a pasado rematadamente lento, o relativamente rápido, pero se cumple un año del confinamiento y de lucha contra una pandemia que ha marcado a fuego toda la actividad política, social y personal en estos meses.

Aquella crisis que entonces explotaba la abordamos el 15 de marzo en esta sección con un reportaje titulado ‘Y de repente, el impacto de la distopía’, donde buscábamos las claves de fondo de lo que podía ocurrir. Un año después, terrible desde un punto de vista humano, hemos llamado a algunos de aquellos analistas consultados entonces y preguntado a otros nuevos, con el objetivo de ahondar en lo que está pasando y está por venir.

una crisis global

El virus no entiende de territorios, la opinión pública y publicada sí

José Luis Martí es profesor de Derecho de la UPF de Barcelona, y publica semanalmente en Twitter un repaso a la situación de la covid en el mundo. Él se contagió al inicio de la expansión del virus durante un viaje académico. Con el paso de los meses cayó toda su familia, desde la nuclear, hasta sus padres, hermanos y sobrinos. Su padre estuvo crítico pero contra pronóstico sobrevivió, y hoy está recuperado. Todo este cúmulo de experiencias, se unió al hecho de que Martí imparte una asignatura sobre Derecho Global, que le llevó a interesarse por la reacción de la OMS. Una perspectiva vital y profesional que da pie a su primera reflexión. Martí entiende que “es normal que se comience mirando lo que se tiene más cerca”. Pero afirma que para su sorpresa, y a pesar de encontrarnos en una sociedad de la información, ha faltado una mirada global. “Todos hablamos de pandemia, desde el principio interiorizamos el nombre, y en cambio no tenemos una visión realmente global del problema, que nos afecta a todos los humanos del planeta. Del que no saldremos además hasta que lo hagamos todos juntos.”. Por eso, este profesor advierte: “Nos admiramos de cómo Israel ha vacunado a la población a una velocidad récord, alcanzando porcentajes de inmunización muy altos, pero es totalmente irrelevante si el virus campa a sus anchas en Brasil, por decir algo, y allí muta hacia variantes que escapan a esa inmunidad de esas vacunas. Los grandes esfuerzos que puede hacer un país por separado para proteger a su población son muy poco útiles como no logremos vacunar y proteger a toda la población del planeta”.

Otra cuestión que Martí lamenta conecta con el tipo de debate público al compás de la evolución de la pandemia. “Al principio se escuchaba más hablar del impacto que esto iba a tener sobre nuestras vidas y sociedades, de que iba a cambiar, o qué debíamos cambiar también a nivel individual”. Considera que esto “se ha ido diluyendo” con el paso del tiempo. “Me parecía que la pandemia, dentro de la gravedad y de la tragedia que supone, representaba una oportunidad para repensar algunas cosas, para empezar la propia defensa de la humanidad respecto a futuras pandemias. Los epidemiólogos nos avisan que esta pandemia era muy esperada y que seguro que no será la última, y ni siquiera necesariamente la peor. Y algunos lo plantean en términos que son chocantes y muy crudos, diciendo que esta pandemia ha sido ideal porque dentro de lo que cabe mataba poco y sobre todo a gente mayor. Hubiera sido infinitamente peor, si hubiera matado a muchos más, y sobre todo a niños. Eso hubiera sido un drama de una categoría muy distinta”.

la huella política

Entre el desapego y la polarización

Hace un año la politóloga Cristina Monge decía que esta crisis era una oportunidad para recuperar la confianza política o para perderla del todo. Hoy constata que esa confianza no se ha descalabrado del todo, pero ha caído de forma muy importante”. Considera que la diferencia respecto al 15-M de hace diez años es que aquel “cabreo e indignación hoy es más bien “desafección entendida como desapego y pasotismo. La política ha dejado de ser percibida como algo útil para solucionar la vida de la gente, y por lo tanto no es algo que genere el interés que generó en otro momento”. Parece que se “hubiera asumido”, señala Monge, “que los representantes públicos van a ser incapaces de sacarnos de esta”. Así que es clave lo que pase en la gestión económica, donde dicha pérdida de confianza “puede recuperarse si se hace de forma exitosa, o derrumbarse del todo si no sale bien, sobre todo lo que se refiere al Ingreso Mínimo Vital, y ayudas a empresas y autónomos” con sus consecuencias en los niveles de desempleo.

