La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, puso fin al embrollo jurídico y político y decidió retirar el escaño al diputado de Unidas Podemos Alberto Rodríguez, condenado por el Tribunal Supremo (TS) por pegar a un policía en 2014 durante una manifestación en La Laguna. De esta forma se plegó a las tesis del presidente de la Sala Segunda del TS, desoyendo los criterios de los letrados de la Cámara baja. El magistrado escribió a Batet después de que el jueves, en una tensa reunión de la Mesa del Congreso, la mayoría que suman PSOE y Podemos acordara solicitar al Supremo una aclaración sobre si Rodríguez debía ser suspendido, ante la confusión generada por las discrepancias entre los letrados, que emitieron un informe asegurando que el diputado podía mantener su condición de diputado.

Minutos antes de la resolución final, Sánchez había evitado pronunciarse y se puso de perfil. El parlamentario de Podemos fue condenado a pagar una multa de 540 euros e indemnizar a un agente de la Policía Nacional por darle una patada . Su condena era de mes y medio de prisión pero el Código Penal obliga a sustituir automáticamente esas condenas por una multa. Lo que no quedó sustituido fue su condena de inhabilitación de sufragio pasivo.

La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, calificó el hecho de “prevaricación” y acusó al TS de presionar a Batet para quitarle el escaño pese a que “ambos sabían” que esa inhabilitación no es lo que dice la sentencia. La líder morada criticó que el ya exparlamentario fuera condenado por un delito de atentado a la autoridad pese a “las pruebas que demuestran que él no estuvo allí”. A su vez, el portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, tildó de “vergüenza” que la presidenta del Congreso ceda a las “presiones” del juez, y “de la ultraderecha política y mediática que pedían sangre”.