an esperada como sorprendente, la reforma del Gobierno anunciada ayer por Pedro Sánchez supone un punto de inflexión en la legislatura española. Exceptuando las carteras de Podemos, blindadas por el pacto de coalición, Sánchez saca a pesos pesados del Consejo de Ministros, relevados por perfiles más jóvenes y de partido que dejan al presidente como figura central y casi única de un Gobierno más presidencialista. Un movimiento arriesgado que cambia por completo el eje de la legislatura.

Con la pandemia encarando su recta final, Sánchez resitúa las prioridades del Gobierno. Ganan peso las carteras de perfil económico, con tres vicepresidencias (Economía, Empleo y Transición Ecológica) como nuevo núcleo central para los dos años que restan de mandato. Suya será la gestión de los fondos europeos, de las reformas económicas pendientes y del equilibrio interno entre la parte socialista y la de Podemos. Se va a hablar mucho de economía a partir de ahora.

La apuesta parece clara, y tiene implicaciones colaterales. La principal en el PSOE, donde a falta de confirmación oficial, se avanza también la salida de José Luis Ábalos como secretario de Organización. Una figura clave en la estructura federal que por ahora queda vacante a la espera del congreso que tendrá lugar en octubre en Valencia, y que servirá para consolidar los movimientos internos iniciados ayer.

Porque la salida del Gobierno del ministro de Transportes, de la vicepresidenta Carmen Calvo y del jefe de Gabinete, Iván Redondo, supone también una reorganización del núcleo de confianza que había acompañado a Sánchez al frente del PSOE, primero, y como presidente del Gobierno después. De aquel grupo, solo dos continúan en sus puestos. La portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, y el secretario de coordinación territorial, el navarro Santos Cerdán, pieza clave para el futuro.

El diputado navarro, a quien algunos en el PSOE habían responsabilizado del fiasco de la moción de censura de Murcia, sale fortalecido de la crisis de Gobierno. Fue determinante en la victoria de Sánchez en las primarias de 2017, en la moción de censura de 2018 y en la negociación presupuestaria de 2020. Y lo ha vuelto a ser en las primarias andaluzas, fundamentales para Pedro Sánchez, que ha reforzado su liderazgo en el PSOE con el aval de las bases derrotando a quien fuera su principal rival.

Sin Ábalos como número dos, el diputado navarro se perfila como la pieza clave en Ferraz, donde ya venía ejerciendo funciones de organización. Un reequilibrio del poder interno que habrá que adaptar a los nuevos nombramientos -Félix Bolaños y Óscar López, fundamentalmente-, pero que confirma a Cerdán en lo más alto de la estructura socialista, figura de la máxima confianza del presidente y su nexo con el poder territorial y la militancia del partido.

Y esa es una buena noticia para el PSN, que bajo el protectorado de Cerdán mantendrá su autonomía y podrá consolidar su estrategia sin intromisiones externas. Incluida la política de alianzas, cada vez más asumida y normalizada dentro del PSOE. Pero también para el Gobierno de Navarra. La influencia del exsecretario de Organización del PSN en el Gobierno de España, y su capacidad de mediación entre ambas administraciones, puede ser determinante para lograr algunas inversiones estratégicas que se deben concretar en los próximos meses, entre ellas el reparto de los fondos europeos.

Es el caso del coche eléctrico, cuyas líneas generales se presentan este lunes en Madrid. Una apuesta esencial para Volkswagen, y por extensión para buena parte de la industria de la Comunidad. Y que pese a las dudas generadas en el sector, el Ejecutivo de Chivite afronta con optimismo. Hoy un poco más que ayer.

El relevo ministerial deja en cualquier caso algunas incertidumbres. Sigue pendiente la renovación del Convenio Económico, la transferencia de Tráfico o la apuesta por el corredor de alta velocidad, de momento sin concreción presupuestaria. Cuestiones importantes que el Gobierno de Navarra debe solventar a corto plazo con el Gobierno central, pero que se pueden ver retrasadas por el cambio en algunas carteras clave, como Transportes o Política Territorial. Al menos mientras los nuevos equipos toman posesión y fijan su impronta propia, que a día de hoy es todavía una incógnita.

Queda por ver también si, más allá del relevo generacional y la prioridad económica que ayer anunció Sánchez, la crisis de Gobierno supone un cambio de estrategia en el PSOE, que encara el futuro más cohesionado que nunca en torno a su secretario general, con la recuperación económica y la salida al laberinto catalán como retos principales. Aires de cambio de ciclo.