Parte de esa desconfianza, la generan, según el catedrático de Filosofía de la Universidad de Granada, José Antonio Pérez Tapias, algunas “divergencias que a la ciudadanía le resultan muy chocantes” en el seno del Gobierno central. Mikel Aramburu, profesor de Filosofía en un instituto pamplonés, coincide en la existencia de una “gran desconfianza pública”, y cree que la cuestión exige a toda la “clase política”, cuyo comportamiento general a su juicio “ha dejado que desear”, y donde “el acuerdo ha sido la excepción” y ha primado “el partidismo, y el doble rasero”, sin olvidar el descrédito que ha aquejado a la monarquía durante todo el año. Para este docente, eso repercute también entre los más jóvenes . “Están carentes de modelos en la sociedad adulta, enseguida ven nuestras incoherencias, y en ese sentido son un acicate social”. Aramburu teme que la juventud sea uno de los colectivos más damnificados. “Me preocupa que los jóvenes vayan a ser paganos de todo esto. Van a tener que luchar y no sé si los hemos preparado para ello”.

Poniendo el foco en el Estado Español y la gestión en dos tiempos que ha diseñado el Gobierno de Sánchez. Pérez Tapias , ex del PSOE, y rival de Sánchez y de Madina en las primarias de 2014, es conocido también como teórico del federalismo. La organización territorial se ha enfrentado a un envite, con intereses centralistas cruzados. Ha habido dos fases en la gestión de la crisis: centralizada y más descentralizada. Según este catedrático “a los federalistas se nos ha puesto más difícil el discurso federalista, y máxime hablando de federalismo plurinacional, con todo lo que ello supone y pensamos que es necesario para nuestro Estado”. Cree que “se ha evidenciado la falta de estructuras de coordinación, pero eso se ha vertido a los medios de comunicación desde un presupuesto centralista en muchos casos, de que las autonomías no funcionan”, cuando lo que se ha dado en su opinión no es “exceso de autonomía, sino falta de federalismo, entendido como una “clarificación de competencias”. Por lo que considera que “el planteamiento federal se ha evidenciado aún más necesario de lo que pensábamos incluso”.

la clave económica

A expensas de las vacunas y de una recuperación

Según Cristina Monge, profesora en la Universidad de Zaragoza conocida por su presencia en medios de comunicación, los ERTE no neutralizan la sensación de inseguridad. Además de que cobrarlos “ha sido una odisea en muchos ámbitos, la gestión ha sido horrorosa en algunas comunidades autónomas”. “Hubiera sido peor no tenerlos, eso es evidente”, admite, pero reconoce al Gobierno el acierto de declararlos y le achaca el desacierto en la gestión de las prestaciones”, recordando también que “mucha gente ha cobrado de más, y ahora se está pidiendo que se devuelva”, y que la propia finalización de los ERTE abre el interrogante de qué pasará a partir del 1 de junio, que “es mañana”.

Para Monge, la existencia de un virus global determina que “la sociedad hoy no culpe al Gobierno de lo que nos está pasando”, al contrario que en 2011 o 2012. “Cuando llegó la pandemia, la sociedad automáticamente miró hacia los servicios públicos. Y luego giró la cabeza y miró a la ciencia”. Monge subraya la gran relevancia de las vacunas. “Hasta este momento, la vacuna que menos tiempo había tardado en obtenerse, había sido la del ébola con cinco años. Aquí estamos aplicándolas en nueve meses. A cualquier epidemiólogo o experto que se le preguntara el verano pasado decía que esto iba a ser imposible. Y se están poniendo con rotundo éxito de momento”. Un “salto en el conocimiento muy importante” aparejado a “la forma de funcionar la ciencia”, que cree que se estudiará en los próximos años. “Se han dado mecanismos de cooperación en el ámbito científico, tecnológico y empresarial de producción, que están haciendo posible miles de millones de vacunas en tiempo récord. Que la vacuna estuviera tan pronto tuvo mucho que ver con estas dinámicas que hasta ahora no se habían establecido”, apostilla.

Esa “velocidad vertiginosa a la que se ha avanzado en la investigación de las vacunas” lo destaca también José Luis Martí. “Si tienen éxito y logramos repartirlas a todos serán un hito en la historia de la ciencia, comparable al descubrimiento de la penicilina. Es un esfuerzo increíble, brutal, que me parece que tiene que ser puesto en valor”.

Pérez Tapias detecta en la sociedad “una especie de pulsión de muerte, determinados comportamientos que no van a favor de la vida”. Se refiere a conductas “descuidadas, desconsideradas e insolidarias”, faltas de compromiso con la situación. Pero también apunta alto, con un ejemplo: “Las políticas de la presidenta de la Comunidad de Madrid son de un darwinismo social tremendo, de sálvese quien pueda” Acusa a Díaz Ayuso de “hacer un uso muy abusivo, populista y electoralista de la necesidad de apoyo a los sectores que más padecen la crisis económica, pero de una manera tan cínica y desconsiderada que es contraria a la memoria de las víctimas, ofensiva para sus familiares y allegados, y en definitiva para toda la ciudadanía a poco que tenga sensibilidad moral”. Por su parte Mikel Aramburu apunta al “negacionismo que ha habido en un sector de la sociedad bastante identificado con la derecha o ultraderecha, cuestionando el papel del Estado Social de Derecho”, que el propio Aramburu apuesta por reformar en aras de un refuerzo democrático y ético. Algo que también ha generado inquietud en José Luis Martí, en cuanto a la afectación en situaciones de emergencia sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos y la posibilidad de participar en la toma de decisiones”. Por su parte, Pérez Tapias recuerda la inicial “efusión de solidaridad colectiva y reconocimiento a héroes que no querían serlo, o que lo eran a su pesar, como el mundo sanitario”. Y cree que ese “aprendizaje colectivo” requiere plasmaciones laborales en ese sector, en el educativo, y en otros ámbitos “afectados duramente por un paro creciente”.

