir”, identificado como Rahi al Sharifi.

Según el Pentágono, el bombardeo, “proporcionado” y “defensivo”, es una respuesta a recientes ataques contra tropas estadounidenses y de la coalición internacional en Irak, donde estas acciones han aumentado desde que Washington matara en enero de 2020 al poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní en Bagdad.

El bombardeo que acabó con la vida de Soleimaní también mató a Abu Mahdi al Mohandes, el número dos de la agrupación de milicias iraquí Multitud Popular y entonces jefe de Kataib Hizbulá.

En los últimos meses, se han registrado un gran número de ataques contra convoyes que transportaban suministros para la coalición liderada por EEUU que lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico en Irak, así como lanzamientos de cohetes contra la embajada de EEUU en Bagadad, el último esta misma semana.

Estados Unidos suele acusar de estas acciones a Kataib Hizbulá, que se ha desvinculado una y otra vez de estos ataques, generalmente reivindicados por grupos armados iraquíes pequeños y poco conocidos.

Moscú, el otro gran aliado del Ejecutivo de Bachar al Asad junto a Teherán, condenó el ataque de EEUU en Deir al Zur, como también hizo Damasco a través de un comunicado del Ministerio de Exteriores difundido por la agencia oficial de noticias siria, SANA. “Siria condena en los términos más enérgicos la agresión estadounidense contra su soberanía, que va contra las leyes internacionales y la carta estatutaria de la ONU, (...) y alerta de que esta agresión traerá consecuencias”, reza la nota.

Asimismo, pidió a Estados Unidos que cambie su “estrategia agresiva” contra el país árabe, así como que deje de violar su soberanía.

Presión por el diálogo. El bombardeo pondrá a prueba a un Biden que pretende reabrir las negociaciones con Irán para recuperar el acuerdo nuclear de 2015, que la Administración de Trump decidió abandonar.