Ángel Ortiz (Pamplona, 1972) partió a Madrid en 1998. Allí trabajó como asesor de comunicación en el departamento de comunicación de Telefónica. Posteriormente estuvo tres lustros trabajando en Badajoz en el diario Hoy de Extremadura, de los cuales pasó nueve años siendo su director. Tras ocupar ese cargo, desde marzo de 2018 dirige en Valladolid El Norte de Castilla.

“Navarra es una comunidad que tanto en Madrid, como en Extremadura o Valladolid, disfruta de una imagen bastante positiva en términos económicos, de riqueza, dinamismo empresarial, cultural y social”.

Él mismo entiende que “Navarra crece y evoluciona con una velocidad brutal”. Con todo, cree que “no se conoce toda la complejidad social que tiene la Comunidad, porque junto a esa visión positiva de una sociedad muy industrial está también muchas veces el simplismo de reducir Navarra a lo que sucede de Pamplona para arriba o de Pamplona para abajo. Cuando al norte suceden cosas que muchas veces nada tienen que ver con las que suceden hacia el sur, en aspectos sociopolíticos, por ejemplo, lingüísticos o de otra índole. Ortiz también observa “referentes indeludibles”, que confiesa que “no pensaba que fuesen tan potentes”. Dos de ellos, prosigue, son “la Universidad de Navarra y la Clínica”, referencias “incuestionables fuera para definir lo qué es Navarra. Se usan constantemente”.

Según el director de El Norte de Castilla, “otra realidad que en Valladolid se comparte y se empatiza muchísimo es el automóvil. En Valladolid y Palencia tenemos plantas muy potentes de Renault, y se conoce y se empatiza mucho con las dinámicas de Navarra en función de esa coincidencia. Eso nos aproxima bastante en intereses y en estructura sociolaboral”. A lo que además se añaden otras referencias típicas o más previsibles, como los Sanfermines, el paisaje o la gastronomía.

Para Ángel Ortiz “es fácil ser navarro fuera de Navarra, porque es muy difícil que la gente vea cosas negativas”. Respecto al conocimiento del régimen foral, afirma que “se entiende regular, más bien porque se sabe que solo es aplicable cuando eres rico. Es decir, la comprensión o incomprensión no procede de la diferencia, sino de la ventaja.

El mensaje que se suele percibir y que yo en parte comparto, es que tiene todo el sentido que históricamente Navarra disfrute de un régimen foral diferente, porque así es España, así se ha aprobado, es constitucional, y además es lo que debe ser. Pero se cuestiona más, por el hecho de que dicho régimen no se tenga solamente porque la historia así lo determina, sino porque haya mucha riqueza. Es decir, si quisiera aplicar ese régimen, porque históricamente pudiera hacerlo y culturalmente fuese debido, una provincia como Cuenca no podría hacerlo, porque no tiene recursos”.

Ortiz cree que “esa circunstancia se tiene poco en cuenta en Navarra y fuera sí se tiene muy en cuenta. El punto de vista es distinto”, dice. Se lo resumen en el discurso del “vosotros tenéis el régimen foral o el concierto vasco porque tenéis el doble de renta per cápita que la media de España; si tuvierais la misma media o inferior, tendríais el derecho a disfrutar de ese régimen, pero no podríais”.

Reespecto al actual contexto político, Ortiz constata un conocimiento claro sobre el mapa navarro. “Sobre todo porque la coalición que alcanza el Partido Socialista en Navarra lo hace en un momento en que todo se mira con lupa y todo se compara”. En esa mirada exterior, explica, que el PSN llegase a un pacto para gobernar “gracias a la abstención en parte de Bildu, no es lo mismo que cuando en la anterior legislatura gobernó Uxue Barkos”. A su juicio, “al PSOE se le exige más porque ha gobernado prácticamente en todas las comunidades además de la Comunidad Foral. La realidad política navarra cuando gobierna el PSOE se proyecta mucho más hacia fuera que cuando gobierna una opción nacionalista como Geroa Bai o en otro momento una regionalista como UPN”.