la marca psicosocial

Entre el trauma, la esperanza y las afecciones diarias

De la huella política a la sociológica, la de la denominada fatiga pandémica y todas las afecciones psicológicas que esta engloba. José Carlos Ruiz, profesor en la Universidad de Córdoba, autor de ‘Filosofía ante el desánimo’, editado por Destino, y filósofo de cabecera de La Ventana, en la cadena SER. Tenía el 75% del libro escrito antes del inicio de la pandemia, pero el confinamiento le llevó a una revisión del redactado. “La covid ha hecho un efecto lupa en unas costuras que había detectado y que se agrandaron muchísimo”. Una de las cuestiones que le preocupan es la pérdida de “la capacidad de profundizar en las relaciones” tras este impás. Como escribe en su ensayo, la “hipercomunicación consecuencia de la digitalización nos permite estar cada vez más interconectados, pero la interconexión no trae consigo más vinculación ni más cercanía”, y añade: “A pesar de la hipercomunicación digital, en nuestra sociedad la soledad y el aislamiento aumentan”.

Respecto al consumo informativo en estos meses, cree que “no hemos visto sufrimiento en los medios de comunicación”, y que se ha “cercenado esta cuestión” en la “tradición de no herir sensibilidades”. Sobre el futuro devenir de los acontecimientos, considera “probable que cuando acabe esto y podamos hasta cierto punto normalizar todo, habrá mucha gente que quiera recuperar esa inercia que traíamos interiorizada antes de la pandemia. Mi temor es que el esfuerzo por recuperarla sea tan grande que sea peor que la propia inercia que traíamos. Si no aprendemos de esto es porque no queremos. Creo que la ciencia ha hecho el papel que le correspondía. Al principio la gente era muy reticente a las vacunas, ahora ya casi todo el mundo está de acuerdo en esa necesidad, y se está generando el vínculo de la confianza entre la ciencia y la sociedad. También están haciendo una labor muy buena muchísimos científicos que están bajando al barro de lo cotidiano para explicarnos cómo funciona la ciencia. Por primera vez se ha hecho una pedagogía cercana al ciudadano, y los medios de comunicación han acudido a científicos con capacidad de transmisión. Cree que eso ”se va a quedar” y que “vamos a asumir nuevos discursos en torno a lo que hace ese mundo, y eso va a favorecer una visión sobre la necesidad de cuidar y respetar los análisis científicos en la toma de decisiones”.

Aunque Monge cree que todavía es muy pronto para ver los efectos sociales a futuro, destaca efectos presentes. Monge apunta a “una mayor conciencia ambiental, y sobre todo de vulnerabilidad. Formamos parte de una especie que tiene sobre sí múltiples amenazas”. En ese sentido el filósofo José Antonio Pérez Tapias, “es importante en estas circunstancias cómo se gestiona el miedo en la sociedad para que no sea pánico, pero para que tampoco dé lugar a comportamientos temerarios, y hay muchos, y a veces se ha alentado de manera imprudente desde los poderes públicos. Solo hay que recordar lo de salvar el verano pasado, llamando al turismo a bombo y platillo como si esto estuviera ya resuelto, y se veía venir que no”. Pérez Tapias recuerda que “a día de hoy, aunque ha bajado el número de muertos, sigue siendo altísimo, en torno a trescientas personas al día en España”. Para este catedrático de Filosofía “ha habido cierta normalización de ese número de fallecimientos, con todas las comillas que queramos, pero no es una lista de meros datos estadísticos. Eso debe golpear nuestras conciencias y activar todas las medidas sanitarias y responsabilidades en torno a ello”, además de ser “mucho más consecuentes”.

“La política ha dejado de ser percibida como algo útil para solucionar la vida de la gente”

Politóloga y profesora universitaria

“Todos hablamos de pandemia, y en cambio no tenemos una visión global del problema”

Profesor de Derecho e investigador

“El planteamiento federal se ha evidenciado aún más necesario de lo que pensábamos”

Catedrático de Filosofía

“El negacionismo en la derecha o ultraderecha ha cuestionado el Estado Social de Derecho”

Profesor de Filosofía en Secundaria